Hoy, cuando hemos visto el hermoso y radiante Sol iluminando nuestra Provincia, hemos tenido la idea de iniciar una nueva sección.
¿Os acordáis cuando no teníamos cámaras digitales?
Son tiempos de añoranza que ya nunca van a volver.
Cámaras antiguas, grandes, toscas, quizá la de nuestros padres...
Estaban cargadas con carretes Kodak de 12 o 24 exposiciones, la menor de las veces de 36, y tardábamos varias semanas en terminarlo y ser revelado.
Pero, para qué engañarnos, aquellas fotos perduraban como nunca perdurarán las digitales.
Eran mágicas, tiernas e históricas.
Por ello, en esta nueva sección vamos a desempolvar nuestro pequeño (o grande) baúl de los recuerdos, y os lo vamos a enseñar.
Os aseguramos que, muchas de ellas, son auténticas obras de arte plasmadas en la máquina del tiempo de nuestra historia.
Guadalest 1994. Foto tomada desde un lugar que no recuerdo, un día que hice de guía a todos mis amigos (ninguno había ido nunca al Castell). Mira que he repetido más de 20 veces desde entonces la excursión y nunca he podido repetir la instantánea. ¿Dónde carajo me subiría? ¡Maravillas del directo!
Tabarca. Era el año 1995. Recuerdo que el mar estaba como una balsa de aceite y acabé con insolación. Ni sombrilla, ni cremas, ni gafas.... ¡Mi madre nunca me lo perdonó!