30 abril 2008

FOGUERES 1933

Les Fogueres de Sant Joan 1933 se caracterizaron fundamentalmente porque se dispararon de forma espectacular todas las cifras, lo que conllevó por primera vez la división en dos categorías de los monumentos de fogueres, si bien la composición de estas categorías no nos ha llegado bien documentada.
Con todo, se conservan en el Archivo Municipal de Alicante 53 expedientes que contienen un total de 81 bocetos, 18 de ellos en formato de fotografías autorizadas, y que documentan a su vez 55 monumentos repartidos en 36 fogueres, 5 barraques, 12 fogueres infantils y 2 grupos de ninots. Hay 2 expedientes de fogueres que no contienen boceto alguno.

Con los mismos criterios y fuentes documentales que en artículos de ejercicios anteriores, veamos qué nos depara este prolífico año 1933, comenzando con la aparición de la hoy decana Barraca PEÑA “LOS GORILAS”, cuyos autores, Esteve Hermanos, construyeron una portada de 3,5 x 10 metros de base y 4 metros de altura, que plantarían entre los números 4 y 8 de la Avenida Alfonso el Sabio.

La Foguera PLAZA DE HERNÁN CORTÉS, hoy sólo Hernán Cortés, contó con José Amat Martínez para construir “Lo qu’ensomía Alacant”, de Categoría B, que obtuvo el Premio de Aguas de Alicante, dotado con 100 pesetas, por el monumento plantado entre las calles Navas y Aranjuez (hoy Felipe Bergé).

Fogueres Infantils CALLE SAN VICENTE hubo dos, cuyos autores, Mataix Monllor y V. Moreno, plantaron respectivamente “A moneta, a moneta...” y “La elaborasió del tabaco” o “Lo que se fuma”. Fueron plantadas, la primera en el cruce de la calle San Vicente con la calle Vicente Inglada, y la segunda frente al número 9 de la calle San Vicente. Probablemente ambas fueron iniciativas privadas.

La portada de la Barraca PEÑA “ELS TRENTA Ú”, de autoría desconocida, tenía unas dimensiones de 8 metros de base y 4,5 metros de altura, siendo plantada entre los números 2 y 6 de la calle San Vicente, una de las vías más festeras de la ciudad a la vista del número de monumentos que en ella se plantaron.

Otro de ellos, de Categoría B, la Foguera CALLE SAN VICENTE, original de José Amat Martínez, tuvo por lema “Ben treballat” y obtuvo el Premio Compañía de Tranvías, remunerado con 100 pesetas. Plantaría en esta ocasión en la confluencia de las calles San Vicente y Manuel Antón.

Muy cerca, en el cruce de calles Díaz Moréu y Empecinado, Esteve Hermanos plantaron la Foguera CALLE DÍAZ MORÉU, de título “Anguileta amagá” según el expediente, o “¿Ahón estará la anguileta?”, de acuerdo con el boceto. Medía 6 x 3 metros de base y 5 metros de altura.

La Foguera ALFONSO EL SABIO-QUINTANA, actual Alfonso el Sabio, tuvo doble autoría en Antonio Marco Cecilia y Domingo Tafalla Navarro. Se le conocen varios lemas, todos documentados: “Hace falta una idea o boceto”, “Hace falta una idea” o “Concurso de bocetos”. Obtuvo el Tercer Premio de Categoría B, dotado con 250 pesetas. Plantada en la desembocadura de la calle Pablo Iglesias en la Avenida Alfonso el Sabio, medía 8 x 8 metros de base y 7,5 metros de altura, y contaba con movimiento y efectos de luz.

La hoy denominada comisión de Monjas-Santa Faz, plantó en 1933 dos monumentos, reunidos en un único expediente: Foguera y Foguera Infantil PLAZA DE LAS MONJAS. Plantadas respectivamente por Francisco Muñoz Gosálbez e Isabelo Sánchez Saavedra, estuvieron tituladas “Tot lo que relluix no es or” la primera, según el llibret, y “Alicante, se prohíbe la mendicidad” la infantil. Midió la adulta 7 x 7 metros de base y 6 metros de altura, mientras la infantil era de 1,56 x 1,1 metros de base y 1,67 metros de altura, plantando ambas en la Plaza de las Monjas (hoy de la Virgen del Remedio).

