31 enero 2012

VINDICACIÓN DE UN ALICANTINO ILUSTRE: JOSÉ GUARDIOLA ORTIZ (PARTE 1)

Creemos que la personalidad de José Guardiola Ortiz, en las varias -y alguna sorprendente- facetas que abordó en su fecunda vida, y su bonhomía, resaltada incluso por personalidades relevantes que podían compartir principios éticos -y de hecho los compartían- con él, aunque no su ideario, le otorgan un carácter ilustre que hoy, más de sesenta años después de su muerte, nos proponemos resaltar para reavivar su recuerdo.

Si con ello suscitamos, de paso, en los representantes de sus paisanos un reconocimiento de su figura, veríamos culminada nuestra modestísima aportación a aquel propósito, que -entendemos- honraría al Ayuntamiento.

RASGOS BIOGRÁFICOS

José Guardiola Ortiz nació en Alicante, en la calle Infanta -hoy General Primo de Rivera- el 18 de enero 1872, en el seno de una familia modesta siendo su padre, Francisco, oriundo de Callosa d’En Sarriá y la madre, Josefa, de Alicante. Detentaban un modesto negocio de cordelería y alpargatería en la plaza de San Cristóbal, muy próxima al domicilio familiar. José era el segundo de tres hermanos: los otros fueron Francisco, que regentó la popular administración de loterías “El Negrito”, en la plaza de Isabel II, y Joaquín, titular de una imprenta en la calle Sagasta (hoy San Francisco). Estudió las primeras letras en la escuela pública ubicada en el barrio de San Antón, al que también asistían muchos hijos de cigarreras, y culminados éstos como alumno destacado hizo el bachillerato en el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza, a la sazón ubicado en la calle Ramales -sucesivamente, Joaquín Costa y Reyes Católicos-, al tiempo que ayudaba en el negocio familiar.

Sus prontas inquietudes y afán de superación, unidas a sus cualidades de estudioso y brillante, le llevaron a iniciar, como alumno libre, los estudios de Derecho y Medicina, desplazándose periódicamente a Valencia para documentarse y realizar los exámenes. Para obtener un mayor rendimiento optó por culminar sólo los primeros para los que sus próximos le encontraban muy bien dotado. Su familia consiguió, mediante el pago de la cuota, evitarle la prestación del servicio militar para que no interrumpiera sus estudios, mientras que él, por su brillante expediente, obtenía becas para el pago de matrículas y libros. Obtuvo la licenciatura de Derecho con 24 años de edad.

Casó en tres ocasiones: la primera con Rafaela Costa Tomás, hermana de su amigo Emilio Costa, periodista y director del Diario de Alicante, influyente periódico fundado en 1907; de este matrimonio nacieron Rafaela (que casó con su discípulo Antonio Pérez Torreblanca, brillante abogado y político), María (casada con el intelectual alicantino Germán Bernácer Tormo, economista, catedrático y primer Jefe del Servicio de Estudios del Banco de España), José (médico ginecólogo), Micaela (que casó con el agente de aduanas Arturo Carratalá) y Álvaro (diplomático). Viudo por primera vez, casó con Enriqueta Mira Tomás, prima de su fallecida esposa, que falleció antes de los dos años sin descendencia. Y la tercera vez lo hizo con Remedios Soler Miquel, de Jijona, también viuda con tres hijas y un hijo, y de este matrimonio nacieron Fernando y Francisco.

