20 noviembre 2009

ANÉCDOTAS DE FOGUERES (VII)

El año que se prohibieron las Barracas


La verdad es que se veía venir. Desde la reanudación de la Fiesta en 1940, ya que el año anterior sólo se plantó simbólicamente una foguera (ver el artículo de Alicante Vivo “Fogueres 1939”), el número de monumentos foguerers oscilaba entre 20 y 27, mientras las barracas fueron creciendo poco a poco de 5 a 27, hasta que en 1948 sucedió lo que parecía inevitable: el número de monumentos barraquers -27- superó por primera vez al número de fogueres -24-. Se dispararon todas las alarmas.

Manuel Montesinos Gómiz, que sería relevado como Alcalde pocos días antes de Fogueres 1949 por Francisco Alberola Such, y Ramón Guilabert Davó como Presidente de la Comisión Municipal de Fiestas y de la Comisión Gestora (además de presidir la Foguera Plaza Ruperto Chapí), fueron quienes tuvieron el dudoso honor de “...desautorizar a las Barracas y autorizar a las Hogueras para que elijan el lugar en el que atender a sus invitados”, según decisión aprobada por unanimidad en la Junta General de las Comisiones de Hogueras de San Juan celebrada el 8 de octubre de 1948, primera del Ejercicio 1948/49.


Cartel Oficial de Les Fogueres de Sant Joan 1949

Completaban esta Gestora: José Roméu Zarandieta (Presidente de la Foguera Plaza 18 de Julio), Vicepresidente; Emilio Hernández Calvo (Presidente de la Foguera Alfonso el Sabio), Secretario; Enrique Ibáñez García, Vicesecretario; Carlos Rodes Fajardo (Presidente de la Foguera Plaza Gabriel Miró), Tesorero; Carlos Torres Stivi (Presidente de la Foguera Rambla Méndez Núñez), Contador; Tomás Valcárcel Deza, Delegado Artístico; José González Cayuela y Andrés Iborra Cilleros, Delegados de Prensa y Propaganda; y Enrique Tolón Gali y Francisco Gil Zapatero, Vocales adjuntos.

Según se recoge en el Acta de la citada Junta General, el Sr. Guilabert se dirigió a la misma haciendo alusión a los años previos a la Guerra Civil, en los términos siguientes, y dicho sea de paso no del todo exactos: “...que en dichos años, cuando el número de «hogueras» llegó a 35, no había ninguna «barraca» constituida y que en años sucesivos, a medida que el número de barracas iba en aumento, el de hogueras iba disminuyendo, todo esto le ha hecho meditar sobre el caso llegando a la conclusión de que el factor esencial del decaimiento de las hogueras es el aumento de las barracas, por todo esto y de acuerdo con la Mesa Gestora, que preside, contando con el apoyo moral del Sr. Gobernador, Sr. Alcalde y demás autoridades locales propone que no sea admitida la instalación de dichas barracas.

Seguidamente el Sr. Guilabert hace ver a los reunidos el apoyo incondicional que se ofrecía a prestar a las comisiones de fogueres el Sindicato Provincial de Hostelería y Similares, que dicho sea de paso tendría bastante que ver en todo este asunto, y que presidía Enrique Tolón, a la sazón recién nombrado Vocal de la Gestora, ensalzando a éste y las ideas que traía para la Fiesta.

Pero la realidad, la triste realidad de Fogueres 1949, fue que solamente se plantaron 15 fogueres, según la documentación recogida en los Expedientes que se conservan en el Archivo Municipal, la cifra más baja de la historia, si exceptuamos 1928, año de su fundación. Incluso se llegó a plantear la continuidad o no de la Fiesta. Veamos cómo se sucedieron los acontecimientos a través de las páginas del Libro de Actas de la Comisión Gestora correspondiente a ese período, depositado para su conservación y custodia en el citado Archivo Municipal.


Foguera Carolinas Altas 1949 (A.M.A.)
Primer Premio de Primera Categoría

La siguiente Junta General está fechada el 3 de noviembre de 1948. El Presidente de la Comisión Gestora hace un resumen de las actividades de la misma en el último mes, informando que “...la comisión del distrito de «Plaza de Séneca» ha desaparecido y lo mismo ocurre con el de «Camarada Maciá». Después de haber realizado gran número de visitas sólo se ha conseguido formar la comisión de la calle de San Vicente y en otros distritos lo ocurrido es vergonzoso, hasta el extremo de intentar algunos de ellos poner condiciones tales como la entrega de 2.500 pesetas en metálico para cubrir el déficit que dejaron sus antecesores. En el barrio de Benalúa, a pesar de las gestiones realizadas por el Sindicato de Hostelería también han fracasado”.