En cuanto a la Foguera CALDERÓN DE LA BARCA, hoy también Plaza de España, plantó el monumento de Francisco Muñoz Gosálbez titulado “El ensomit de un alicantí”, de Categoría B, acreedor de las 100 pesetas del Premio Cámara de Comercio. Medía 4 x 7 metros de base y 8 metros de altura, y fue situada en la desembocadura de la calle Manuel Antón en Calderón de la Barca.

El tándem Antonio Marco Cecilia y Domingo Tafalla Navarro fueron también coautores de la Foguera BARRIO SAN FERNANDO, hoy San Fernando, titulada “La perla de Llevant”, que concursó en Categoría B con un coste de 3.000 pesetas. Con 10 metros de base y 7,5 metros de altura, fue plantada en el cruce de la calle Velázquez con Padre Mariana.

La Foguera PLAZA DEL PUENTE, hoy Puente-Villavieja, fue construida por el polifacético artista Francisco Hernández Rodríguez, popularmente conocido como Paco Hernández. De Categoría B, “Alacant plora” midió 10,8 x 6,5 metros de base y se ubicó en su tradicional emplazamiento de la Plaza del Puente.

Con una denominación que abarcaba la práctica totalidad de las calles que componían su distrito, la hoy desaparecida Foguera PASCUAL PÉREZ, TORRIJOS, BAZÁN Y NAVAS ALTAS fue obra de los artistas Fernando Guillot Bulls y Rafael Peral, que la titularon “Les vagues de Alacant”. Medía 6 x 6 metros de base y 7,65 metros de altura, y se plantó en el cruce de las calles Pascual Pérez y Torrijos (hoy César Elguezábal). Este distrito pertenece hoy día en su mayor parte a la Foguera Hernán Cortés.

También se plantaría por partida doble la Foguera y Foguera Infantil PLA DEL BON REPÓS, distrito que se corresponde al actual Pla-Hospital, que fueron obra de Francisco Hernández Rodríguez y Juan López, respectivamente. Se desconoce lema de la infantil, mientras la adulta se denominaba “La fiebre del fútbol”, plantando ésta en el cruce de la calle Espronceda con General Elizaicin, y la infantil en la calle c/ García Gutiérrez.

Cerca de la anterior plantaría la Foguera Infantil GENERAL SERRANO, obra de Julio Calero Pérez, que tituló “Al que li pique que s’rasque” el pequeño monumento de 2 x 2 metros de base que plantaría en el cruce de la calle General Serrano con la Avenida de la Libertad (hoy Poeta Zorrilla), en la actual demarcación de la Foguera Plaza de Pío XII.

Equivalente a la actual Foguera Oficial, si bien entonces dependiente de una comisión como cualquier otra, la Foguera PLAZA DE LA REPÚBLICA contó en su emplazamiento habitual frente a la fachada del Ayuntamiento, con otra genialidad de Gastón Castelló Bravo, “El mon de les imperfecsións”, que alcanzaría el Segundo Premio de Categoría A, dotado con 750 pesetas.

Junto a la anterior, en la misma Plaza de la República, los miembros de la recién constituida Barraca PEÑA “ALICÁNTARA” financiaron la construcción una portada de medidas considerables: 12 x 4 metros de base y 4 metros de altura.

Integrada en el actual distrito de San Antón Bajo, la Foguera CALLE TRAFALGAR, de la mano de Fernando Guillot Bulls y Rafael Peral, plantó en la Plaza de la Misericordia el monumento titulado “Atracsió de forasters”, de Categoría B, con 7 x 6 metros de base y 7 metros de altura, que obtendría el Premio Diputación Provincial, con 200 pesetas de remuneración.

La Foguera BARRIO SANTA ISABEL, hoy Santa Isabel, plantó “El triunfo del amor”, obra de Esteve Hermanos, en la Plaza de San Antonio. Medía 7 x 4 metros de base y 8 metros de altura, y le fue censurada la figura de un sátiro, que hubo que retirar del monumento.

La Foguera SAN ANTÓN ALTO fue obra de Francisco Muñoz Gosálbez, plantó en Categoría B y tuvo por lema “Deu mos lliure de les males compañíes”, lo que le valió el Primer Premio de la citada categoría, dotado con 750 pesetas. Midió 6 x 9 metros de base, y se instaló en el cruce de las calles Valencia y San Carlos.