José Guardiola Ortiz armonizaba su aspecto elegante, -“patricio y señorial y el respeto que imponía su barbado rostro finisecular” en palabras de Agatángelo Soler-, con una gran sencillez en la relación con los demás, cualidad que tal vez adquirió por su procedencia humilde y que mantuvo siempre en su dilatada y brillante trayectoria en todas las facetas de su vida. Apasionado y de vasta cultura e inteligencia jugo un papel importante en la sociedad alicantina impulsando iniciativas políticas, sociales, culturales y educativas, uniendo a todo ello un carácter vitalista y festivo. Muchos de sus logros los alcanzó proyectando tanto el profundo estudio que realizaba de cuanto abordaba, como usando de sus dotes de persuasión y gran personalidad ante destacados intelectuales y hombres de la vida política nacional. Magnífico anfitrión y conversador ameno e incansable, conferenciante y articulista, fue autor de libros sobre Gabriel Miró, gastronomía alicantina y sobre les Fogueres de Sant Joan.

Guardiola tuvo siempre un gran afán por adquirir nuevos conocimientos y poseyó una amplia cultura humanística. Mantuvo relaciones personales y epistolares con personalidades literarias españolas; su biblioteca -que se conserva en parte- se nutrió de obras de clásicos y de autores que fueron considerados mas tarde la vanguardia de la creación literaria. La formación idiomática de Guardiola fue, además del castellano que utilizaba con diversidad léxica y gran propiedad, el francés que hablaba y escribía correctamente, y la lengua vernácula. El conocimiento del valenciano fue adquirida como la de mayor parte de los alicantinos, en la transmisión oral; sus padres hablaban valenciano y en su colegio su maestro, de Orihuela, sólo hablaba castellano, no obstante pese a que en Alicante no se disponía de libros, ni gramática, ni diccionarios valencianos, alcanzó un gran nivel en la normas ortográficas y vocabulario. Defendió con entusiasmo el mantenimiento, uso y conocimiento del valenciano. En distintos foros y escritos mantuvo que su perfeccionamiento, desde el respeto a las peculiaridades de su uso en Alicante, significaría un admirable progreso cultural. En la publicación del precitado discurso en Valencia dijo: “...lo pijor que podria ocorrir es qu´arribaren pel seu perfeccionament a fondres o confondres ab les llengües a les cuals ells han donat la vida, i això significaría un admirable progrés cultural per a els pobles que logren alcançar-ho.”... “De tot cor desitje que, allavors, no diga: -a que extrem arribà la decadència del valencià entre els alacantins a la primera mitad del sigle vigèsim, encetà ja la presurosa devallada vers llur entristadora desaparició. –Ans bé, que, en veritat, puga dir: -aixis era el valencià en Alacant al començar el renaiximent de la nostra dolça i rica parla. Treballem tots, amb fe i entusiasme i constancia, per a conseguir-ho.” Guardiola dijo en su discurso “El meu pòble es Alacant i la llengua que allí es parla es una modalitat especial del valencià, ab notables diferències en la pronunciació í parlat arbitrariament, en un lèxic empobrit i ab una verdadera invasió de paraules castellanes valensianisades; i a l´hora d´ara, que s´ha despertat una vera curiositat envers les manifestacions espirituals del país valencià, i, singularment, del seu parlar, vindre ací, a est´ acte, solemne expresió de la cultura valenciana, i vindre a parlar en un barreig de veus alacantines i valencianes i cuan el qui´l parla no ha discursejat, fins ahir, mai en valencià, es un atreviment tan gran, que sols pot trobar disculpa en l´obediència al manament rebut”. El discurso discurrió tratando entre otros los conceptos "Patria, L´Estatut, Autonomía no es separatisme, La Llengua, Afiancem la personalitat, Falles y Fogueres...”

Entre los testimonios y publicaciones sobre Guardiola Ortiz figuran los de Gabriel Miró, Valery Larbaud, Agatángelo Soler, Vicente Ramos y el del veterano periodista Tirso Marín que afirmó: “no es fácil acertar en cual de las distintas facetas destacó mas este ilustre alicantino, si en la abogacía, en la política, en la gastronomía o en la literatura, pues todas ellas las practicó con acierto”.

En uno de sus artículos Vicente Ramos escribió que Guardiola Ortiz fue “Una de las figuras mas sobresalientes de la cultura de nuestra tierra cuya vida y obra merecen profundo estudio, que contribuya a rescatar valores integrantes del ser y la personalidad propias de Alicante...”

