23 agosto 2011

LA TORRE DE LA HORADADA. EL MOJÓN


La reclamación de 44 hectáreas de San Pedro del Pinatar a Pilar de la Horadada ha sido desestimada. La Audiencia Nacional ha confirmado en agosto que la Vereda Real de Ganados del Reino es la divisoria que delimitaba al antiguo Reino de Valencia con el de Castilla. Era la frontera fijada por la Sentencia Arbitral de Torrellas de 1304 y hoy establece la linde entre la Comunitat Valenciana y la Región de Murcia.

El territorio de esta área ha experimentado profundas transformaciones desde los años sesenta. A la agricultura de secano y la pesca le ha sucedido la agricultura intensiva de invernaderos y la expansión de cítricos y hortalizas, gracias al trasvase Tajo-Segura (1975) que permite una alta producción con destino al mercado europeo. Pero ha sido el crecimiento urbano inducido por la demanda turística de segunda vivienda el factor más potente de cambios en el paisaje. Las playas del Pilar de la Horadada, entre Torrevieja y el Mar Menor, desde finales del XIX ya recibía veraneantes burgueses de Murcia y Orihuela. Ramón de Campoamor (1817-1901), poeta y ex gobernador civil de Alicante, pasó sus últimos años en su finca de la Dehesa de Matamoros.

Desde los sesenta-setenta se incrementó el turismo precedente de Murcia, Albacete, Madrid y Toledo. Y esto generó nuevas demandas, servicios y más residentes. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), El Pilar contaba con 6434 empadronados en 1986 que pasaron a 22555 en 2010. El 30 de julio de 1986 el Pilar de la Horadada se constituyó en municipio segregado de Orihuela. Su término abarca desde el interior, sierra de Escalona y llano centralizado por el núcleo mayor (El Pilar), hasta la costa; un continuo urbanizado que enlaza los dos antiguos poblados pesqueros de La Torre de la Horadada y El Mojón.

La torre vigía fue construida en el plan defensivo de Felipe II frente a las incursiones berberiscas. Está situada sobre un promontorio y en su entorno creció la aldea. Su aspecto es similar a otras de esta época, troncocónica, pero con construcciones añadidas en 1905. La comunicación interior entre las plantas se hacía mediante un hueco (forat, torre foradada, torre horadada). A pie del acantilado y a resguardo de los vientos del llevant se construyó el puerto deportivo.

Desde aquí al sur se suceden líneas paralelas de manzanas. Son viviendas de planta baja y bloques de dos o tres alturas; la mayoría de los años ochenta y posteriores, aunque persisten chaletitos de la primera mitad del XX. En conjunto predomina la horizontalidad en concordancia con la amplia llanura del campo pilareño. La playa del Cargador y Miramar es una estrecha plataforma arenosa resguardada por un breve talud que disminuye hacia Las Villas, una pequeña colonia de los cincuenta inserta hoy en el continuo edificado y antaño lugar de veraneo de madrileños y murcianos de Santomera. Este tejido se interrumpe por un canal abierto para recoger las avenidas por lluvias intensas que de tarde en tarde inundaban el llano desde El Pilar hasta el mar. Estamos en el Mediterráneo árido; por término medio llueve 291 mm anuales, pero en escasas ocasiones puede caer esta cantidad en pocas horas por temporales de levante o por efecto de gota fría.

De Las Villas al Mojón la costa se hace más llana, arenosa y uniforme. Es la playa de Las Higuericas, topónimo muy expresivo de la resistencia de este árbol que alimentaría a algunas casicas de pobres terrajeros del secarral y pescadores costaneros. El paisaje original era un desarrollado cordón de dunas de más de tres km de largo por 200 m de ancho, uno de los más extensos del sur valenciano. La presión urbana lo fue degradando. No tuvo la suerte del vecino San Pedro del Pinatar donde se mantiene por ser parte del Parque Regional de Las Salinas y Arenales de San Pedro (Murcia). El vigente PGOU (1998) del Pilar de la Horadada preserva lo que queda de las dunas hasta El Mojón. Establece tres sectores paralelos: la playa, el sistema dunar y una pasarela de madera-paseo que actúa de borde ante la previsible urbanización del prelitoral. Es poco, pero es mejor que no proteger nada. Una caminata al atardecer permite observar la vegetación de saladares, matorral de dunas, carrizales, la fauna asociada, huellas...

Andando por esta senda de 1,5 km llegamos al Mojón. A poca distancia de la playa apenas emergen del mar unos arrecifes rocosos largos, los Escull. Es frecuente en este enclave el depósito de arribazones procedentes de la pradera de Posidonia que tapiza los fondos. Del pequeño caserío no quedan trazas. Transitamos sin darnos cuenta de una comunidad a otra. Al norte de la Cañada de la Raya, por donde pasa la línea administrativa, estamos en la parte alicantina (373 censados en 2010; INE); al sur, el sector murciano (309, 2010; INE). El paisaje urbano es uniforme; tan sólo observamos trabajos de restauración de la vegetación dunar en parcelas litorales, acotadas, próximas al parque regional.

Ahora que ya estalló la anunciada burbuja inmobilaria podríamos repensar qué queremos hacer en este meridional trozo del País Valencià.



















CARLOS SALINAS


 
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