La Foguera PLAZA DE RUPERTO CHAPÍ fue construida por los miembros de Unión Arte: Pérez, Chuliá, Llopis y Esplá. En su emplazamiento habitual en la plaza que le da nombre, “Hasta el arte se invierte” contaba con un ninot que mojaba al público al pasar por delante de él, broma que se haría tradición característica de esta foguera en años sucesivos.

Unión Arte construiría igualmente el monumento de Categoría A de la Foguera PLAZA DEL 14 DE ABRIL, hoy Calvo Sotelo, instalando en dicha plaza, entre la calle Canalejas y la Avenida del Dr. Gadea la foguera “Al plom”, que ganaría 500 pesetas del Premio Diputación Provincial de esta categoría. Como era habitual, sus dimensiones fueron notables: 12 x 8 metros de base y 15 metros de altura.

El entrañable Raval Roig de nuestra ciudad contaba entonces con foguera, algo que tan sólo aconteció unos pocos años. Así, la denominada Foguera ARRABAL ROIG, obra del José Pérez, miembro de Unión Arte, titulada según su llibret “Llevant lo vell per a posar lo nou”, se plantó en la Plaza de Topete, midiendo 6 x 5 metros de base y 8,5 metros de altura. Por proximidad, se podría decir que pertenecería al actual distrito de La Marina.

Debutaba también en la Fiesta el Barrio del Altozano, con la Foguereta LOS ÁNGELES-ALTO SANO, de autor desconocido, titulada “Todo a media luz”. Sus 2 x 2,7 metros de base y sus considerables 8 metros de altura se plantaron en la plazoleta situada en la parte alta de la calle Roselló, y tenía una escena censurada en uno de los laterales de la base.

Se plantó un año más a cargo de Mariano Mingot Martínez el Grupo de ninots BENITO PÉREZ GALDÓS, frente al número 40 de esta calle, domicilio de su autor, titulado “Per no durla a Les Fogueres, carabasa li ha donat”. Medía 2,7 x 1,85 metros de base y 2,35 metros de altura.

La Foguera SAN AGUSTÍN Y CARMEN, obra de los artistas Fernando Guillot Bulls y Rafael Peral, plantó “Tres enemics de Alacant”, de 6 metros de base y 8 metros de altura, frente a la desaparecida Iglesia del Carmen, en la Plaza de Francisco Ferrer (hoy Plaza del Carmen). Estaría enmarcada en el hasta hace unos años distrito Carmen-San Agustín-Santa Cruz.

Se plantó una Foguera Infantil PADRE MARIANA-TAQUÍGRAFO MARTÍ, en la confluencia de estas dos calles del actual distrito Santa Isabel, cuyo autor, Fernando Aracil, tituló “Puede el baile continuar”. Medía 1,7 x 1,7 metros de base y 3 metros de altura.

La Foguera PLAZA DE GABRIEL MIRÓ fue otra de las plantadas codo a codo por Fernando Guillot Bulls y Rafael Peral. “El arte teatral” (“El teatro nacional” según el llibret) era de Categoría A, obteniendo la remuneración de 250 pesetas del Premio Compañía de Tranvías de esta categoría. Midió 6 x 8 metros de base y 11 metros de altura, y se plantó en la confluencia de las calles Rafael Terol, Cid y Pascual Blasco.

La Foguera PLAZA DE JUAN POVEDA Y 1º DE MAYO, hoy desaparecida y cuya denominación actual equivalente sería Plaça Sant Cristófol y Primo de Rivera, fue construida por los miembros de Unión Arte: Chuliá, Llopis y Pérez. “Els que s’aprofiten del aigua”, según el llibret, obtuvo el Segundo Premio de su categoría, dotado con 500 pesetas. Tenía 30 m2 de base y 9 metros de altura, con un coste de 2.200 pesetas. Se plantó en la calle 1º de Mayo, frente al número 8.

