06 abril 2007

EL BARRIO DE LOS ÁNGELES (I)

Según se cuenta y recogen algunos de nuestros más relevantes cronistas, allá por el siglo XII, un leñador descubrió en un frondoso pinar en la actual zona de Los Ángeles una tabla (el matiz de la tabla y todos los caracteres de la pintura y decorado revelaban un origen remotísimo que pudiera ser de origen bizantino) de unos setenta por cuarenta centímetros, en la que se representaba una Virgen con el niño en brazos, de acuerdo con la descripción de Rafael Viravens, quien conjetura que dicha tabla muy posiblemente fue enterrada «allá por los años 716, al ser expulsados los cristianos por los árabes que invadieron todas estas tierras».

El vecindario levantó, en aquel lugar, un eremitorio a la imagen descrita que denominó de Nuestra Señora de Los Ángeles. De aquí tomaría su nombre la entonces partida rural, en la que se había producido el singular hallazgo. En 1440, el referido eremitorio pasó a convento de la comunidad franciscana, hasta que, en 1515, se trasladaron a un convento, cercano a la ciudad, donde más tarde se levantaría la iglesia y el cuartel de San Francisco, y posteriormente la iglesia de Nuestra Señora de Gracia.

La devoción a la Virgen de los Ángeles atraía al paraje a numerosas personas. «El día dos de agosto celebrábase en este templo una solemne función religiosa en honor de nuestra señora, ganándose el jubileo por especial privilegio del Papa Urbano VIII». Aquella Virgen fue aclamada «como patrona de los alicantinos», y desde entonces, en el pendón real del Ayuntamiento aparecía la imagen sostenida por un grupo de ángeles bordado en seda de oro.

Los vecinos de la huerta sacaron el lienzo de la Santa Faz, que guardaba Mosen Pedro Mena, en una rogativa para pedir la lluvia en tiempos de una larga sequía. Caminando en dirección a la ermita de Los Ángeles, a la altura del Barranco de Lloixa dicen que una lágrima surgió del ojo derecho del rostro pintado en el lienzo, y en este lugar se mandó construir el Monasterio de la Santa Faz.

Tras el suceso, se decidió aplazar la Rogativa hasta la semana siguiente. El 25 de marzo de 1489, tal multitud se congregó en la ermita de Los Ángeles que la misa debió celebrarse al exterior en un pulpito bajo la sombra de un gran pino. En el momento de impartir la bendición Fray Benito de Valencia se elevó junto al lienzo del que se extendieron en el cielo tres imágenes de la Santa Faz, momento en que una fina lluvia ponía fin a la sequía.


En 1851, el obispo de Orihuela, don Felipe Herrero Valverde, hizo que se edificara otra pequeña ermita próxima al monasterio en el sitio de Lo de Morant, en el lugar del milagro de las tres faces y junto al Pino Santo que hoy aun se guarda y da nombre a una calle próxima. El once de mayo de 1931, se produjo la quema de conventos quedando bastante afectada, la vieja ermita se desmoronó lentamente y en 1935, definitivamente, fue demolida.

Leyendas y milagros de la época que hoy día forman parte de las tradiciones y la cultura alicantina.

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