Hubo un tiempo en que lo que comemos, lo que vestimos, las herramientas que utilizamos, … se conseguían sólo por el trabajo manual. Y qué mejor manera que recordarlo en una ciudad monumental como Orihuela con un Mercado Medieval.
Orihuela es un municipio situado en el sur de la provincia de Alicante, en la comarca de la Vega Baja del Segura, donde es la capital. Su casco histórico está declarado conjunto Histórico-artístico y monumental, con un patrimonio cultural muy importante. Está considerada como una de las ciudades que concentra en su casco histórico el mayor número de monumentos declarados Bienes de Interés Cultural (BIC). El centro de la ciudad está a 23 metros sobre el nivel del mar. El río Segura la cruza por su mitad.
Palacios. Casas blasonadas. Iglesias. Conventos. Seminario. Torres. Castillo. Personajes ilustres de la tierra que engalanan la historia, la poesía, la literatura, la ciencia. El obispo Fernando de Loazes. El científico Miguel Escudero Abenza. El poeta Miguel Hernández, escritor, dramaturgo.
Palacios. Casas blasonadas. Iglesias. Conventos. Seminario. Torres. Castillo. Personajes ilustres de la tierra que engalanan la historia, la poesía, la literatura, la ciencia. El obispo Fernando de Loazes. El científico Miguel Escudero Abenza. El poeta Miguel Hernández, escritor, dramaturgo.
Y sus calles. Por donde corre la vida. Por donde nacen comercios y talleres. Por donde pasa su historia. Sus piedras, glorias pasadas. Hoy sus calles y sus piedras cobijan el recuerdo de una época. Un mercado medieval, el primero del 2008, del 1 al 3 de febrero.
Sus calles. Por donde corre la vida.
El alfarero, modelando la tierra. El panadero, su pan y su horno. El herrero, su forja, su hierro. Telares. El guerrero, afilando la espada. El ganadero, asando el lechazo.
El saltimbanqui. El malabarista. El bufón. El hereje, camino de la hoguera. La dulzaina y el tambor.
Aldeanos. Obispo. Grandes señores. Cetrería y las águilas de Valporquero. Agricultores y ganaderos. Animales domésticos, economía familiar. Caminantes, de paso.
Aldeano
Entonces, como ahora, los niños tienen hambre. Entramos en la cafetería Cicuta. Bar “de toda la vida”, en la calle mayor. La entrada te tira para atrás. La barra está muy cerca de la puerta. Desorden. Bullicio. Humo. Oscuro. El comedor está al fondo. Luminoso. Ordenado. Limpio. Mobiliario sencillo. Negocio familiar. Servicio correcto. Les cuesta arrancar, pero luego no hay cortes entre plato y plato. No hay menú. No hay carta. Nos dicen lo que tienen para hoy. Variedad. Calamares rellenos, muy buenos. Ensalada mixta. Berenjenas rellenas de atún, buena combinación. Cerveza. Refrescos. Los niños, lomo ó pechuga con guarnición. Postres caseros. Flan. Natillas con abundante caramelo por encima. Café. 12 euros cada adulto. Hoy me apetecía comer un arroz con costra en el restaurante El Cruce ó en el restaurante del Hotel Tudemir, que lo hacen muy bueno, pero otra vez será.
No podemos irnos de Orihuela sin pasar por El Angel. Ayer horno. Hoy, además, cafetería donde degustar sus panes, sus dulces, su bollería, su repostería conventual. Chatos, pastelillo típico de Orihuela. La masa bien cocida, azúcar, cabello de ángel. Almojábanas. Manteca, huevo, azúcar, bien caladas con miel, repostería típica en toda la Vega Baja, sobre todo en Almoradi.
Fachada de El Angel
Almojábanas