22 enero 2010

RAMBLA 19. "CARTA DE LOS LECTORES", EN INFORMACIÓN (22-01-2010)

Rambla 19. Por un Alicante con honra
         

Puedes leer la carta en ESTE enlace del Diario Información
                
Muchos de nosotros recibimos una puñalada de tristeza y estupor cuando leímos el artículo de opinión de D. Tomás Amat Guarinos, defendiendo el derribo del edifico Rambla 19.

Dicho inmueble, en el que estuvo instalada en un principio la bodega Casa Luna, para transformarse después en la Cafetería Luna y  Escada, es una muestra palpable de la Historia de Alicante y sus ciclos. Ciclos con subidas y bajadas, con avances y retrocesos, según los juzguen los ojos que los contemplen. La pujanza económica siempre se ha traducido en nuestra ciudad en una sustitución y rendimiento inmediato, aunque no siempre óptimo, de lo que se considera viejo y obsoleto, así como por cambios en los usos y costumbres. Sólo en esta calle, los almacenes El Águila, el Cine Avenida, La Ciudad de Roma y muchos otros, han desaparecido.
              
Por ello, tras leer las palabras del señor Amat, lo primero que llama la atención es que un profesional como él justifique lo injustificable: el derribo del edificio de Rambla 19 con teorías apoyadas en citas célebres, que versan sobre la soledad del edificio en el medio en que le rodea. Y lo segundo, precisamente, por ser un arquitecto el que defienda semejante atrocidad, por mucho que sea autor del proyecto que afecta, curiosamente, al citado edificio. Y es que antes del interés debería primar la ética profesional.
        
Curiosamente, Rambla 19 se encuentra flanqueado por dos ejemplos muy diferentes de arquitectura actual. A la derecha, en lo que fue la entrada al Avenida, vemos un pastiche de balconadas estilo “remember” realizadas con el peor gusto posible. Y a su izquierda, un ejemplo de edificación moderna más acorde con los tiempos actuales. Y es que no hay que tenerle miedo a lo moderno, señor Amat; pero cuando lo moderno intenta imitar a lo antiguo, se convierte en abortos arquitectónicos como el que observamos día a día en el Edificio Bergé, junto al Mercado. Un edificio antiguo, entre otros modernos, no sobra, sino que destaca y hace destacar, para bien o para mal, a los demás que lo rodean.
           
Ignorar que un edificio, a parte de su valor artístico, tiene un valor histórico, es un claro ejemplo de hacia dónde va esta ciudad y la pérdida de valores de aquellas personas que deberían defender lo poco que nos queda.

Sirva esta pequeña carta como humilde respuesta al artículo del arquitecto D. Tomás Amat, que en pocas palabras vino a menospreciar otras opiniones vertidas por diferentes personas y asociaciones en este mismo diario. En verdad, no hay peor error que creerse en poder de la verdad absoluta y no escuchar a los demás. Nuestros políticos, a nivel general, son expertos en eso.

Alfredo Campello Quereda
y
Juan José Amores Liza
A.C. ALICANTE VIVO

 
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