16 julio 2007

EL SENDERISMO

A camino entre deporte, paseo y viaje, el senderismo es una de las actividades de ocio que más adeptos gana en estas fechas, por combinar el contacto directo con la naturaleza y un ejercicio tan intenso como lo desea quien lo practica.
En principio, el senderismo no exige una preparación excesiva ni un molesto o largo desplazamiento hasta el lugar en el que practicarlo: un recorrido por montes y bosques cercanos, o un fin de semana conociendo a pie parajes naturales son suficientes para un primer contacto con este deporte. A medida que se hace acopio de conocimientos técnicos, experiencia y resistencia física se puede aumentar la longitud y dificultad de las rutas.
Federaciones de montaña y organizaciones ecologistas coinciden en señalar que se trata de una práctica cada vez más popular, pero que se realiza frecuentemente de forma indebida. Quienes visitan esporádicamente las zonas propicias para el senderismo no siempre se percatan de las agresiones a las que pueden someter a estos parajes naturales y olvidan uno de los principios básicos del senderismo: el respeto al medio ambiente.
Un sendero es un itinerario diseñado para visitar lugares de interés paisajístico, cultural, turístico, histórico y social a través de caminos o pistas. Se distinguen cuatro tipos:
Senderos de Gran Recorrido (GR): de distancia superior a los 50 kilómetros, su señalización (en rocas y árboles) es blanca y roja. Aparecieron en Cataluña hace casi veinticinco años, debido a su vecindad con Francia, donde el proyecto había avanzado mucho a partir de 1945.

Senderos de Pequeño Recorrido (PR): su distancia es de entre 10 y 50 kilómetros, y se señalizan en blanco y amarillo.
Senderos Locales: no superan los 10 kilómetros y se indican en blanco y verde.
Senderos Urbanos: circunscritos a un ámbito urbano, su señalización es amarilla y roja.
El elemento básico para el senderismo es el calzado. Aunque cualquier calzado cómodo sirve para andar por un camino en buen estado durante un par de horas, si pretendemos hacerlo durante todo el día, deberemos elegir un calzado más apropiado. La oferta del mercado es amplísima, aunque siempre habremos de optar por uno que agarre bien el tobillo.
La mochila es también importante, aunque para salidas de un día no se precisa nada especial: algo de comida, una gorra, un teléfono móvil, un botiquín básico y ,según la época del año, una prenda de abrigo, gafas de sol y un impermeable. Por supuesto, no hay que olvidar el agua. Y si en el camino encontramos fuentes (de agua potable, ojo) conviene aprovecharlas para beber y llenar la cantimplora..., nunca se sabe dónde hallaremos otra.
Algunos habitos resultan decisivos para que el primer contacto con el senderismo nos deje un buen recuerdo y nos anime a repetir la experiencia. Además de conocer teóricamente la ruta y estar bien equipado, hay que aprender a dosificarse. Por ejemplo, no debemos afrontar la subida a un monte del Pirineo sin haber asentado el hábito de andar (cuesta arriba) durante varias horas (parece obvio, pero hay mucho bestia suelto por el mundo).
En el senderismo deviene esencial no agotar las fuerzas y caminar relajado, por lo que no hay que frustrarse si al comienzo las piernas no responden y las pendientes se eternizan. Poco a poco se irá cogiendo resistencia y potencia. Tampoco hay que olvidar el calentamiento: el buen senderista sabe que antes y después de comenzar a andar hay que efectuar estiramientos para adecuar los músculos al esfuerzo.
LAS LEYES DEL BUEN SENDERISTA:
1) No abandone ni entierre la basura. Deposítela en un punto de recogida.
2) No encienda hogueras, ni siquiera en lugares habilitados para ello. Lleve la comida preparada.
3) Respete y cuide las fuentes, ríos y otros cursos de agua. No vierta en ellos jabón, detergente, productos contaminantes ni residuos de ningún tipo.
4) No convierta la naturaleza en un taller, no cambie el aceite de su coche ni lo lave en una acequia.
5) Marque la ruta. Si se ha apoyado en el montículo que señala la ruta, o se percata que éste ha perdido rocas, añada una o dos más para mantenerlo.
6) No arranque flores, ramas, ni moleste a la fauna. Muchos animales y plantas están protegidos por la ley, recuérdelo.
7) Utilice el vehículo de motor lo menos posible, úselo para desplazarse por carretera y sólo lo imprescindible por pistas, y si lo hace circule despacio y sin salirse de ellas.
8) Cierre portones, verjas, trancas, puertas de cabaña, etc., que encuentre por el campo, para evitar el paso de ganado u otros animales.
9) Cruce las tierras de labranza por los senderos y no pise el sembrado.
10) Respete los caminos. Los atajos deterioran el suelo y crean barranqueras que pueden hacer desaparecer el sendero original.
11) Los perros deben ir atados para que no molesten a otros caminantes, ni asusten al ganado u otros animales.
Y lo más importante, el consejo de nuestro compañero, amigo y senderista desde hace 20 años, Arturo Moreno de Vicente: el buen senderista NUNCA estuvo allí, un día de senderismo es igual a una semana de salud y haz tu recorrido como un viejo para llegar al destino como un joven

 
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