Abundando en estas valoraciones, nosotros creemos necesario ampliarlas definiendo sus rasgos personales y algunas de sus muchas actuaciones.

Además de las anteriormente mencionadas merecen especial mención las que desarrolló desde sus cargos de Académico Correspondiente de las Reales Academias de Bellas Artes de San Fernando y de la Historia, Miembro del Centro de Cultura Valenciana y de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, Presidente de la Comisión Provincial de Monumentos de Alicante, que dio un notable impulso a las excavaciones arqueológicas que llevaron a cabo el no menos ilustre Cronista de la Ciudad Figueras Pacheco y el sacerdote Don José Belda; Presidente del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Alicante y Delegado Regio de Primera Enseñanza.

La brillante oratoria de Guardiola Ortiz fue otro de los rasgos característicos con la que destacó, tanto en el foro como en numerosos actos culturales. De estos últimos fueron celebradas sus intervenciones como Mantenedor en los Juegos Florales en Alicante en Agosto de 1902; la realizada en el homenaje al poeta Salvador Rueda -a la sazón afincado en la Isla de Tabarca, que él llamó Isla de los Poetas, y a la que se desplazaron dos días antes para recogerlo varios miembros de la intelectualidad local, entre los figuraba nuestro prócer- organizado el 17 de mayo de 1908 por el Centro de Escritores y Artistas y el Ateneo.

Asimismo, participó en el Jurado de los Juegos Florales celebrados el 19 de enero de 1909, con ocasión de la visita a Alicante de Alfonso XIII, y en la velada literario-musical en honor del recién galardonado en Viena Oscar Esplá por su Suite en la bemol, que tiene lugar en el Salón Azul del Ayuntamiento, del que forma parte, el 30 de enero de 1911.

Leyó del discurso de Gabriel Miró (por encargo de éste que no pudo estar presente) en el homenaje al médico, periodista, escritor, Hijo Adoptivo de Alicante, de la que era diputado en el Congreso, José Francos Rodríguez, al ser nombrado Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, el 20 de mayo de 1917, el mismo día que se colocaba la primera piedra del edificio de Correos en la plaza de Isabel II (antes, de las Barcas y, después, de Gabriel Miró.

Tomó la palabra en la inauguración del Círculo de Bellas Artes, el 27 de enero de 1918 y, en la del Ateneo, en el número 31 de la calle San Fernando en diciembre de 1923, con una exposición de Emilio Varela, pronunció una conferencia titulada Varela y su obra. Con otra conferencia, El verso y la poesía, preludió la velada rapsódica de Figueras Pacheco, el 18 de febrero de 1925, en el mismo Ateneo, que en aquel momento presidía (con una total ausencia de sesgo político que le mereció los elogios del Cronista de la Ciudad, aunque se convirtiera después en refugio de la única actividad permitida a los republicanos durante la Dictadura de Primo de Rivera).

Intervino en el homenaje que, en el que mismo centro cultural, se ofrendó al doctor Ramón Turró, junto con las de la señorita Josefina Pascual Devesa y los señores Germán Bernácer y Eduardo Mangada, el 28 de junio de 1926; así como, junto a Figueras, en el homenaje tributado a Azorín en el Casino de Monóvar, el 2 de febrero de 1930; y en el que se rindió el cuatro de mayo de ese mismo año a Antonio Rico Cabot con motivo de la inauguración de su busto -obra del escultor Daniel Bañuls- en la pinada que el inquieto y altruísta médico promovió en el castillo de San Fernando,. En ese acto, acompañaba al Alcalde del momento, Gonzalo Mengual, y también dedicó unas sentidas palabras al personaje homenajeado el vate Salvador Sellés.

