31 marzo 2010

COMUNICADO DE ALICANTE VIVO SOBRE LA PLACA DEL MONUMENTO DEL MERCADO CENTRAL

ASOCIACIÓN CULTURAL “ALICANTE VIVO”.
(FUNDADA EL 25 DE MAYO DE 2008, EN LA FUTURA “PLAZA DEL 25 DE MAYO)
         
 

Ante los comentarios recibidos y las infundadas afirmaciones aparecidas sobre nuestro comportamiento en lo relativo a la colocación del monumento a las más de 300 víctimas CIVILES del bombardeo sufrido por esta ciudad el 25 de mayo de 1938, nuestra Asociación Cultural quiere dejar muy claro lo siguiente:

1.- La Asociación Alicante Vivo, sumándose al manifiesto presentado en su día por el escritor Miguel Ángel Pérez Oca y teniendo noticia de que la colocación del citado monumento no avanzaba por una ausencia de diálogo entre la Comisión Cívica para la recuperación de la Memoria Histórica y el Ayuntamiento de Alicante, debido, al parecer, a un desacuerdo en el contenido del texto propuesto para la placa conmemorativa, se ha limitado, en la más pura concepción democrática de las formas que han de presidir cualquier negociación, a pedir el diálogo y el consenso sobre ese punto.

2.- En todo momento hemos defendido el proyecto de la arquitecta Elena Albajar, y hemos definido la cita “aviadores fascistas italianos” como una descripción “rigurosamente histórica”, aunque, ante la oposición de la Alcaldesa y el Concejal de Cultura a figurar en el monumento la palabra “fascista”, nos hemos atrevido a proponer que se consensuara dicho texto, entendiendo que nuestra lengua es lo suficientemente rica en sinónimos como para permitir otra definicición igualmente descriptiva y exacta desde el punto de vista histórico; extremo este que aceptaba D. Francisco Moreno, miembro destacado de la Comisión, en un reciete artículo de prensa.

3.- Nuestro blog, como un medio de opinión libre que es, respetuoso con el parecer de todos sus participantes, está abierto en sus espacios de expresión a todos los lectores que, haciendo uso de sus derechos democráticos, opinan sobre este o cualquier otro asunto, proponiendo, en este caso, ideas de posibles redacciones alternativas. Aportaban así su granito de arena al diálogo que suponíamos se establecería de buena fe entre la Comisión y el Ayuntamiento. Es falso de todo punto que estuviéramos entrometiéndonos en el trabajo de la creadora del monumento intentando cambiar su redacción, puesto que en todas nuestras intervenciones hemos abogado por ella en su texto original; si bien, pensamos de buena fe que, si esta se iba a modificar por consenso se podían aportar ideas. ¿Dónde está nuestro entrometimiento o qué intereses estábamos vulnerando?

4.- Sentimos mucho haber herido los sentimientos de nadie; aunque no entendemos la razón de que nos hayan dirigido los reproches y las acusaciones que a día de hoy se pueden leer en nuestra página web; del mismo modo,  no permitimos que se nos manipule, por parte de quien sea, atribuyéndonos la intención y la responsabilidad de imponer un texto de nuestro gusto. Si a cualquiera de las dos partes en conflicto le molesta que ejerzamos nuestros derechos de opinión, lo sentiríamos porque eso demostraría que tienen muy pobre concepto de la Democracia en la que nos amparamos.
 
5.- Es muy triste y muy lamentable que la persona que interviene de buena fe en una pelea en busca de la armonía y el diálogo sea atacada y reciba todas las bofetadas. Del mismo modo, nos duele la posición cómoda y cobarde de algunos partidos políticos y colectivos que se han lavado las manos para evitar salpicaduras.

6.- No tenemos que demostrar a nadie nuestras profundas convicciones democráticas. En nuestra Asociación Cultural se admite a todo aquel que quiera trabajar o le interese participar en actividades o trabajos literarios o de investigación cuyo tema sea Alicante. En este caso concreto nuestro interés es homenajear a las víctimas civiles, no combatientes, de aquel triste bombardeo, sin importarnos para nada sus ideas ni sus trayectorias políticas, sino su condición de pacíficos residentes en Alicante y pueblos limítrofes; un bombardeo efectuado, sin duda, por aviadores fascistas italianos a las órdenes de los generales alzados en armas contra el gobierno legítimo de la II República. Creemos que existían muchas posibilidades de llegar a un acuerdo en el texto del citado monumento, si ambas partes hubieran obrado de buena fe. Lo que, por lo visto, no es el caso.
        
Determinar a quién se debe atribuir la culpabilidad de que el monumento ya no pueda ser el de todos los alicantinos no es de nuestra incumbencia. Allá cada cual con su conciencia. Pero que sepa que su culpabilidad no se atenuará matando al mensajero, buscando una cabeza de turco o echándole la culpa a los que han obrado, y van a seguir obrando, con toda su buena voluntad, su fe en la Democracia y su amor a Alicante.

 
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