30 agosto 2007

CRÓNICA DE LOS ÚLTIMOS DÍAS (VI): LOS ITALIANOS EN ALICANTE

CRÓNICA DE LOS ÚLTIMOS DÍAS (I): LAS LISTAS
CRÓNICA DE LOS ÚLTIMOS DÍAS (II): UNA CIUDAD FANTASMAL
CRÓNICA DE LOS ÚLTIMOS DÍAS (III): CONCENTRADOS
CRÓNICA DE LOS ÚLTIMOS DÍAS (IV): ESPERA DESESPERADA
CRÓNICA DE LOS ÚLTIMOS DÍAS (V): LA CRÓNICA
En la mañana del jueves 30 de marzo, todas las noticias son desoladoras en el puerto. Por gente que ha ido llegando durante la noche y la madrugada, sabemos que el enemigo es dueño ya de Valencia, Cuenca, Jaén, Ciudad Real, Almería y Albacete.
Hay incluso quien afirma que está también en Murcia y ha desembarcado en Cartagena.
Aunque algunas de esas informaciones pueden ser prematuras, no tardarán en ser superadas por la realidad. El redu
cto republicano es la ciudad en que nos encontramos y no va a durar mucho. Las divisiones que han entrado en Alicante están motorizadas, como ya sabemos.
-Si quieren, estarán hoy mismo en Alicante.
Ignoramos qué ha sido del Coronel Casado y sus acompañantes del Consejo Nacional de Defensa que a mediodía del miércoles continuaban en Valencia. Sabemos que salieron de la ciudad en las primeras horas de la tarde, cuando la “quinta columna” era dueña de la población, pero no han llegado a Alicante. Los componentes de la caravana que partió después de ellos abandonasen la ciudad del Túria, llegaron al puerto sin encontrar rastros suyos en el camino.
Sólo cabe una explicación: que muriesen en el camino.
La preocupación dominante siguen siendo los barcos, y la mayoría se muestran francamente pesimistas. Nadie se explica lo sucedido con los buques que anoche se acercaron a la bocana del puerto y dieron media vuelta sin decidirse a entrar. Más que en la presencia del “Canarias”, se piensa ahora que los propios capitanes de los barcos no se atrevieron a atracar, temerosos de la reacción de los millares de personas armadas y desesperadas. Algunos, que creen estar más enterados, sospechan una turbia maniobra de la Mid-Atlantic, compañía propietaria de la mayoría de los buques que debían de intervenir en la evacuación.
–Aunque la Mid-Atlantic está formada con dinero del Gobierno de la República, los que ahora la rigen pretenden quedarse con todo y no quieren arriesgar ninguno de los barcos.
La sede de la compañía está en Marsella. Hace diez días, el Consejo de Defensa mandó allí a Trifón para arreglar el envío de los buques necesarios. Aunque Trifón no encontró las facilidades esperadas, logró superarlas y hacer que los buques salieran hacia Valencia, Alicante, Cartagena y Almería. No es posible que anoche se ordenase a los capitanes por radio que dieran media vuelta.
Esto por los menos piensan los socialistas que están en el puerto
Rodríguez Vega, Zabalza, Antonio Pérez, Gómez Osorio y casi todos los miembros de la Junta siguen insistiendo en que vendrán barcos hoy mismo. Pero de todas formas...
Consideran que, aparte de sus premiantes llamadas por radio y teléfono al Gobierno francés para que nos ayude, no sobraría una petición más directa y personal con el Mid-Atlantic.
Como hay una plaza libre en el avión de la Air France en la línea Casablanca-Marsella, que hará escala en Alicante dentro de una hora, desean que los republicanos del puerto designen a una persona que, en representación de todos , la ocupe y pueda presionar dentro de unas horas en la sede de la Mid-Atlantic.
Tras un rápido cambio de impresiones, republicanos, comunistas y confederados deciden que el designado sea un socialista. Como Rubiera, que quiere compartir la suerte de cuantos nos encontramos e
n el puerto, se niega a ir, lo hace en su lugar Pascual Tomás.
A las doce de la mañana, una avión comercial, volando relativamente bajo, cruza sobre Alicante con rumbo al Norte.
-Ahí va nuestra última esperanza -murmuran algunos.
A primera hora de la tarde circula la noticia de que esta noche habrá barcos de verdad.
No serán mercantes, sino de guerra, enviados por Inglaterra y Francia.
Muchos, yo entre ellos, nos negamos en redondo a creerlo.
Uno de los miembros de la Junta, que acaba de hablar con Charles Tillon, emplea un argumento decisivo para convencernos. Hace media hora recibieron noticias de que Casado, Carrillo,
Val y otros miembros del Consejo Nacional de Defensa. Los tenientes coroneles Durán y Ciutat, no han muerto en el camino entre Valencia y Alicante, como temíamos esta mañana.
-Embarcaron anoche en Gandía en un crucero inglés y a estas horas navegan tranquilamente con rumo a Marsella.
La noticia atenúa ligeramente el profundo escepticísmo que domina en el puerto. Seguimos discutiéndola apasionadamente cuando nos llega otra, no sabemos si alentadora o deprimente: el diputado francés y varios de los cónsules acaba de llegar al puerto y están conferenciando en el edificio de la Aduana con los miembros de la Junta.
¿Para qué?
No tardamos en saberlo: los italianos de la División Littorio están a las puertas de Alicante, pero no quieren entrar por la fuerza, provocando una lucha inútil a estas alturas, en la que habría centenares de muertos.
-Quieren llegar a un acuerdo con nosotros.
-¿Para que nos entreguemos atados de pies manos?
-No. Para dejarles entrar sin lucha a cambio de la garantía de que podremos continuar en el puerto sin ser atacados hasta que lleguen los barcos.
Aunque la propuesta me parece increíble tiene un fundamento serio. Carlos Rubiera y el coronel Burillo salen del puerto acompañando al diputado galo y a los cónsules para celebrar una entrevista con unos oficiales italianos en el Consulado Francés. A la media hora vuelven con una propuesta concreta. La respuesta deben dársela cuanto antes a los enviados del general Gambara. De no oponernos a la entrada de la Littorio, el puerto será declarado zona neutral y podremos embarcar con toda tranquilidad esta noche, mañana o cuando sea.
Los italianos hacen su entrada a media tarde.
Precedidos de motos y tanquetas, vienen en camiones que desfilan por una parte del paseo de los Mártires, pero sin acercarse demasiado a la entrada del muelle en que nos hallamos. Suben por la Rambla y deben dispersarse por la ciudad. Pronto vemos que algunos andan por el fuerte de Santa Bárbara, que domina el puerto. Algunos que curiosean por la plaza de Dicenta lo hacen en actitud cordial. Los cónsules pueden seguir moviéndose con absoluta libertad. Aparentemente nosotros también. Ni siquiera cortan las líneas telefónicas entre el interior del puerto y el resto de la población.
-Pero estamos en sus manos ¿no?
Es la respuesta general al pesimismo delirante de unos pocos. Que hayan prometido dejarnos en el puerto el tiempo suficiente para que lleguen los barcos es una cosa y que lo hagan, otra muy distinta.
Quizá sea ésta la única forma de que puedan ser evacuados algunos de los que estamos en los muelles, porque de intentar una resistencia desesperada, seríamos aplastados en pocas horas, al no disponer de aviación, artillería ni tanques; ero algunos lo hubiesen preferido.
-Por los menos, moriríamos luchando.
Se acentúa la desesperanza hasta límites insoportables. El loco de la farola ha dejado de vociferar. Se cayó o se tiró desde los alto y creo que ha muerto. Otros mueren tambíen en las últimas horas de la tarde.
El suicidio es una enfermedad terriblemente contagiosa.
Al anochecer se ha convertido en epidemia.