También Unión Arte fueron responsables de la construcción de la Foguera CAROLINAS ALTAS titulada “La radio y sus ruidos” o “La radio, sus ruidos y la ruina de unos”, de Categoría B, en la que obtendría el Premio Diputación Provincial de 100 pesetas. Sus 9 x 9 metros de base y 11 metros de altura se instalaron en el tramo de la calle Capitán Lagier (hoy Monforte del Cid) comprendido entre las calles Garbinet y Plus Ultra.

La Foguera CAMPOAMOR unía dos artistas muy prometedores, Agustín Pantoja Mingot y Manuel Baeza Sánchez, que daban muestras inequívocas de lo que iba a ser su futura trayectoria en la Fiesta, logrando un meritorio Tercer Premio de Categoría A, dotado con 500 pesetas, con el monumento “Gran ejemplo”, que se plantaría en el centro del Paseo de Campoamor. Con Pantoja y Baeza aparecía una estética innovadora en Les Fogueres, que marcaría una nueva corriente artística en la foguera, de marcadas características propias entre las que imperaban las líneas curvas y los colores vivos.

La Foguera SANTA CRUZ, que años más tarde se uniría a la anteriormente mencionada San Agustín y Carmen para formar la recientemente desaparecida Foguera Carmen-San Agustín-Santa Cruz, optó por el trabajo de Manuel Mora Penalva, de Categoría B, que llevaba por lema “El progrés de Alacant” o “Alacant prospera”. Se plantaría en la calle San Rafael, y sería censurado un ninot que asomaba de forma un tanto descarada por la ventanilla del tren. Obtuvo el Premio Diputación Provincial, de 100 pesetas.

La Foguera BARRIO DE BENALÚA, hoy Benalúa, de la mano una vez más de Juan Such Roca, plantó en la tradicional esquina de la Plaza Navarro Rodrigo que da a las calles Pardo Gimeno y Guardiola, la foguera “Sol y arrós”.

Tras varios años plantando fogueretes, este año entra en concurso la Foguera MAGRITAS CLUB. En esta ocasión, los miembros de este popular club taurino construyeron el monumento titulado “Lo mateix que fa dos añs” frente a su sede, en el número 13 de la festera calle San Vicente, sin verse tampoco libre de una censura que cada vez tomaba más protagonismo en la Fiesta. La escena censurada representaba las ventanillas de Caja de Hacienda y del Ayuntamiento.

Los vecinos de la calle Nueva Baja, perteneciente al actual distrito de San Antón Bajo, formaron una comisión para plantar la Foguereta CALLE NUEVA BAJA en la vía de la que toma su nombre. El “Monument als martirs del treball” también sufriría censura en la escena superior izquierda del frontal de la foguereta.

Del mismo modo, otra comisión de vecinos plantó la Foguereta “SET NINOTS DE FOGUERA” en el cruce de las calles Doctor Rico (hoy García Morato) y Quintana. El monumento titulado “A Jaurés por la paz” era de considerables proporciones para ser una foguereta, pues medía 4,2 x 2,8 metros de base y 6 metros de altura. Estaba ubicada dentro de la actual demarcación de la Foguera Alfonso el Sabio.

La Foguera CAROLINES BAIXES y los artistas Esteve Hermanos plantaron “Rapto de Alacant per el Mediterráneo” en la calle Sevilla, esquina Avenida de la Libertad (actual Poeta Zorrilla). Eran sus dimensiones 10 x 4 metros de base y 7,5 metros de altura.

Entonces denominada Foguera MERCADO DE ABASTOS, la actual Foguera Mercado Central contó con el artista Ángel Berenguer Jerez para plantar “¡Lo que va de ayer a hoy!” en su habitual ubicación, frente a la fachada principal del Mercado de Abastos, en la Avenida Alfonso el Sabio. El monumento, de 10 x 7 metros de base y 12 metros de altura, tenía efectos de luz.

Y un año más, el binomio constituido por la Foguera BENITO PÉREZ GALDÓS y el maestro Gastón Castelló Bravo, se alzaban con el Primer Premio de Categoría A, dotado con 1.000 pesetas. Un nuevo monumento para la posteridad, plantado en la confluencia de las calles Pablo Iglesias y Pérez Galdós, “El camp i la ciutat”, según el expediente, o “En el camp y en la siutat hay sequía y humitat”, que era la curiosa denominación que aparece en el llibret, dejaba patente la genialidad de Gastón Castelló, y daba consistencia al hoy conocido como Estilo Alicantino, en contraposición y contraste con la estética fallera de los monumentos valencianos.