En esta misma sesión, se hacía lectura de un documento publicado en el barrio de San Blas, en el que se anunciaban Fiestas de Moros y Cristianos para la primera quincena de junio, para las que contaban con el apoyo de 170 socios. Continúa el Acta diciendo que “...el Sr. Presidente ve en ello una mala fe manifiesta por haber escogido precisamente el mes de junio, con lo cual quitarían interés a las «Hogueras», además parece ser han recurrido a los Hermanos Salesianos a fin de conseguir apoyo oficial”.

Otras lindezas recogidas en esa Junta General son, por ejemplo: “...lo de «Pérez Galdós» también es incalificable pues hasta ofreciéndoles un presidente, que sería el Sr. Tolón, no aceptan y en último caso lo harían si este señor se compromete a pagar el déficit de 15 ó 20 mil pesetas que calculan habría. «Santa Isabel», «Díaz Moréu», «Pla Bon-Repós», «Campoamor», etc. ocurre otras cosas por el estilo...” / “...el Sr. Presidente pregunta a los reunidos si se continúa la labor emprendida o se corta, vista la apatía de la gente...” / “...el Sr. Presidente alude a los Delegados de Propaganda los cuales no acuden a las reuniones ni hacen ninguna labor y por lo tanto propone les sean retirados los nombramientos...”. Uno de los delegados presentes, refiriéndose a las mencionadas fiestas de San Blas, “...dice que debe intentarse su prohibición, a lo cual el Sr. Presidente responde que ya se ha entrevistado con el autor del programa y con el Superior de los Salesianos, al cual se le ha explicado que estas fiestas no son más que una respuesta a la Junta de la Gestora y Comisiones en la que se acordó la disolución de las barracas. Este señor ha visto el engaño de que era objeto y por lo tanto les retirará su apoyo. El Sr. Alcalde no las autorizará e igualmente se cree hará el Sr. Gobernador”.


Foguera Plaza de Gabriel Miró 1949 (A.M.A.)
Primer Premio de Segunda Categoría

Metidos ya en 1949, concretamente en la Junta General del día 2 de febrero, sale a la luz buena parte del origen de la polémica: que el Sindicato de Hostelería, si desaparecían las barracas, había ofrecido su colaboración no sólo aportando ideas, sino también fondos a la Fiesta “...pero todavía no se había podido concretar nada, unas veces por ausencia de su Presidente y otras por distintas causas”. Obviamente, el problema radicaba en que las barracas, con su crecimiento, se habían convertido en una fuerte competencia para la hostelería alicantina durante los días centrales de Fogueres, amén de restarles ingresos a las comisiones de fogueres con sus actividades. Era problema de dos, y entre dos lo intentaron resolver.

Cercanas ya Fogueres 1949, con la presencia de la totalidad de los componentes de la Comisión Gestora y de los representantes de todas las comisiones constituidas, el Acta fechada 3 de junio sigue recogiendo retazos de la controversia generada con el Sindicato de Hostelería y su aportación de fondos para la Fiesta: “...dice el Sr. Presidente que parece estén resueltos todos los inconvenientes, pues a requerimientos del Sr. Alcalde se ha concretado y seguramente se entregará un cheque por valor de 31.000 pesetas de las cuales podrá disponer la Comisión Gestora para lo que crea más conveniente...”. Y algo tuvo que pasar, de lo que no ha quedado constancia en estas páginas, pues he aquí que inesperadamente se produce un giro, y Guilabert hace la siguiente aclaración: “...que el asunto de las «barracas» se mantendrá a rajatabla, no pudiendo plantarse más que una por comisión, e igualmente no prosperará ninguna fiesta que pueda perjudicar a las Hogueras, este es el criterio que mantienen las Autoridades por el momento...”. Muy probablemente tuvo que ver en esto la llegada a la Alcaldía de Francisco Alberola Such.

La cuestión es que el daño ya estaba hecho. No había tiempo material para reglamentar este nuevo condicionante, y tan sólo hay constancia de que plantara una barraca. Lo haría la propia comisión de la Foguera Rambla Méndez Núñez, junto a su monumento foguerer, por lo que tal vez cabría mencionar este hecho como la aparición del primer Racó de foguera de la historia.