-Vale mas terminar de una vez -dicen como explicación los que quieren justificarse ante quienes les rodean.
-----continuará------
INFO: "El Año de la Victoria". Editorial Gregorio del Toro. 1974
FOTOS:
Memoria Republicana

ALICANTE EN EL RECUERDO: LA DIPUTACIÓN

En la segunda mitad de la década de 1920, la institución provincial decidió encargar su sede definitiva a Juan Vidal Ramos, por aquel entonces arquitecto provincial, quien proyectó un edificio de nueva planta neoclásico casticista, con ornamentación de influencia barroca levantina. El proyecto de "Edificio para la Diputación Provincial de Alicante" quedó ultimado en diciembre de 1928 y se levantaría en una manzana del ensanche urbano de Alicante. Su construcción comenzó en el verano de 1929 y concluyó en la primavera de 1932.
Transcurridos 25 años, se planteó la realización de un jardín en el terreno de la Corporación, cuyo proyecto fue a parar de nuevo a Juan Vidal Ramos, en 1957. Desde que finalizaron las obras, tanto el edificio como los jardines han sido objeto de constantes mantenimientos.
En la actualidad, la restauración de la fachada y el acondicionamiento de los espacios naturales han permitido recuperar el valor original de las obras proyectadas hace más de 75 años.
ACTUALIZADO
Antes de que el edificio sea susceptible de derribo (vease artículo de La Isleta) por parte del pleno municipal, procedo a poner un par de fotos más de nuestro querido edificio. Entre ellas, hay una en la que se llevan a cabo mejoras en el edificio. Ironías de la vida




LA PLAZA DE TOROS DE AGOST

Corría el año 1923 cuando en unos terrenos de la partida “El Collaet” el terrateniente Severino Berenguer, gran aficionado a los toros y a los caballos decidió empezar a construir la actual plaza de toros. El día 28 de junio de 1927 se inauguró con una gran novillada que fue un éxito apoteósico. Este coso taurino ha sido en estos últimos 80 años un lugar de encuentro de varias generaciones de agosteros. En él se ha disfrutado de cine de verano, boxeo, circo, espectáculos musicales vaquillas y, por supuesto, toros. Su último uso fue el popular mesón “La Capea”.

Actualmente está en desuso debido, principalemte a su estado de conservación, que empeora inexorablemente. Aquí os dejamos una imágenes de la peculiar historia de la plaza de toros de Agost:


1902. Severino Berenguer y Amelia Castelló con su hijo.
Fundadores de la plaza de toros.


1920. Terrenos donde se construyó la plaza de toros.
1927. Entrada del día de la inauguración.
1928. Patio de caballos.

28 de septiembre de 1982. Blas Gallego, torero local.