La Foguera CALLE GENERAL VILLACAMPA, una aportación más a la Fiesta del tándem Fernando Guillot Bulls y Rafael Peral, plantaba en la esquina formada por las calles General Villacampa (hoy Pozo) y Empecinado, en el actual territorio de San Antón Bajo, zona muy festera en la época como podemos observar, el monumento con lema “Honor á Villacampa”, si bien es también muy curioso el que aparece en el llibret, que aparentemente no tiene nada que ver, “Una essena de sainét en la font del cantonét”.

Un ejercicio más, los componentes del colectivo Grupo de ninots “NINOTS DE L’ESPLANÁ” obtienen el visto bueno del Ayuntamiento para plantar el conocido grupo que lleva por título “Al minut...”, que se ha convertido en un referente de los ninots de carrer. Fue remunerado con las 50 pesetas del Premio Compañía de Tranvías, y se plantó en plena Explanada, a la altura de la calle Ingeniero Lafarga.

De manera independiente del monumento adulto, se plantaba la Foguera Infantil BARRIO DE BENALÚA, de autoría desconocida, a la altura del número 24 de la calle Pérez Medina. Era su lema “Españolismo”.

Una de las características de Les Fogueres 1933 fue sin duda la aparición de curiosos colectivos, incluso en ocasiones ajenos a la Fiesta, que quisieron dejar su grano de arena foguerer en las calles de nuestra ciudad. Probablemente el más anecdótico fuera la Foguereta CLUB ATLÉTICO MONTEMAR, financiada por los socios del mismo y de autoría desconocida, cuya estética era tan extraña y abstracta como su lema: “La vida insupéctica”. Medía 2 x 3 metros de base y 4 metros de altura, y se plantó junto a la sede de dicho club, entonces situada dentro de la actual demarcación de Benito Pérez Galdós, en el tramo de la calle Manuel Antón comprendido entre la calle Doctor Rico (hoy García Morato) y la Plaza de Castellón (Hermanos Pascual).

En el distrito Carolinas Bajas, un grupo de vecinos capitaneados por Miguel Molina plantaba, a la altura del número 17 de esa calle, la Foguereta CALLE PELAYO, dándole el lema “Les aspirasions del Carrer Pelayo”, probablemente de índole reivindicativa.

Sin prisa pero sin pausa, se iban incorporando barracas a la Fiesta. Vicente Olcina fue autor de la portada de la Barraca PEÑA “ELS PAELLERS”, de 6 x 3,5 metros de base y 3,5 metros de altura, que se instaló entre los números de la calle San Vicente, atestada de Fiesta como hemos podido comprobar.

La Foguera AVENIDA DE MÉNDEZ NÚÑEZ, hoy Rambla de Méndez Núñez, obra de los artistas Antonio Marco Cecilia y Domingo Tafalla Navarro, se titulaba “Estatuto Valenciano” o también “Nuestra opinión al Estatuto Valenciano”. Era de Categoría A y obtuvo las 200 pesetas del Premio Riegos de Levante. Como años anteriores, plantó en la ancha zona central de la parte más alta de la Avda. de Méndez Núñez, lo que la situaba entonces ante la conocida como Casa Manero, lugar donde se edificaría más tarde la Torre Provincial.

Aparece también la Barraca PLAZA DE HERNÁN CORTÉS, de autor desconocido y ubicación en la hoy Plaza Nueva. “Barraca valenciana” tenía una portada de 5 x 2 metros de base, y reiteraba así una estética ya presente en el monumento foguerer del ejercicio anterior.

Les Fogueres iban apostando claramente por los pequeños de la Fiesta, y así la Foguera Infantil CALLE CASTAÑOS hacía su aparición en dicha vía del distrito Plaza de Ruperto Chapí. De autor desconocido, tenía unas dimensiones de 1,85 x 1,42 metros de base y 2,25 metros de altura.

La Foguera CALLE QUIROGA, hoy Séneca-Autobusos, plantó “Apañats estém”, original de Vicente Olcina, de 8 x 6 metros de base y 9 metros de altura. El lugar de plantà fue el cruce de la calle Quiroga (hoy Alemania) con la calle Pintor Lorenzo Casanova.

