El nuevo PGOU que Jesús Quesada Polo como Doctor Arquitecto y Director del equipo redactor y Alfonso Mendoza Quesada, abogado que formaba parte también de dicho equipo y que actualmente es Delegado de Urbanismo en el Ayuntamiento de Alicante, son los responsables directos, entre otros, de que el edificio del que hablábamos hace dos años en este enlace: El edificio enjaulado de Reyes Católicos no figure en el Catálogo de Edificios protegidos de dicho Plan General, al haber denegado dos veces, en las exposiciones al público, su inclusión en el mismo, razón por la cual ha sido derribado sin problema alguno el pasado lunes 2 de mayo, privándonos a los alicantinos, como tantas otras veces, de una preciosa y artística construcción que además era uno de los edificios de viviendas más antiguos de la ciudad (Manuel Chápuli, 1887). Aquí está el testimonio gráfico de semejante hecho:
Fotografía gentileza de Jesús Sánchez.
Decíamos en el artículo mencionado anteriormente: "Ya quedan pocas joyas en este Alicante que pierde sus huellas a pasos de gigante y este edificio, sin duda el mas bonito de Reyes Católicos, se merece lucir de nuevo con el esplendor que el tiempo le ha hecho perder". Lamentablemente eso ya es imposible: los escombros sepultan los cimientos de lo que antaño fue un edificio emblemático de nuestra ciudad, a la que por la dejadez de nuestro Consistorio, vamos despojando de nuestras señas de identidad, haciendo desaparecer insustituibles edificaciones, que reflejan nuestro pasado y que otras ciudades darían lo que fuera por tener, por conservar y por poner en valor.
Es triste que nuestro Ayuntamiento no aprecie como corresponde el aporte tanto estético como histórico de estos edificios. Véase el ejemplo de otras ciudades españolas, como Madrid o Barcelona, donde los turistas acuden en masa y pueden disfrutar callejeando por sus barrios antiguos al descubrir rincones de indudable belleza, mientras que aquí, nuestros gobernantes parecen empeñados en destruir todo vestigio de nuestro pasado dejando proliferar otro tipo de fachadas más anodinas y sin personalidad, lo que perjudica indirectamente a nuestro turismo, porque la gente cuando nos visita, no sólo quiere playa, sino una experiencia conjunta de ocio, cultura, gastronomía y lo que lo redondee sea un entorno con encanto y personailidad...