1982. Corrales con ganado.



1958. Cartel del cine de verano.

1965. Cartel del cine de verano.



1981. Mesón "La Capea".


14 de agosto de 1997. Último festejo, durante las fiestas del barrio de Sant Roc.

EL PUERTO DE ALICANTE: UN QUIERO Y NO PUEDO

Cuando Alejandro Laborde, viajero francés autor de “Voyage pintoresque et historique de l´Espagne", visitó Alicante a finales del siglo XVIII, consideró la ciudad “más comerciante de España después de Barcelona y Cádiz, y el principal depósito del comercio de Valencia, Murcia y Aragón”.
La condición portuaria de la villa y la riqueza generada en torno a su tráfico marítimo fueron los argumentos que auparon a Alicante a la categoría de “ciudad” en 1490. Según el cronista Martín de Viciana “Alicante estaba en el paraje más importante del Reino para tiempos de cargar y descargar mercaderías por tener tal y tan buena y segura playa y muelle”.
Ciertamente, las condiciones de seguridad que la rada alicantina ofrecía a los navegantes eran excepcionales en el contexto valenciano. En Alicante confluían un buen número de factores positivos: el Cabo de las Huertas protegía la bahía de los vientos de levante, y el de Santa Pola de los de leveche; su calado era suficiente para que grandes buques pudieran anclar en las proximidades de la costa y, sobre todo, la fortaleza situada en la cima del cerro Benacantil, cuya ladera caía casi en acantilado sobre el mar, daba gran seguridad defensiva a las embarcaciones que comerciaban con la ciudad.
Esteban de Silhuette, un viajero que recorrió entre 1721 y 1730 Francia, España, Portugal e Italia, supo apreciar la ventajosa situación de Alicante: “Por Alicante es por donde se hace el comercio de Madrid para el Mediterráneo, como se hace en Bilbao para el Océano. Hay una infinidad de carros de cuatro ruedas, que llaman galeras, que van y vienen continuamente de Madrid”. También se refirió con propiedad al carácter de las instalaciones portuarias alicantinas en la primera mitad del siglo XVIII: “para hablar exactamente no hay allí puerto, pero existe una rada muy buena y un pequeño muelle que avanza en el mar únicamente para facilitar el embarco de las mercancías”
En la Edad Moderna la infraestructura portuaria era, por lo general, muy escasa. Las embarcaciones anclaban en lugares próximos a la costa y el embarco y desembarco de sus mercancías se efectuaba mediante barcazas destinadas a esos fines. Sólo en aquellos lugares que reunían condiciones adecuadas, se realizaban costosas obras para disponer de un muelle sólido de piedra. En Alicante se realizaron trabajos con este objetivo a finales de la Edad Media, y cuando fue elevada en 1490 a ciudad por Fernando el Católico, su puerto contaba ya con un pequeño desembarcadero.
Durante el siglo XVI, hay constancia de que se efectuaron ligeras ampliaciones, puesto que los inconvenientes técnicos y su elevado costo dificultaban trabajos mayores. Jouvín calificó nuestro puerto de “pequeño espigón que sirve de abrigo a las barcas...”, lo que revela el modesto alcance de las instalaciones portuarias cuando la ciudad entraba en 1700.
El primer proyecto de envergadura se realizó en 1749. Su autor fue el ingeniero militar Esteban Panón, que había diseñado las obras del puerto de Mallorca. Sus propósitos eran mercantiles y militares, pues al tiempo que sugería la ampliación del muelle en longitud y anchura, diseñaba un recinto fortificado en forma de cruz con capacidad para 36 cañones con lo que “quedará enteramente permanente este muelle y la Plaza del Mar muy segura y cubierta de cualquier invasión marítima”.
Pese a que el ingeniero militar consideraba una gran ventaja contar con la piedra necesaria a pie de obra, su elevado costo y escasa funcionalidad aconsejaron que se archivara.
Cuando el Conde de Aranda, capitán general de Valencia, proyecto en 1765 el ensanche de la ciudad, recogió la idea de 1749 para ampliar la Puerta del Mar y evitar así la congestión en el tráfico que se producía a la salida del muelle.
En 1772, el también ingeniero militar Joaquín Antonio Mosquera, diseñó un nuevo proyecto que planteaba la ampliación en longitud y anchura del muelle con criterios plenamente modernos: ensanchar el espigón existente en un tercio para permitir la maniobrabilidad de los carruajes, y alargando al doble de su longitud, curvando el brazo hacia poniente para lograr una mayor protección a las embarcaciones fondeadas a su abrigo, y la instalación de una farola en su extremo. La traza del muelle disponía dos alturas, siendo más elevada la de levante que, al estar dispuesta en forma de andén, posibilitaba la utilización de sus bajos como almacenes.
La escasa financiación dificultó el inicio de las obras. En enero de 1787 comenzaron con un presupuesto inicial de algo más de cinco millones y medio de reales, pero pronto se paralizaron ante la falta de fondos. Entre las iniciativas para obtener fondos, se exigió a las embarcaciones extranjeras que fondearan en la bahía cantidades que oscilaban entre 40 y 60 reales.
En 1800 un nuevo proyecto, más modesto, obra de Juan Ruiz de Apodaca, fue aprobado... pero la falta de fondos suficientes abortó de nuevo la interesante iniciativa.
En la correspondencia municipal se halla un testimonio fechado el 18 de febrero de 1800, en el que se enumeran las causas: “las guerras, los atrasos del comercio y las urgencias del Estado no han permitido el acopio de suficientes caudales para dar principio a la obra”
Finalmente, en 1803, se articuló una nueva formula. El 28 de enero de aquel año se constituyó la Junta de Obras del Puerto de Alicante, formada por: el corregidor de Alicante, el comandante de Marina, el ingeniero de obras municipal, dos regidores del Ayuntamiento, dos comerciantes y dos terratenientes.
Por desgracia (y van varias consecutivas) sus iniciativas quedaron paralizadas por los acontecimientos acaecidos en 1808 y de los que hablaremos en otro artículo.
info: "Historia de Alicante" Vol. 1
Francisco Moreno Saez