Hay un expediente de la Foguera Infantil MAESTRO GAZTAMBIDE, meramente testimonial, pues carece de más información. Se desconoce la autoría, previsiblemente vecinos de dicha calle, en la es obvio se plantaría la pequeña foguera, dentro del distrito Benito Pérez Galdós.

Se conserva más información de la Foguera Infantil CALDERÓN DE LA BARCA, y aunque no se conoce autor, si bien es muy probable que fueran vecinos de esa calle o componentes de la comisión de la Foguera, sí se sabe su lema, “Tot son Bellées”, sus dimensiones de 1,9 x 1,9 metros de base y 2,6 metros de altura, y que plantó a la altura del número 7 de la calle Calderón de la Barca.

Probablemente por obra de la censura, tan protagonista este ejercicio, fue denegada la Foguera Infantil del Pasaje de la Fonda “La Unión”, que solicitaba plantar en el distrito Plaza de Ruperto Chapí, frente a la entrada al desaparecido pasaje en la calle Bailén. No se conoce ni su autoría ni el motivo de haber sido denegada, pero sí su lema: “Entre la creu i la fals”.

Una peculiaridad más de 1933 fue la aparición de la primera comisión foránea, la de la Foguera ORÁN. Según el llibret, pues no se conserva boceto, Unión Arte plantó el monumento “Tornem a lo de antes en el vestir” en la Categoría A. Y debutó con fortuna, pues obtuvo 200 pesetas por el Premio Cámara de Comercio, y 250 pesetas por el Premio de Turismo. Su lugar de plantà es exactamente el de la actual Foguera Explanada-Puerto-Postiguet, en la entonces Plaza de Dicenta (hoy Puerta del Mar), ante la emblemática Casa Carbonell.

Y para terminar, la Foguera Infantil PABLO IGLESIAS-QUINTANA, plantada probablemente por miembros de la comisión Alfonso el Sabio, o tal vez Benito Pérez Galdós, pues se instaló en la encrucijada de las calles que le dan nombre, a caballo entre dichos distritos. Su lema fue “Lo que defenem”.

Pues bien, resumiendo este prolífico ejercicio, vemos que mientras Gastón Castelló es triunfador absoluto, logrando los dos primeros premios de la Categoría A en las dos únicas fogueres que plantó, sin embargo los autores que más representación tuvieron en 1933 fueron Juan Esteve, a partir de entonces conjuntamente con su hermano Gaspar, y el grupo “Unión Arte”, en especial el tándem Fernando Guillot y Rafael Peral. Otra pareja debutante, Antonio Marco y Domingo Tafalla, se distingue por sus magníficos bocetos en tinta sobre papel vegetal, de gran tamaño y muy meticulosos y detallados, que incluyen la explicación del monumento. E igualmente hacían su aparición dos firmas, Agustín Pantoja y Manuel Baeza, que darían mucho que hablar en años sucesivos, tanto de forma individual como formando pareja artística.
En los bocetos predominan las tintas, destacando especialmente los de los reaparecidos Francisco Muñoz y Paco Hernández, así como los de Gastón Castelló, y entre las acuarelas son dignas de mención las de “Unión Arte”.
Podemos observar la proliferación de barraques y fogueres infantils, lamentablemente poco documentadas en su mayoría, el contenido cada vez más politizado de los monumentos fogueriles, la mano de la censura cada vez más presente, y el despunte en altura de algunos monumentos, sobre todo de Categoría A, que llegan hasta los 12 y 15 metros. En el terreno de la anécdota, la originalidad de la foguereta plantada por el Club Atlético Montemar, rompiendo con las líneas estéticas y dialécticas de la época, y la primera foguera fuera de las lindes alicantinas, la Foguera Orán, a la que le seguirían en breve Madrid (1934) y Argel (1935).
Desde estas líneas, por último, mi más sincero agradecimiento al Archivo Municipal de Alicante, en especial a Agustín, Santi y Susana, por facilitarme sin cortapisas la consulta de cuanta documentación he precisado para este, anteriores y próximos artículos, así como por el material gráfico proporcionado. Muchas gracias.

