02 agosto 2007

LA ISLETA: UN RECUERDO DE ALICANTE.... MUY PRONTO

Tristemente será demolida. Los oídos sordos y el ego del orgullo personal pueden más en la toma de decisiones de una ciudad de 350.000 habitantes que el argumento de la cultura, del patrimonio y de la reutilización.
Quienes se acaben sintiendo reconfortados, que continúen con su lucha, en la que ya han conseguido muchos avances, y seguro que este no es el último en caer. Hasta que no caiga la última piedra de Alicante y el último capricho sea consentido, hay quien no mirará los problemas de fondo y no se preocupará por haber perdido el último recuerdo.
Instituciones mundiales como el DoCoMoMo, la Generalitat Valenciana, el Colegio de Arquitectos... oídos sordos, ojos ciegos... un insulto a la inteligencia, a la cultura y a las instituciones.

Legitimando lo injustificable con un pequeño edificio como este, damos poder y autoridad a quien toma decisiones como esta para demoler otros aún más valiosos siguiendo los mismos mecanismos de "golpe sobre la mesa". Y esto es lo más preocupante.


Antes de que vengan los "madresmías" y los "pero cómo lo permitimos?", os invito a descubrir los últimos días de la Isleta.
Al igual que apreciando un rostro antiguo, os pido que os despojéis de prejuicios, y no veáis en la arruga la fealdad, sino el valor del paso del tiempo.
Pensad en el racionalismo estructural, apreciad los voladizos inmensos, los espacios diáfanos (que hoy en día ni siquiera se hacen tan amplios), la relación con el exterior desde el interior, la vegetación...
Pensad en la riqueza de situaciones que aporta un contexto como este, el valor que tiene un edificio para ser reutilizado (con el coste que tiene una construcción de nueva planta), e imaginad una nueva rotonda con una fuente en medio, en la que nadie podrá disfrutar de un espacio de estancia y disfrute, y sólo se pensará en lo rápido que podrán circular los coches por la nueva rotonda. Eso sí, seguro que mientras estés parado en el semáforo en tu coche, en algún momento le diriges la mirada a la escultura de Sempere, que siempre habría deseado que su obra acabara siendo comparsa de semáforos y vendedores de cleenex en lugar de ser disfrutada con calma en alguna plaza o parque...

Son una triste colección de imágenes que relatan una agonía y una desaparición anunciada. No he modificado nada con Photoshop, son fotos reales.
He tratado de explicar las imágenes que yo mismo tomé el otro día. Podéis comentarlas y difundirlas. Y recordad: seguimos buscando fotos antiguas... ojalá las encontremos!

 
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