Ya hemos hablado varias veces de hundimientos en nuestra costa (desde barcos romanos hasta buques como el Sirio o el Siena), submarinos hundidos (accidentalmente o intencionadamente) y todo tipo de historias submarinas.
La sorpresa ha sido mayúscula al descubrir a través de Ilustrae que alguien en algún lugar del mundo podía haber pensado que en esta imagen capturada en Google Maps, el satélite fotografió el momento exacto en que un remolcador sacaba un barco naufragado del fondo de las aguas de la ampliación de Poniente del Puerto de Alicante.
Esta noticia nunca habría pasado desapercibida en la prensa... ¿Entonces qué pasó? ¿El ferry a Orán emuló al Titanic? ¿Una conspiración? ¿Un buque cementero se fue a pique? ¡Ni mucho menos! Como todo, tiene una explicación, y ese barco nunca se hundió.
Resulta que Google Earth combina fotos de diferentes satélites, a diferente altura, con distinta resolución... y más aún: en distintas fechas (a veces vemos sombras que no cuadran una junto a otra) y con distintos puntos de vista. Todo esto forma un gigantesco collage, montado y organizado por coordenadas gracias a la precisión del geoposicionamiento de cada foto y un software que puede solapar y convertir todas las capturas del satélite en una imagen continua.
El problema es que en las zonas de junta, donde se une una fotografía con otra, a veces sucede que aparece medio coche, una calle en obras por un lado y la misma finalizada por el otro... o como en este curioso caso: una foto aérea en la que se cortó justo por el punto en que aparecía un barco siendo remolcado hasta el interior de la dársena (enlace a la imagen en Google Maps).
Por suerte, ningún barco se hundió, y esta historia pasó a ser una de esas "anécdotas alicantinas del siglo XXI". La curiosidad surgió desde Photoshop Dissasters un blog muy lejano a nuestra ciudad, dedicado a captar errores derivados de los montajes fotográficos, y que por una de esas extrañas carambolas, acabó mostrando a todo el mundo una foto aérea de nuestro puerto.
25 septiembre 2008
EL BARCO QUE NUNCA NAUFRAGÓ
Publicado por Rubén Bodewig