Boceto de la única barraca plantada en Fogueres 1949,
junto a la Foguera Rambla Méndez Núñez (A.M.A.)

De una forma o de otra, la Fiesta estaba más dividida de lo que parecía, y había opiniones para todos los gustos. Así, por ejemplo, en el llibret de la Foguera Alfonso el Sabio, presidida como ya hemos visto por uno de los miembros de la Gestora, es obvio que íbamos a leer algo como lo siguiente:

“Pobrecitas las barracas
que no se plantan este año,
descansen en paz y gloria
por haber bebido tanto.
¡Barracas! Templos de arte,
música, luz, alegría,
buen gusto, ingenio, armonía,
esplendidez, galantería.
¡Barracas! Cuchitriles, tabernarios,
escándalos y jaleos, alborotos, peteneras,
gansadas y tonterías y derroche de dineros
sacados a los vecinos con rifas y loterías”.

Casi nada. En cambio, un ejemplo de lo contrario lo encontramos en un artículo firmado por Ros y Verdú, contenido en el llibret de la Foguera San Fernando-Lonja, en el que se afirma: “Digan lo que digan y pese a lo que pese, creemos que las Barracas dan vida y color a la fiesta, aunque, como muchos, tengamos que pasear por sus puertas, pero la verdad, da gusto ver cómo se divierten los «barraquers», ¡qué caramba!”.

La polémica, pues, seguía en la calle. Tanto, que incluso llegó a verse reflejada en el Pregón del Alcalde Francisco Alberola, el 21 de junio de 1949: “...no os importe que surjan alrededor pleitos como el existente entre foguerers y barraquers. Estas discusiones son propias de las grandes fiestas; y lejos de perjudicarla la engrandecen, como sucede en la Fiesta Nacional cuando el público se divide alrededor de cada uno de los diestros que constituye la pareja que realiza el espectáculo. De este pleito renacerá potente la Fiesta de les Fogueres si una buena dirección la encauza”.


Foguera Plaza de las Monjas 1949 (A.M.A.)
Primer Premio de Tercera Categoría

Veamos unos apuntes de Fogueres 1949, antes de continuar el “affaire” de las barracas en el siguiente ejercicio. El Jurado concedería los primeros premios a los siguientes monumentos:
  • Primera Categoría; Foguera Carolinas Altas; “Cinelandia” de Ramón Marco Marco; plantada en la Plaza del Sol.
  • Segunda Categoría; Foguera Plaza de Gabriel Miró; “Lo que va de ayer a hoy” de Jaime Giner Palacios; situada en la calle San Fernando junto a dicha plaza.
  • Tercera Categoría; Foguera Plaza de las Monjas; “Estampas locales” de Antonio Hernández Gallego; ubicada en la Plaza de Nuestra Señora del Remedio.
Por lo menos cabe destacar algunas anécdotas, además del solitario Racó de la Rambla, que paliaron de algún modo el rotundo fracaso que supuso la prohibición de las barracas, pues en contra de lo pretendido, como ya hemos visto, se plantaron un número ridículo de monumentos. Así, la creación de la Foguera Ciclistas Alicantinos (ver el artículo de Alicante Vivo “Anécdotas de Fogueres (VI). Las dos ruedas y Les Fogueres de Sant Joan”) conllevó la celebración de la “I Vuelta Ciclista a la Provincia de Alicante”, y la iniciativa de la firma comercial mallorquina “Radio Borne”, nos regaló un monumento foguerer, propaganda de los receptores de marca “Vertor”, que se plantó igualmente en plena Rambla alicantina.


Boceto de la Foguera "Casa Radio Borne" (A.M.A.)

De la Foguera “Casa Radio Borne” se conserva abundante documentación en el Expediente 16/1949 del Archivo Municipal. La Solicitud de Plantà está firmada por Abilio J. Blasco Pastor, industrial, vecino de Alicante, en representación de la citada casa radicada en Palma de Mallorca. Está fechada 27 de mayo de 1949, y dice desear plantar frente a la “Farmacia Planelles” en la Rambla, y que tendrá unas medidas de 6 metros de altura por 4 de base. Sería construida por el artista de fogueres Antonio Hernández Gallego. En este documento aparece fecha de Entrada en Registro de la Secretaría del Ayuntamiento el mismo día 27 de mayo, y en Intervención el 6 de junio.