ARMANDO PARODI ARRÓNIZ

OLVIDE LAS IMITACIONES... QUÉDESE CON EL ORIGINAL

Nuestro amigo Javier Larrosa, desde su web Caminantes de Aigües, nos envía una curiosa presentación en PowerPoint, que a continuación podéis ver, e incluso, descargar:




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Así pues, nuestra más fuerte repulsa a archivos como éste.
Y recordar a todos, de nuevo, que en nuestro correo estamos abiertos a cualquier tipo de sugerencia, crítica, opinión o cesión de material.

LAS FOTOGRAFÍAS DE JORGE BLANQUER

Jorge Blanquer es alcoyano de nacimiento..., aunque alicantino de adopción.
Alegre, amable y cariñoso, ha sido vecino de mis padres desde hace 30 años; desde aquel día que vino a Alicante con su mujer Maruja (fallecida hace apenas uos meses) por motivos laborales.
Ahora que tengo 34 años y él más de 80, siempre que nos vemos nos damos un fuerte abrazo y charlamos de tiempos pasados, de sus nietos y, como no, de los Moros y Cristianos.
Con él he tenido la suerte de ver en directo, con sólo 9 o 10 años, la fiesta grande de Alcoi. Con él subí por primera vez a la Carrasqueta nevada y con él, ahora que hago memoria, pasé unos días en Gaianes, montando en bici por el pueblo y cazando ranas en las charcas.
He necesitado más de 20 años para recordar aquellos hechos....; pero ahora que lo pienso, creo que han sido uno de los mejores de mi vida.
Con las fotografías que Jordi me ha prestado de su álbum particular, quiero que retrocedáis conmigo unas cuántas décadas.... Exactamente a los años en que un servidor, siendo niño, asistió con él a los Moros y Cristianos.
Espero que os guste

1985. Vemos al Capitán de los Berberiscos, una de las "filaes" con más solera de Alcoi

Años 80. Durante la gran batalla.

1982. Aunque no lo parezca, ha llovido mucho desde aquel 23 de abril. Sobre todo en Alcoi

23 de abril de 1995. Un año especialmente frío y desapacible en Alcoi

Dos fotografías del año 1971

22 de abril de 1981

20 de abril de 1981. El descanso antes de la batalla final

Abril de 1971

20 de abril de 1969. Gloriero Infantil

23 de abril de 1995. Moros y Cristianos y muuuucha nieve en la Font Roja

FINESTRAT: UN PASEO POR SU CASCO ANTIGUO

Finestrat es el Puig Campana.
Y el Puig Campana es Finestrat.
Resulta impensable hablar de alguno de ellos sin nombrar al segundo.
Ambos conviven en un maravilloso equilibrio, frecuentemente visto en nuestra provincia: beben de sus mismas aguas, dormitan uno junto al otro, se aprovechan de los mismos rayos de sol en invierno y de sus sombras en verano.
Y es que en Finestrat, mires donde mires, siempre está presente el Puig.
Grandioso.
Rudo.
Imponente.
Misterioso.
La población ha acogido numerosas culturas a lo largo de su historia. Su cercanía a la costa y a las vías de comunicación del litoral, le ha proporcionado ser asentamiento de las distintas culturas del mediterráneo que han pasado por esta zona.
Todas las civilizaciones antiguas han dejado su aroma en este pueblo que crece mirando al mediterráneo y por ello, a cada paso, en cada rincón, se puede observar la huella de sus antepasados.
Hacia el año 1797 el municipio fue visitado por el maestro Antonio Josef Cavanilles, y en su obra “Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura, Población y Frutos del Reyno de Valencia” destaca la manufactura del esparto de una población de 476 almas. Posteriormente, ya en el siglo XIX y principios del XX fue importante la industria del yeso. No hay que olvidar que el pueblo se asienta sobre un cerro yesífero, y en su ladera todavía se encuentran restos de hornos dedicados a esta industria.
Sin embargo, la historia de este pequeño municipio, ni muy turístico ni muy tranquilo, es tan amplia y maravillosa que necesitaríamos un árticulo íntegro para ella.
¡Todo se andará en Alicante Vivo!
Por ahora, nos vamos a conformar con visitar sus calles, sus gentes, sus monumentos...
Acompañadme en un pequeño viaje por Finestrat.
Y por el Puig, claro.
Recordad que nunca camináis solos.
La montaña nos persiguen por cada una de sus callejuelas.