Artículos relacionados:
El Puerto de Alicante a Vista de Pájaro
El Puerto de Alicante I
El Puerto de Alicante II
El Puerto de Alicante III
El Puerto Contra Alicante
La Farola del Puerto
Faros de la Provincia

Puedes localizar el Puerto de Alicante en nuestro Mapa de Panoramio

29 agosto 2007

EL DERRIBO DE LA ISLETA: NO LO OLVIDAREMOS

Todo tiene un ciclo en la vida, a veces más corto, y otras veces, larguísimo. Las personas tendemos a valorar aquello que merece la pena, aquello que nos inspira, que nos enseña, que nos trae buenos recuerdos, o que simplemente, nos gusta, y tratamos de preservarlo para que siempre nos despierte estos sentimientos, y sobretodo, para que quien venga detrás de nosotros, tenga el mismo privilegio de disfrutarlo.

Esto lleva sucediendo desde milenios en la humanidad. Crear es algo intrínseco a los humanos, y tan intrínseco como esto es el conservar. Es la mejor manera que hemos encontrado de acercarnos a la eternidad, y superar las barreras biológicas de nuestras vidas, desde aquellos que sintieron el impulso de pintar escenas de caza en las paredes de sus cuevas hasta los niños que guardan sus primeros dibujos en una carpeta para verlos cuando sean mayores.

Con cada una de nuestras decisiones, damos pasos que implican acciones en el tiempo, y como los dueños de nuestro presente, tenemos un deber moral con quienes nos sucedan, para que hereden un mundo, cuanto menos, igual o mejor que el que hemos recibido.
Tenemos el privilegio y el compromiso de decidir qué perdurará y qué desaparecerá, y todo depende de aquellas decisiones que tomamos en este momento. Sin embargo, hay ciertas ocasiones en que alguien decide por nosotros de una manera parcial, interesada e injusta, desoyendo a los expertos en la materia, y provocando pérdidas irremediables. Y esta es la historia de nuestra ciudad, que se repite una y otra vez, desde hace mucho tiempo.



El Ayuntamiento de Alicante inició anoche la demolición de La Isleta de la Albufereta, un magnífico ejemplo de la arquitectura moderna del que gozábamos en nuestra ciudad, una de las principales cunas del desarrollo turístico moderno, legado que hoy en día estamos dilapidando de una manera dramática.

Desde nuestra web, partidos progresistas, colectivos y el propio Colegio de Arquitectos de Alicante hemos manifestado, en reiteradas ocasiones, nuestra oposición a esta demolición y exigíamos su rehabilitación y uso público.
Pero la mayoría absoluta del PP en el Ayuntamiento de Alicante se impuso y aprobó en la Junta de Gobierno del pasado 30 de julio, mediante urgencia, la implantación de la escultura Pirámide del escultor de Onil Eusebio Sempere en la confluencia de las avenidas La Albufereta, Condomina y La Vila Joiosa, conocida como La Isleta, por un importe de 526.258 euros.


Anoche el inicio de estos trabajos de demolición provocó algunos problemas de tráfico. Excepto en eso, no se registraron incidentes significativos alguno y las máquinas empezaron a trabajar en el derribo de la plaza, configurada por un pequeño inmueble de planta baja y una rotonda de vegetación, que fue proyectada en 1968 por el arquitecto Julio Ruiz Olmos..
La conservación y rehabilitación de este edificio ha sido demandada por diversos grupos. Para el Colectivo de Defensa de la Arquitectura (Codearq), perteneciente al Colegio de Arquitectos de Alicante, este inmueble, que durante varias décadas acogió una cafetería y una sala de baile, se inspira en la mítica casa Farnsworth de Illinois del arquitecto alemán Mies van der Rohe. La Isleta fue construida en 1968 y está en desuso desde el año 2003.
Tanto el Colegio de Arquitectos, EU, Etelvina Andreu o nosotros, hemos expresado en reiteradas ocasiones nuestro rechazo al derribo de este edificio, si bien fue la coalición de izquierdas la que solicitó una declaración de Bien de Relevancia Local para este inmueble histórico. EU cree que el conjunto que desaparece "de forma injustificada presenta valores históricos y arquitectónicos que justifican sobradamente su inclusión en el patrimonio cultural alicantino".
En la misma línea, la Fundación de Defensa del patrimonio Docomomo Ibérico de Alicante también mostró recientemente su preocupación por el proyecto de derribo de La Isleta, por lo que solicitó a las autoridades competentes la protección y conservación del conjunto. En un escrito remitido por el director de la fundación, Lluís Hortet, al Colegio de Arquitectos de Alicante y fechado el pasado mes de abril, Docomomo (Documentación y Conservación de edificios y sitios del Movimiento Moderno) expuso "su preocupación ante la amenazada de derribo del restaurante situado en La Isleta", puesto que considera que esta obra constituye "un conjunto de gran interés arquitectónico".

