L´Aquàrium Municipal de Santa Pola está situado en un punto idóneo de la localidad alicantina, en la Plaza de Francisco Fernández Ordoñez: junto al coqueto Ayuntamiento, casi a la orilla del mar y muy próximo al Castillo, del que hablaremos en breve en otro artículo.
Por extraño que parezca, no está en la Plaza propiamente dicha..., sino debajo de ella; más concretamente, a dos metros de profundidad. Con una superficie construida de 710 m2, se distribuye en tres zonas muy diferenciadas.
Por extraño que parezca, no está en la Plaza propiamente dicha..., sino debajo de ella; más concretamente, a dos metros de profundidad. Con una superficie construida de 710 m2, se distribuye en tres zonas muy diferenciadas.
Fue inaugurado en Julio de 1996, con el único motivo de mostrar una variedad representativa de las especies marinas que habitan nuestras costas. Para una gran mayoría de personas, los espacios ocupados por el mar en la naturaleza, son zonas inaccesibles que tan sólo en documentales televisivos permiten mostrarnos su belleza natural. Quedan así, lejos de la observación humana, grandes extensiones y biotopos que han ido evolucionando durante millones de años.
Debemos tener en cuenta que la idea de mantener peces en cautividad es antiquísima. Los romanos, egipcios y sobre todo en Oriente, ya mantenían algunas especies, bien para solazarse o como reservas alimenticias, utilizando para ello instalaciones en roqueros costeros o bien aprovechando estanques, albuferas o entradas del mar naturales. La palabra acuario, tal como la entendemos hoy, fue empleada por primera vez en 1853 por el naturista inglés Philip Henry Goose, con motivo de la inauguración en el London Zoological Garden del primer acuario público. Desde entonces, la acuariología experimenta un gran auge al emprenderse diversas campañas oceanográficas que permitieron el conocimiento de nuevas especies. En la actualidad, el hombre, rodeado por el hormigón, sumergido en ciudades superpobladas y alejado del medio natural por exigencias de la vida moderna, experimenta una necesidad de contactar con la naturaleza, pretendiendo con la acuariofília poder acercar a él un trozo de ella.
El acuario Municipal de Santa Pola constituye un instrumento educativo y de investigación de primer orden. Su campo de aplicación biológica es inmenso: Fisiología animal y vegetal, sistemática, física, química, piscicultura, acuicultura, oceanografía, etc...
Como decimos, está dividido en tres zonas diferentes.
La primera de ellas es el vestíbulo. Su finalidad es la de preparar al visitante para el recorrido en penumbra por el Acuario, y la de aislar éste del ambiente exterior. Al su lado izquierdo se ha dispuesto una sala polivalente, en la que los visitantes podrán complementar la visita con información audiovisual.
La segunda zona es el acuario, un entorno en el que el público puede moverse libremente en un anillo delimitado exteriormente por una serie ininterrumpida de peceras. De esta manera se pretende conseguir que el visitante se sienta "inmerso" en el mundo acuático y rodeado por la franja continua y brillante de los acuarios. Todos los elementos: PVC del suelo, rejilla del techo y paneles de las paredes son de color azul intenso. Las únicas referencias visuales son el frente continuo de los acuarios intensamente iluminados, los 250 pequeños y brillantes puntos de luz del techo, y los efectos que produzcan los proyectores de ambientación en el pavimento.
La tercera y última zona es la sala de mantenimiento técnico: sala de cuarentena y laboratorio, balsas de depuración, sala de máquinas.
Tanto estas dependencias como la zona posterior de los acuarios en la que se sitúan los elementos de decantación, están conectados por un pasillo continuo, en forma de U con acceso por los extremos y por el centro, lo que facilita el trabajo de mantenimiento.
El agua de las instalaciones se cambia semanalmente en un 25%, mediante un sistema de recirculación conectado de forma directa con el mar. Su depuración es sometida a un sistema de filtro mecánico y biológico, que inyecta ozono permanentemente manteniendo un grado elevado de oxidación en el medio acuático.
Como curiosidad, podemos terminar diciendo que la mayoría de especies presentes han sido cedidas por los marineros de Santa Pola, a lo largo de sus capturas en el mar.Fuente:
Fotografías:
Juan José Amores Liza