11 febrero 2008

LA LEYENDA DEL NEGRE LLOMA

Nuestra leyenda alicantina habla de un personaje que vivió en la ciudad en el primer tercio del siglo XX, concretamente entre los años 1914 y 1936.

Era un simpático y llamativo vagabundo de color llamado John Moore, que era popularmente conocido en Alicante como el “Negre Lloma”. Cuentan los ancianos que trabajaba en las cocinas de un buque petrolero llamado “Tiflis”, que en 1914 se incendió en el puerto de Alicante. Mientras toda la tripulación fue repatriada a su lugar de origen, John Moore se quedó en la ciudad y se convirtió en un personaje mítico de la vida alicantina.
No se le conocía trabajo, vestía ropa que le daba la gente y comía de la caridad. La gente solía verle por la Explanada y calles adyacentes, siempre con los zapatos colgados alrededor de cuello y entregado al "doce far niente".
Era tanta su “actividad”, que popularmente se solía decir “eres más gandul que el negre lloma”.
Para colmo, casi siempre iba borracho, piropeando a las mujeres, que lo eludían dándole alguna hogaza de pan o morcillas.
Fernando Gil Sánchez, en su libro “Alicante una ciudad en el recuerdo”, decía lo siguiente:
"Le llamábamos el negre lloma sin saber porque, ni cuando le pusieron el grotesco nombre. Apareció por las calles de Alicante como un circo de un solo actor aplaudiéndose a si mismo con sus grandes manos, desgastadas y palmiblancas. Con sus zapatones gigantes, rotos y desgastados. Con su raído costal de pita, al hombro. Con su figura monumental, mas enorme por su negror. Con su sonrisa de lengua roja y dientes blanquísimos. Con su cabeza de anillado cabello, sucio y blanco de tierras. Con sus ademanes y movimientos cadenciosos como pasosde baile, como mágicos ritmos. Con sus pantalones guangos y su chaqueta siempre desabotonada y aleante. Con su botella de gasolina de la que tomaba sorbos, asombrándonos lanzando un violento chorro sobre un algodón en llamas para apagarlo después dentro de su boca".
El mismo autor, aventura que el busto del negre lloma es la silueta que, coronada de laureles aparece en el escudo del equipo de fútbol, el “Hércules”.

Pero no acaba aquí la historia de este personaje.
Hay una segunda parte...; posiblemente la primera leyenda urbana de Alicante.
El "Negre Lloma" apareció muerto de hambre, frió o alcoholismo a las afueras de nuestra ciudad, en una cuneta cercana a Vistahermosa, la madrugada del 20 de Noviembre de 1936.
¿Os suena de algo?...
Casi al mismo tiempo, al otro lado de la ciudad, era fusilado el fundador de la Falange Española, José Antonio Primo de Rivera.
Quiso el azar que los restos del fusilado aquel día y los de John Moore se mezclaran en la misma fosa común.
Acabada la guerra, los mandos falangistas viajaron a Alicante a exhumar los restos de su líder, para darle "sepultura digna". Y aquí empieza la verdadera leyenda, pues aunque las crónicas del momento dicen que los restos de José Antonio fueron perfectamente identificados, por lo bajini (no eran tiempos de hablar ciertas cosas en voz alta) se decía que los restos que cinco mil falangistas llevaron a hombros hasta Madrid, no eran otro que los del pobre cocinero del petrolero Tiflis.

Así que nuestro negre lloma, después de su azarosa y vagabunda vida, reposa en el más fabuloso mausoleo que la locura humana pudiera concebir, al lado del loco que lo ideo: El Panteón del Valle de los Caídos.
Leyenda..., realidad..., verdad..., mentira...
Solo por el hecho de que fuese una sarcástica forma que los perdedores tuvieron de endulzar la amargura de la derrota, merece la pena ser contada. Si los restos de aquel simpático y borrachín vagabundo reposasen de verdad entre aquellos mármoles, debemos pensar que la naturaleza a veces tiene una manera muy sutil de poner a cada uno en su sitio.
Por desgracia, repasando el Registro General de Enterramientos del Cementerio de Alicante, se ha atestiguado que todo se reduce a una leyenda urbana: nada aparecía allí con el nombre de John Moore, y sólo contando con la excelente colaboración de Paco y Santiago López, funcionarios de la administración del cementerio, se llegó a la conclusion de que podría ser un tal Juan Mallol. Las iniciales coincidían con las de John Moore. Profundizando en ello , la licencia de enterramiento venía a despejar la incógnita. Sus datos "retrataban" al buscado. Decía: "Habiéndose inscrito en este registro civil del Juzgado Municipal del Distrito Sur de esta ciudad, la defunción de Juan Mallol natural de Norteamérica de 46 años de edad , que se halla domiciliado en Alicante, en el Hospital Civil, ocurrida ayer a las catorce horas a consecuencia de alcoholismo crónico, según certificación facultativa , se procederá a dar sepultura a su cadáver en este cementerio, transcurridas que sean las veinticuatro horas del fallecimiento. Alicante 1º de noviembre de 1936. El juez'.(..)"

¡Aaaah! y no estuvo enterrado en la misma fosa que José Antonio.
No.
En la fosa común sí, pero cada uno en un cuadro. Mientras que Juan Mallol lo era en la fila 9, cuadro 4, días después José Antonio lo era en la fila 9, cuadro 5.

 
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