Durante siglos en nuestra ciudad se ha conservado y acumulado el paso del tiempo formando una identidad en cada trozo de nuestro patrimonio, y en la última década, se ha experimentado la mayor destrucción de este legado en toda su historia milenaria.

La Isleta, punto mítico de encuentro en el turismo de playas de los 60 y 70, factor vital para la comprensión de nuestra evolución urbana, hoy ha desaparecido.
Ahora no es cuestión de hablar de lo que se ha perdido, puesto que ya se puso el grito en el cielo en cuanto se atisbó la primera intención de demolerla. Este es el momento de reflexionar, y plantearse hasta qué punto quien toma las decisiones en esta ciudad está capacitado para ello, y tiene la voluntad de dejar un legado para la posteridad que vaya más allá del cartón piedra de los centros comerciales, el asfalto, las urbanizaciones cerradas y las rotondas.

Anoche, una pala excavadora sacudía el golpe letal que eliminaba una obra única en nuestra ciudad. Cuando amanecía hoy, día 28 de Agosto, este edificio se había convertido en un amasijo de hierros, y el paisaje de la Albufereta había cambiado para siempre, perdiendo uno de sus mayores iconos por una decisión arbitraria, injustificable y caprichosa de la concejala Sonia Castedo.
Y con este golpe, caía un trozo más de la dignidad de esta ciudad, y se engrandecía más el ego y el poder supremo con el que se ha alzado esta concejala.
Ella nunca ha querido el debate intelectual de los expertos en la materia. Desde el primer momento en que pensó en hacer desaparecer este edificio, hasta ahora, ella ha tenido la misma imagen: escombros. Y lo peor de todo, es que esta misma imagen la tiene de muchos más edificios valiosos en esta ciudad, que corren grave peligro de cruzarse en su camino y el de sus secuaces.

Hoy ha triunfado la ignorancia y el uso caciquero de nuestro Ayuntamiento por parte de quienes lo ocupan, que han confundido lo que les "gusta" o lo "limpio" y "nuevo" por lo que "debe" existir.
No hay nada más peligroso en el mundo que alguien que tiene poder de decisión en un gobierno y cree estar siempre en lo correcto y que no debe escuchar a nadie más. Especialmente si a quien tiene que escuchar, es alguien que ha estudiado, vivido y luchado por hacerse experto en esta materia.

Una vez, tras un espléndido recital de piano en un gran teatro, donde todo el público ovacionó al músico, bajó de los palcos una señora, y pidió hablar con el artista. Cuando estuvo junto a él, le dijo: "Bravo, daría mi vida por poder tocar como lo ha hecho usted esta noche." A ésto, el artista le contestó: "Señora, precisamente eso es lo que he hecho yo."

Ojalá estas palabras calaran hondo en esta mujer, que inevitablemente, y sin que la población lo haya elegido, será alcaldesa impuesta a los alicantinos, y tendrá más poder destructivo que nunca, despreciando a quienes se han pasado su vida estudiando la buena arquitectura y el buen urbanismo. Y toquemos madera porque no decida también por la salud, para elegir qué vacunación tienen los niños alicantinos a su antojo y sin tener en cuenta a los médicos, o que no le de por escribir los libros de texto que se lean en los colegios, porque entonces todo el mundo sí que se tirará de los pelos alarmado y desconcertado.

No deseamos instruir el gusto de nadie, pero sí, al menos, hacer que se plantee la reflexión quien lea estas líneas, y pueda comprender que lo que ha sucedido, va más allá de un edificio perdido que se suma a la larga lista de tragedias urbanas en Alicante.
Esto es un insulto a la voz de la cultura y del pueblo, es un desprecio a la ciudad... y no es el primero, pero ojalá que sea el último.

Esperamos que el polvo levantado no se deposite nunca en el suelo, y siempre siga delante de nuestros ojos para recordar que en nuestra reacción y en nuestra voz está la verdadera toma de decisiones. La sangre derramada en los combates nunca revive a las víctimas y siempre es un sinsentido, pero sí que puede servir para evitar nuevas tragedias al recordarle siempre a la gente qué sucedió, de tal modo que no se repitan los mismos pasos.

Ojalá consigamos algún día fotos de cuando la Isleta lució en todo su esplendor, porque aunque ya no sirvan para detener su demolición, puede que sirvan para ilustrar a la gente con lo lamentable de su pérdida, y que cuando vengan los "madresmías" y los lamentos, igual que vienen hoy con la Casa Alberola, la aduaneta, la comandancia de la marina o tantos otros... se pueda aprender de nuestro estúpido pasado (y presente) para no repetirlo nunca más.