Merece mención especial su discurso en valenciano como Mantenedor de lo Juegos Florales celebrados por Lo Rat Penat en 1933 en el Teatro Principal de Valencia, sobre el que nos extendemos por su significación.

Ejerció también el periodismo, primero como fundador y director del periódico El Republicano (1897-1901) y luego en el Diario de Alicante que dirigía su cuñado Emilio Costa.

Desempeñó, asimismo, funciones institucionales, no necesaria o estrictamente políticas -que luego veremos- como fueron las de Delegado Regio de Primera Enseñanza -él, un destacado republicano, lo que dice mucho en favor de su ecuanimidad y prestigio- a partir de 1917, o las de miembro de la Junta de Obras del Puerto, en representación del Ayuntamiento.


José Guardiola, Presidente de la Caja Especial de Ahorros,
pronunciando una conferencia de contenido cultural en el
Salón de Actos de la sede de la calle San Fernando.

A partir de 1909, coincidiendo con el comienzo de un nuevo mandato municipal y el acceso a la Junta de Obras del Puerto, inició el desempeño de distintos cargos en la Caja Especial de Ahorros y Monte de Piedad de Alicante (precursora de la actual Caja de Ahorros del Mediterráneo) que en 1877, cuando él todavía era un niño, fundó su admirado Eleuterio Maisonnave. José Guardiola se incorporó en 1909 a los órganos de gobierno de la entidad benéfica desempeñando desde entonces hasta 1930, importantes cargos: Vicepresidente 1º, Letrado Asesor y Presidente.

Tal como venía haciendo en cuantas responsabilidades asumía, su sentido social, ético y emprendedor, unido a su alicantinidad, se manifestaron inmediatamente. En 1912, la Caja de Ahorros alicantina, por iniciativa de don José Guardiola Ortiz, abrió su capítulo de ayuda al estudiante y fomento de la cultura iniciando de este modo la proyección de esta modalidad de obra social que la distinguiría en adelante. Desde las distintas responsabilidades y representación en la Caja, José Guardiola Ortiz continuó alentando la tendencia iniciada por el anterior Presidente de compra de edificios colindantes hasta completar la titularidad de la manzana entre las calles San Fernando, Velarde, Rafael Terol y Santiago, para construir con el proyecto del arquitecto Juan Vidal la que sería durante muchos años sede social de la Entidad. En su discurso inaugural, el 2 de diciembre de 1923, como Presidente de la Caja, dijo: “si, como es de esperar, nuestro pueblo sigue progresivamente el camino del ahorro, al igual que hicimos esto, realizaremos otras obras magnas que ya tienen cabida en nuestros cerebros; y, así, el pueblo todo, el obrero como el magnate, podrá ufanarse, diciendo en el mañana: -Esas obras que han engrandecido a nuestra querida patria chica se realizaron gracias a nuestro esfuerzo-; y todos sentiremos en nuestros pechos la satisfacción que da el deber cumplido”.

Desde la presidencia de la Caja protegió los intereses de Alicante sirviendo de puente de interacción con el Ayuntamiento, al que perteneció interrumpidamente desde 1897 hasta 1923. Contribuyó decisivamente a la construcción del nuevo Mercado Central de Abastos desde que en 1909 se planteó desde la Junta de Obras del Puerto, impulsando el proyecto con su apoyo y su trabajo en distintas comisiones municipales, hasta la finalización de las obras, trece años después, facilitando al Ayuntamiento, cuando ya se habían agotado los demás recursos, los fondos económicos necesarios desde la Presidencia de la Caja de Ahorros, en cuya representación, en el acto de su inauguración el 12 de noviembre de 1922, entregó oficialmente el Mercado a la Ciudad representada por su Alcalde Antonio Bono Luque.