El Puig Campana. Inexcrutable. Esta montaña siempre ha tenido una extraña fascinación: desde lejos se le ve accesible y dulce... Pero, a medida que te acercas, descubres lo dura y peligrosa que puede resultar su ascensión.
La gente que ha estado arriba, dice que te sientes libre...; libre, insignificante y efímero.


Aitana.
También siempre visible...
También siempre presente....

Nuestra primera visita en el pueblo: subida al recinto de lo que antaño fue el Castell de Finestrat.

Impresionantes panorámicas desde lo alto del Castell

El Castell está en la zona más alta del pueblo. Es un recinto fortificado de época almohade que aparece en numerosos documentos fechados en el siglo XIII, y conquistado por Jaime I. En la actualidad no se pueden observar construcciones que puedan relacionarse con el Castillo Islámico, ya que ha sufrido varias transformaciones a lo largo de los siglos. No obstante, los restos del castillo subyacen en el subsuelo, bajo nuestros pies, y lo que todavía se ha preservado, es la visibilidad del enclave defensivo: un mirador desde donde se puede observar la línea de la costa hasta la ciudad de Alicante.

¡Curiosa ermita en el centro del Castell! ¿Qué sera....? La conocemos gracias a los textos: en ellos se cita la existencia de una pequeña iglesia erigida tras la conquista del pueblo por las tropas cristianas. En su origen fue una modesta capilla que constituía la última estación de un Vía Crucis, donde se custodiaba una imagen del cristo crucificado, que se trasladó desde la iglesia. En 1925 se construyó esta pequeña ermita con ciertos destellos modernistas en su fachada y de sencillez de su alzado.

Calles empinadas, asfalto adoquinado, aceras estrechas, calzadas por las que apenas pasa un coche... Finestrat guarda todo el encanto de la vida tranquila de un pueblo. La gente es amable y sonríe.
Magia en estado puro.
Casas abiertas de par en par, mujeres hablando de ventana en ventana...
Todo como antaño...
En ocasiones, no hay que pedirle nada más a la vida para ser plenamente feliz


Construida extramuros según reza su orden de fábrica, la iglesia parroquial de Finestra se consagró el 24 de agosto de 1751 en honor de Sant Bertomeu, patrón de la localidad. Su construcción debió comenzar a mediados del siglo XVII, a tenor de las cerámicas recuperadas en la cripta de la iglesia, fechables en torno a esta centuria. De estilo barroco, su fachada es lisa y austera influida por los primeros compases de un incipiente todavía neoclasicismo.

El Ayuntamiento, junto a la Iglesia de San Bartolomé

La primavera siempre es maravillosa en nuestra provincia: una explosión de luz, color y aromas. Sin embargo, en Finestrat, dicha explosión es abrumadora. El olor a jazmín y rosas, y la mezcla de tonalidades rojas, amarillas y verdes de las flores por sus empinadas callejuelas, es una de las sensaciones que todo alicantino debería sentir antes de morir.

Nuestra última visita antes de partir: la Font del Molí.
Es entre las numerosas fuentes del término de Finestrat, la más importante. Las primeras ordenanzas que se conocen para la regulación de sus aguas datan de 1851, aunque hoy en día se rigen por las ordenanzas establecidas en 1926.
La Font del Molí tiene 15 caños siendo el central mayor que el resto y proporciona un caudal de 20 litros por segundo, media establecida en los últimos años. Su construcción incluye un acueducto subterráneo, galería o cavón que parte desde el manantial donde fluyen las aguas en dirección lateral al Barranc del puerto o Barranquet del Molí, y otro acueducto subterráneo, que partiendo del mismo barranco, en dirección transversal del mismo, termina en la parte lateral izquierda donde se encuentra una galería subterránea de 300 metros.
De época islámica todavía se conservan dos tramos de acueducto que alimentaban los molinos que todavía se pueden observar en sus inmediaciones.


info: Parte de la información de Finestrat ha sido extraída de la web de su Ayuntamiento. Muchas gracias por la colaboración prestada. Esperamos que les guste el resultado.

 
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