Os pedimos que penséis en la ciudad que recibísteis cuando érais pequeños, la ciudad que tenéis ahora, y la ciudad que os gustaría dejar a vuestros hijos y nietos. Y sobretodo, pensad en qué manos dejáis la decisión de mantener la memoria.

Desde aquí estaremos siempre dispuestos a conservar los trocitos de la historia de Alicante que podamos, y ojalá que con el próximo edificio que se le cruce por en medio a Alperi y Castedo podamos hacer aún más ruido y evitar un nuevo crimen urbano. Estad atentos y andad con mil ojos, y sobretodo, aprended a mirar la ciudad como si fuera el último día que la véis así, porque cualquier día una piqueta entrará en el cine Ideal, en Tabacalera... y a nuestra etapa se la recordará, cuando pasen los siglos, por ser aquella que se creyó con la legitimidad de destruir todo el legado del pasado y dejar al futuro una ciudad sin historia, olvidándose de que lo que hoy tenemos es sólo un préstamo de quienes nos precedían hacia las generaciones que vendrán en el futuro.

El mejor recuerdo posible de la Isleta sería que nadie olvidara cómo se destruyó, y que fuera el germen de un movimiento que exigiera un Ayuntamiento responsable con sus decisiones y que escuchara a los expertos en cada materia. Todo este esfuerzo no ha sido en balde aunque haya caído el edificio. NO LO OLVIDAREMOS, NI EL EDIFICIO, NI LOS MOMENTOS QUE ALLÍ SE VIVIERON, NI CÓMO SE NOS ARREBATÓ.

Gracias por todo vuestro apoyo durante estos meses. Aunque para muchos no os fue fácil asumir que este edificio tenía un valor, porque las arrugas del paso del tiempo, la suciedad y la dejadez lo habían ocultado, pero para nosotros ha sido una gran satisfacción saber que habéis hecho un esfuerzo por creer a los arquitectos y ver mucho más lejos que otras personas.
-------------------------------------------------------------------------
Juanjo

Antes de nada, dos reflexiones que, aunque no lo parezca, sí vienen al cuento.
A mi abuela siempre le ha gustado dar consejos a sus nietos. Palabras de aliento, de apoyo.... casi filosóficas.
Y, en este caso, cargadas de un misterioso halo adivinatorio que asusta.
“Juanjo, no seas tonto y haz caso siempre a la gente que tiene estudios”
“Siempre es más fácil romper que reparar”.
La Isleta era un edificio viejo.
Cierto.
La Isleta era un edificio sucio que afeaba la zona.
También es verdad.
Pero todo en este mundo, con el paso de los años, se hace desvencijado y feo a los ojos de aquellos que no tienen corazón ni sentimientos.
Todos podemos llegar a viejos.
Sólo hay que vivir el tiempo suficiente.
Es la ley de la vida.
Había muchas soluciones para la Isleta.
Con escuchar a todos aquellos “que tienen estudios” hubiera bastado.
Pero destruirlo era más sencillo (y barato) que conservarlo.
Lo mismo ocurre con nuestros mayores.
Para que engañarnos.
Es más sencillo olvidarnos de nuestros viejos que cuidarlos.
¿Solucionamos algo derribando la Isleta?
Teóricamente, sí.
Pragmáticamente, no.
El tráfico va a ser igual de caótico en la zona, la rotonda va a ser igual de problemática, van a sucederse la misma cantidad (o más) de accidentes...
¿De qué ha servido, pues?
De nada... a excepción de demostrarnos aquellos que nos gobiernan que son duros e inflexibles en tomar decisiones.
Mi enhorabuena.
Señores del Ayuntamiento: ¿derribamos todos los árboles con pulgones en lugar de limpiarlos?
Parece que simplifico el tema.... pero en verdad es sencillo.
Porque a la Isleta sólo le faltaba eso: un poco de limpieza.
Remodelar, adecentar, cuidar....
En otras palabras, tener un poquito de ganas de respetar el patrimonio histórico de tu ciudad.
Porque, nos guste o no, lo hayamos vivido o no.... la Isleta es una parte de nuestra Historia.
Como nuestros mayores.
Descanse en Paz

-------------------------------------------------------------------------

Jesús

En realidad da igual que sea La Isleta, un edificio decimonónico, las escaleras del Hotel Palas o una Torre de la Huerta, un ficus o varios (como los desaparecidos de Loring), da igual que sea bonito o feo, da igual que este limpio o sucio, da igual todo porque en esta ciudad el que tiene poder ordena y manda, en un sinsentido capaz de todo.
Nuestro ritmo de vida enturbia la vista y ya no se observa, solo se mira, atentos, eso si de no ser arrollados, ya no se aprecian las fragancias del mar o de la tierra mojada, ya solo se huele, ya no se escuchan los cantos de los pájaros, de los grillos o de las chicharras, solo se oye el rugido de los excesos, ya no se pisa a la ciudad, los pasamanos se empolvan, el contacto es mínimo, tampoco se saborea, agobiados por la falta de tiempo…y don Dinero lo sabe y saca partido de ello.
Lo que para unos es importante para otros es banal, lo que a unos produce nostalgia a otros les produce indiferencia y en esta ciudad la masa acérrima apuesta ciegamente por una forma de gobernar donde no caben fisuras y donde las decisiones son indiscutibles.
Son muchos los vecinos que aplauden la decisión, otros en cambio mostramos nuestro desacuerdo y somos capaces de odiar a esta ciudad tanto como la amamos y de maldecirla una y mil veces para mas tarde engrandecerla y alabarla, porque es nuestra ciudad, no es de ellos, es de la gente que la vivimos y la disfrutamos y la sufrimos dia a dia.
Siempre habrá tiempo para arrepentimientos y ya solo nos queda el recuerdo y la impotencia y porque no, la vergüenza de vivir en un tiempo donde se rechaza el pasado, donde no se cuidan las raíces, donde la gente pasa de largo, pendiente de lo funcional y de su propio bienestar ajeno a un entorno cada vez mas desdibujado y envueltos en una ignorancia contagiosa que cada vez infecta a mas personas.

