13 julio 2007

ENRIQUE TIERNO GALVÁN: POLÍTICO Y PERSONA

Hay figuras por las que se tiene un cariño especial, independientemente de sus ideologías políticas.
Basta con preguntar a nuestros mayores o ver cualquier noticiario de la época.
Don Enrique era una de ellas.
Su muerte fue el fin de una etapa que se había inicado una década antes y que se mal llamó "Transición".
Enrique Tierno Galván nació en Madrid el 8 de febrero de 1918 y murió también en la capital el 10 de enero de 1986.
Fue Doctor en Derecho, Doctor en Filosofía y Letras, Catedrático de Derecho Político desde 1948 hasta 1953 en la Universidad de Murcia, y Catedrático de Derecho Político desde 1953 hasta 1965 en la Universidad de Salamanca.
Ahí es poco.
Fue el primero en traducir el Tractatus de Ludwig Wittgenstein y realizó importantes estudios sobre la novela picaresca, la novela histórica y la sociología de masas. Hombre muy culto, escribió unas interesantes Acotaciones a la historia de la cultura occidental en la Edad Moderna (1964) y tradujo la obra fundamental de Edmund Burke, las Reflexiones sobre la Revolución Francesa.
Fue procesado en 1957 por sus actividades políticas y en agosto de 1965 fue expulsado de la universidad por apoyar las protestas estudiantiles en contra de la dictadura franquista, junto con los profesores universitarios José Luis López Aranguren y Agustín García Calvo.
En 1966 se traslada a Estados Unidos donde fue profesor en la universidad de Princeton (1966-1967).
Afiliado al PSOE (Partido Socialista Obrero Español) en la clandestinidad, y expulsado después por divergencias doctrinales, al regresar a España funda el Partido Socialista del Interior (PSI), que posteriormente, en 1974, pasó a llamarse Partido Socialista Popular (PSP).
Ese mismo año, junto al Partido Comunista de España (PCE), el Partido del Trabajo de España (PTE), el Partido Carlista (PC) y numerosas personalidades independientes, formaría la Junta Democrática de España (JDE).
En 1976, un año después de la muerte de Franco, fue repuesto en su cátedra.
En las primeras elecciones democráticas, el 15 de junio de 1977, obtuvo el acta de diputado por Madrid, en las listas del PSP, pero acabó por integrar su partido en el PSOE, del que fue elegido presidente honorario (abril de 1978).
En las primeras elecciones municipales de la democracia (abril de 1979) se presenta a la alcaldía de Madrid. Aunque su partido no es el más votado (fue la UCD), una coalición con el PCE le da la alcaldía. Es reelegido, también con el apoyo del PCE en las elecciones de mayo de 1983. Permaneció en el cargo hasta su muerte, en enero de 1986. Durante sus casi siete años de mandato, llevó a cabo importantes reformas, alcanzando una gran popularidad. Escribió un interesante libro de memorias, Cabos sueltos, en una prosa culta e irónica excelente. Sin embargo, sus adversarios políticos le acusaron de desfigurar su propia trayectoria personal.
El periodista César Alonso de los Ríos afirma en su libro La verdad sobre Tierno Galván:"se inventó una personalidad soriana rural; una familia labradora imaginaria; una actividad militante en la guerra civil; una persecución política en la postguerra en contradicción con la brillantez de su carrera académica; una ideología marxista cuando aún estaba en una época que podríamos definir tecnocrática y regeneracionista; un supuesto republicanismo frente a su real monarquismo..."
En cualquier caso, se ganó el afecto de los madrileños con sus humorísticos y bien escritos Bandos municipales y con iniciativas que cuidaban los pequeños detalles como devolver los patos al Manzanares y las flores a los parterres públicos, incluso entre los jóvenes, al apoyar la llamada Movida madrileña.
Su entierro, el día 21 de enero, se convirtió en una de las concentraciones más numerosas de las ocurridas en la capital de España.
Conocido cariñosamente como El viejo profesor, fue autor de varias obras, y entre ellas destacan:
Conocimiento y Ciencias Sociales (1966)
Babeuf y Los Iguales (1967)
Tradición y Modernismo (1973)
Sobre la novela picaresca y otros escritos (1974)
Democracia, Socialismo y Libertad (1977)
Cabos sueltos (1981)
Además fue el encargado de redactar el Preámbulo de la Constitución española de 1978.
Es famosa su frase en la que frivolizaba sobre el uso de las drogas: «¡Rockeros: el que no esté colocado, que se coloque... y al loro!», en un festival de música llevado a cabo en 1984 en el Palacio de los Deportes de Madrid.
Descanse en Paz, esté dónde esté.

 
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