La Comisión de Fiestas reunida el 2 de junio da luz verde a su autorización en documento de dicha fecha, justificando la misma en la considerable disminución de comisiones de distrito constituidas ese año. Y en informe de Intervención de fecha 9 de junio, da igualmente visto bueno a dicha autorización, siempre que previamente a su plantà se satisfagan 380 pesetas, en concepto de liquidación de tasas o tarifas por los siguientes conceptos:

- “Ordenanza Fiscal nº 42.- Espectáculos y Recreos.- a) Por emplazamiento en la vía pública o en terrenos del común, de toda suerte de instalaciones dedicadas a espectáculos diversos o recreos: 4 metros, a razón de 20 pesetas por metro..... 80 pesetas”
- “Ordenanza Fiscal nº 50.- Derechos o Tasas sobre Anuncios.- d) Luminosos, proyectados y sonoros: 15 aparatos altavoces, instalados en la vía pública o terrenos del común, constituyendo propaganda industrial, por uno, en calle de primera categoría..... 300 pesetas”

Por último, la Comisión de Hacienda, en reunión y documento de fecha 13 de junio, a la vista de los anteriores informes autoriza la foguera, dando comunicación escrita de ello a Intervención y al interesado en sendas notificaciones de 20 de junio.

Finalizado el Ejercicio 1948/49, era obvio que había que encarar el siguiente con el tema barracas encima de la mesa, sin dejar a un lado al Sindicato de Hostelería, planteándose el complicado tema de cómo contentar a unas y a otros. Así las cosas, tiene lugar el primer Pleno de Comisiones de Hogueras en Junta General Ordinaria, en el Salón de Actos del Montepío Mercantil Provincial, el 4 de octubre de 1949, y tal como se veía venir, con nueva Gestora presidida por Francisco Zaragoza Onofre. Y en lo que se refiere al asunto de “...la formación de las Comisiones de «Peñas y Barracas», por la Mesa se da lectura a una propuesta...” / “...dando por resultado el siguiente acuerdo:

- Sólo se podrán instalar Barracas en aquellos distritos en que exista Comisión de Foguera.
- A cada distrito «fogueril» corresponderá la plantación de dos barracas como máximo, una de la Comisión de la Hoguera y otra de carácter particular.
- Esta última deberá solicitar previamente de la Comisión del distrito la correspondiente autorización.
- No se permitirá a ninguna comisión de Peñas y Barracas la explotación de rifas y festivales que puedan restar ingresos a las Hogueras, debiendo efectuar únicamente sus recaudaciones por aportación personal de sus componentes”
.

Pues bien, con membrete de la “Comisión de Peñas y Barracas” de Alicante, el 24 de abril de 1950 se hace entrega al Alcalde de un documento que adjunta una lista para su autorización de 25 barracas constituidas para Fogueres 1950, con sus correspondientes bocetos por triplicado, detallando los distritos de pertenencia, uno de ellos para ser devuelto una vez autorizado a la Comisión de distrito correspondiente. Todas serían aprobadas.


Relación de Barracas que fueron aprobadas
para Les Fogueres 1950 (A.M.A.)


Pero el Sindicato Provincial de Hostelería se guardaba el punto final de este embrollo, un documento de la Vicesecretaría Provincial de Ordenación Económica de la Delegación Provincial de Sindicatos (de Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S.), fechada el 25 de abril y firmada por el Delegado Provincial de Sindicatos, Alberto Ramírez, así como el Vicesecretario Provincial, Luis Aparisi, dirigido al Alcalde en los siguientes términos:

“Habiendo llegado a conocimiento de esta Vicesecretaría por conducto del Sindicato Provincial de Hostelería y Similares, que se están estableciendo bares abiertos al público con venta de sus productos por las comisiones de las «Fogueres», sin estar legalmente constituidos como tales por no pagar la contribución industrial correspondiente ni las cargas sociales que establece la Ley ni los impuestos del Ayuntamiento no siendo justo por tanto autorizar estas aperturas, esta Vicesecretaría propone a su Autoridad el que se dicten las normas necesarias para que estos repetidos bares puedan funcionar como tales, autorizando únicamente su apertura cuando se precise el pago de una entrada al repetido local, evitando con ello las pérdidas consiguientes que se ocasionan a las industrias legalmente establecidas. Hay que hacer la salvedad de que estos establecimientos pueden obsequiar a las distintas autoridades y personalidades y a cuantos deseen, siempre que sea obsequio de la Comisión Gestora, sin que pueda nunca funcionar como establecimientos públicos a excepción de lo dicho en el párrafo primero”.

Y así quedaron las cosas...

 
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