---------------------------------------------------------------------------

ALFREDO


Una ciudad no se puede construir según el gusto personal del alcalde-concejal de turno. Existe gente experta en eso a los que hay que consultar. El criterio estilístico y arquitectónico ha brillado por su ausencia. Si no gusta un edificio se tira y punto. ¿Qué pasará si un día deja de gustar el cine Ideal? ¿Lo tirarán?


No me sirve la excusa de "los vecinos lo quieren y tengo sus firmas y apoyos". En el siglo XIX, los vecinos de los cármenes del Albaycín de Granada solicitaron al ayuntamiento granadino que derribaran la Alhambra porque les tapaba las vistas de Sierra Nevada. Gracias a Dios que no les escucharon...

Descanse en paz la Isleta.......

---------------------------------------------------------------------------
ernes

Soy uno de los muchos a los que no le gustaba nada La Isleta. En mi inmensa ignorancia y sólo con visión de viandante me parecía un edificio feo, abandonado, sucio, graffiteado y que desde hacía muchos años concentraba la leyenda (y no tan leyenda) del ambiente prostibulario que se cuece en ciertos sectores de la Albufera. Sigo pensando que tenía un difícil acceso en rotonda y un inexistente espacio para aparcar.

Pero yo no soy arquitecto.

Y con toda seguridad, si hay alguien que tiene que decidir sobre arquitectura, son los arquitectos. Los que están preparados, los que han estudiado. Y no aquellos que desde su atalaya firman sentencias y nuevos decretos sólo por antojo o impotencia ante el maremagnum en el que han convertido nuestra ciudad. Alicante tiene rincones inolvidables que a golpe de pala escavadora se están convirtiendo en adosados, rascacielos, rotondas y, cómo no, ladrillo caravista y hormigón. Es cierto que no me gustaba la Isleta, pero no podemos enterrar los cimientos de nuestra ciudad. Posiblemente no me gustaba porque nadie me la explicó con detenimiento. Los edificios emblemáticos son emblemas y son sintomáticos del alicantinismo que queremos irradiar.

Desgraciadamente el alicantino es "melapelista" por naturaleza. Y con que quede medio bonito le basta y le sobra.
Otra ciudad es posible.

-------------------------------------------------------------------

Daniel

Castedo, Alcalde accidental de esta pobre ciudad ha hecho suyo , quizás sin saberlo, el lema de la Real Academia que reza, "Limpia, brilla y da esplendor". Todo ello entendido, claro está a golpe de palas y excavadoras. Ha limpiado la Isleta de la Albufereta dándole brillo a la preprotencia política del PP e ignorando con esplendor las recomendaciones tanto del Ilustre Colegio de Arquitectos de Alicante , así como de cientos de ciudadanos que pedían, casi rodilla en tierra, la rehusabilidad del lugar.
De la noticia se desprenden tres términos que pasamos a detallar para mayor conocimiento y por orden alfabético:

Accidental (RAE)
1. No esencial
2.Casual contingente
3. Dicho de un cargo: que se desempeña con caracter provisional


(elija el lector la más adecuada al hecho del que se trata)


Alevosia (RAE)

1.Cautela para asegurar la comisión de un delito contra las personas, sin riesgo para el delincuente. Es circunstancia agravante de la responsabilidad criminal.

2.Traición, perfidiacon -.: A traición y sobre seguro
(elija también el lector la más adecuada al hecho del que se trata)

Y por fin:
Nocturnidad (RAE)

1. Cualidad o condición de nocturno

2. Circunstancia agravante de responsabilidad, resultante de ejecutarse de noche ciertos delitos.

Resumiendo , con nocturnidad y alevosía la alcaldesa accidental hace lo que le viene en gana mientras, quizás, el alcaldable sigue viendo las señales de humo de un Alicante arrasado.

Pena de ciudad.

-------------------------------------------------------------------
Daniel

30.08.07 Entre Nerón y Atila, Castedo (Salvando las distancias)

De Nerón nos han llegado , así, a modo de resumen varias noticias.

Primero, que fue el que le cortó la cabeza al Apostol Pablo (algo le haría). Segundo , que se le acusa del incendio de Roma, pero de Roma enterita; de hecho las malas lenguas dicen que tocaba la lira y cantaba desde la cumbre del Quirinal mientras la ciudad ardía como una falla ; tercero, que después de verle recién nacido su padre dijo de él que de su unión carnal con “Agripina sólo podría salir un monstruo” y cuarto, que hizo famoso aquello de “pan y circo”.