AMIGOS

José Guardiola tuvo ascendiente –y un cierto halo patriarcal por razón de edad- sobre un grupo de jóvenes e inquietos alicantinos unidos en el afecto y la solidaridad que se llamaron entre sí amigos-hermanos, y que llegaron a ser relevantes personalidades. Además de Guardiola Ortiz (1872) y el escultor Vicente Bañuls, el único mayor que él (1865), el grupo estaba integrado por el escritor Gabriel Miró (1879), el compositor Oscar Esplá (1886), el arquitecto Juan Vidal (1888), el pintor Emilio Varela (1887), el catedrático y economista Germán Bernácer (1883), el Director del Diario de Alicante Emilio Costa (1882) y el escritor y archivero Eduardo Irles (1883), a los que con los mismos vínculos se unían esporádicamente el escritor y Cronista de Alicante Francisco Figueras Pacheco (1880), el escritor Julio Bernácer (1887), el periodista Rodolfo Salazar...


Óscar Esplá y Valery Larbaud

Entre ellos existió siempre el apoyo y aliento de quienes se sabían llamados a abrir nuevos horizontes culturales. Guardiola presidía de facto este formidable cenáculo al que se unió, durante sus estadías en Alicante, el escritor francés Valery Larbaud, cantor y portavoz de las excelencias de la terreta en su país. Éste, durante su largo veraneo de 1917 en San Vicente del Raspeig, en la finca “Villa Rafaela”, frecuentó a Don José, en su vecina “Los Leones”, a la que acudía a alguna tertulia y a jugar al tenis, y del que dijo, en una carta “… he conocido a dos hombres notables: Don José Guardiola Ortiz… “. En relación con este grupo de la intelectualidad alicantina, Oscar Esplá escribió: “Alicante no es sólo pueblo de siesta eterna y deliciosa; blando, rubio y calentado por el buen sol; es también nido y morada de genios... Somos nosotros un grupo de amigos que gustamos del olor de la leña quemada y de la sembradura húmeda, y amamos los perros campesinos, las nieblas de los prados y de las cimas, y el vuelo de las gaviotas, y muchas puericias..., y burlando y riendo de nosotros, y con frecuencia para divertirnos de un íntimo desaliento, nos llamamos genios y todo”.

Guardiola, además de su profunda amistad con los paisanos cultivó otras muchas entre personalidades destacadas: Francisco Rodríguez Marín, Suriñach Senties, Blasco Ibáñez, Cossío...

AMISTAD CON GABRIEL MIRO - BIOGRAFÍA DEL ESCRITOR - EL HUERTO DE SAN VICENTE

Don José y Gabriel Miró –siete años más joven que él- mantuvieron estrechos lazos de amistad desde su juventud. Se visitaban con las familias en sus domicilios y mantenían largas conversaciones, pródigas en proyectos llenos de esperanzas, lo que favoreció el acercamiento e hizo posible que Don José conociese a Gabriel profundamente, siendo el primero en ocuparse biográfica y críticamente del insigne escritor en su “Biografía íntima de Gabriel Miró -El hombre y su obra-“, de 1935. Guardiola, además de financiar la edición de la obra, tuvo la delicadeza de leerla, antes de que ésta se publicase, a la viuda del escritor, para entonces ya fallecido, y a otros familiares, recabando su conformidad. Clemencia Miró, hija del escritor, en carta de 10 de octubre de 1934, decía a Guardiola: “...Ya sabe Vd. por qué no pude asistir a su lectura (del borrador de la biografía de Miró) escuchada con verdadera emoción por mi madre y por mis tíos bajo los pinos de Beni-Saudet... Si usted desea para su libro algunos datos o fotografías yo se los enviaré”. Guardiola envió una copia de su biografía a Clemencia y ésta le expresó su satisfacción, aportó fotografías y realizó gestiones con el pintor José Manaut Viglietti para ilustrar la publicación.