De Atila , ya se sabe, fue uno de los grandes conquistadores del mundo (o arrasadores, según se mire) y del que nos ha llegado aquello de que por donde pasa su caballo , por cierto de nombre Othar, no volvía a crecer la hierba pues tal era la muerte y destrucción que generaba a su paso, no el caballo sino el jinete.

El Quirinal de Castedo es esa foto riéndose de todos mientras al fondo las palas arrasan La Isleta de la Albufera y lo que se le ponga por delante.

A lomos de su caballo accidental que es la alcadía de esta cautiva y desarmada ciudad con su breech o pantalón de montar blanco superajustado con las botas hasta las rodillas y un saquito entallado con un top debajo y las manguitas un poco remangadas, bajo sus herraduras, no vuelve a crecer más que el ladrillo y su propia prepotencia.

El pan que nos dá gratis esta nerón atilana es la obra de Sempere que , dice, colocará en la Istleta y el circo, bueno, el circo es el propio consistorio, con sus elefantes, saltimbanquis, ateos para echar a los leones, animales exóticos e incluso algún payaso.La sucesión de Alperi, no podría ser otra cosa.Mientras, con la voz rota , humillado el Alicante de siempre, sin otro remedio la saluda: Ave, Castedo, Morituri te salutant.

Pena de ciudad

28 agosto 2007

SE CIERRA UNA PÁGINA DE NUESTRA HISTORIA RECIENTE

La Isleta ha caído.
La concejala de Urbanismo y alcaldesa accidental, Sonia Castedo, ordenó anoche el comienzo de los trabajos de demolición de la Isleta a una empresa especializada.
Era algo que en Alicante Vivo ya sabíamos desde hace mucho tiempo.... aunque no por ello ha sido menos doloroso.
Estamos preparando un interesante artículo sobre esta noticia de alcance, en el que incluiremos fotografías personales y comentarios del equipo de esta web.
Hasta el momento de su publicación, que será a lo largo de esta tarde-noche, os pedimos más que nunca que os acerquéis por nuestro reto, aquel que iniciamos cuando había esperanza de mantener en pie el edificio de la Isleta.
Siempre nos quedarán sus fotografías.
Sus recuerdos.
Porque, junto con los restos del Restaurante de la Isleta, ha caído una parte muy importante de nuestra historia más reciente.
De nuevo, un D.E.P.
Enlaces Relacionados:
Adios a la Isleta
Los últimos días de la Isleta

Artículo de El País: Alicante inicia el controvertido derribo del edificio de La Isleta






ALICANTE EN EL RECUERDO: LOS TOROS

Es en el siglo XV cuando, con apenas 2000 habitantes, se tiene conocimiento de la afición a los toros en Alicante.
Con motivo de la celebración de cualquier acontecimiento importante, se corrían toros; así como con fines recaudatorios, tanto para financiar mejoras urbanas como para ayuda a instituciones benéficas.
Siempre estaban ahí... perennes... ¡Los Toros!La primera fiesta taurina conocida data de 1605 y se organizó para celebrar el nacimiento del hijo de Felipe III, futuro Felipe IV.
Más tarde, en 1700, con motivo del primer centenario de la Iglesia de San Nicolás como colegiata, se corrieron toros en la Plaza del Mar.
Luego nos tenemos que marchar al siglo XIX, cuando se montaron plazas provisionales de madera en diferentes puntos de la ciudad, como en la plaza de las Barcas o la de La Posada de San Francisco, hasta que en 1839 se construye una más permanente en la plaza del Barranquet, hoy de Ruperto Chapí.En 1847 el arquitecto alicantino Emilio Jover, que un año antes había proyectado el Teatro Principal, acomete la construcción de la primera Plaza de Toros de verdadera importancia, la del Raval de San Antón, sobre la que el arquitecto José Guardiola Picó, acomete la reforma casi total 30 años después, aumentandola con un segundo piso, escaleras, accesos independientes adosados a la fachada exterior y las dependencias anexas que se consideran necesarias. Así llegamos a la actual estructura de nuestra Plaza de Toros, que se inaugura el 15 de junio de 1888.
Tenía un aforo de 15.235 espectadores, un gran patio de caballos, con su cuadra, tres corrales para el ganado bravo y uno para el apartado de toros, así como chiqueros, enfermería y capilla. El coste total de la obra alcanzaba las 500.000 pesetas.Para su inauguración se anuncian, los días 15,16 y 17 de junio de 1888, toros de Miura, Veragua y Justo Hernández. El cartel del primer día lo formaron los diestros “Frascuelo”, “Lajartijo” y “Lajartija”; pero al resultar herido en Barcelona el matador “Frascuelo”, es sustituido por “Guerrita”.
Y mira como son las cosas, lidiando un toro llamado “Pajarito” (el pajarito pesaria 800 kilos en canal) su matador, Rafael Molina “Lajartijo”, cortó la primera oreja en los anales de la Plaza.
¡Válgame Dios!

 
La Asociación Cultural Alicante Vivo se reserva el derecho de moderación, eliminación de comentarios malintencionados, con lenguaje ofensivo o spam. Las opiniones aquí vertidas por terceras personas no representan a la Asociación Cultural Alicante Vivo.