Los vínculos afectivos de Gabriel Miró por José Guardiola Ortiz se manifiestan en el amplio epistolario del escritor desde Barcelona y Madrid, parte del cual recoge Guardiola en la biografía. En sus cartas Miró hacía partícipe a Guardiola de sus cuitas, de proyectos editoriales y de lo que acontecía en el seno familiar; le pedía ayuda ante las amistades que como abogado y político tenía José Guardiola: “Pepe, escríbele a Francos y trázame la ruta que debo seguir...”

Antes de su marcha a Barcelona Miró pasó con su familia unos días en Los Leones, el huerto propiedad de Guardiola en San Vicente. Era frondoso, con árboles y paseos recogidos y umbríos en los que los rosales, madreselvas y jazmines perfumaban las noches de estío y desde donde se veía el mar. Emilio Varela en algunos de sus cuadros, y el famoso escritor francés Valery Larbaud en sus escritos, inmortalizaron este huerto. También Gabriel Miró lo describió en páginas memorables. La estancia de Gabriel Miró y los suyos en aquel lugar fue decisiva para que el autor de “Años y Leguas” decidiese su marcha a Barcelona.

Las familias de Gabriel Miró y de José Guardiola
en 1918, en Las Planas-Barcelona

En la biografía de Miró escribe Guardiola: “Al finalizar el año 1913, para que, serenamente, decidiera sobre su propósito de abandonar su tierra querida y, trasladarse a Barcelona, le insté para que nos fuéramos, juntas las dos familias, a mi casa de campo, en las inmediaciones de San Vicente del Raspeig. Inolvidables noches aquellas en que sentados en la cocina, sin más luz que la de las llamas, mientras afuera caía la nieve, mirábamos arder los troncos y aspirábamos el olor tan grato para Gabriel de la leña quemada, y se nos mostraba en toda su sencillez y grandeza de espíritu fino...”.

Instalado ya en Barcelona, Miró le escribe: “Esta carta llegará a la Pascua. Estaréis en vuestro huerto, tierno y jugoso de la Primavera. Lo veo todo, guardo la memoria óptica, la del oído, porque sé claramente cómo suena la pisada en sus viales, conozco el ruido bueno, como una mano fraternal, de las ramas de tus árboles sobre mis hombros, y recuerdo el gesto, las facciones de las hortalizas, y sé distinguir los peces de tu alberca; y veo las hendeduras y ceñidores de alambre de la tinajas y ánfora, y huelo la frescura y limpieza de las alcazarras y del aljibe, y toco la greca ahumadita y el lagarto de la campana del hogar, donde quemamos los almendros de Langucha tan reacios para la llama, y donde recogí el calor honrado y aromoso de tu leña y el abrigo santísimo de tu alma , y la alegría de tus hijos tan hermanitos de mis nenas, la dulce, la inagotable delicadeza de Enriqueta. ¡Casa hidalga y amiga que me acogió recién herido y puso los fundamentos de mi nuevo vivir...”. Y en otra epístola le muestra agradecimiento: “Los alientos y casi la firmeza en la favorable mudanza de mi vida a vosotros lo debo. Gracias con toda mi alma”.

Don José reunía allí los fines de semana a sus amigos que pasaban tardes festivas viendo cómo Guardiola, feliz junto a su familia, preparaba suculentos platos típicos de la terreta dirigiéndolo todo como si un rito se tratase. Y ya por las noches, junto al fuego de la chimenea, se prolongaba la tertulia y canciones hasta primeras horas del día. Vicente Bañuls hacía alardes líricos con canciones que durante su estancia en Roma había aprendido muy bien. Eran habituales Emilio Varela, Oscar Esplá, Emilio Costa, Eduardo Irles, Vicente Bañuls, Juan Vidal, Germán Bernácer y José Carreras, director de la Caja de Ahorros. La velada finalizaba cantando gozosamente en medio del huerto La Marsellesa y el himno de Alacant: “No es este ja el poble vell, qu´es altre Alacant...”


Alicante. Plaza de Isabel II con la casa de José Guardiola

La prosperidad de su bufete de abogado y su presencia en algunos Consejos de Administración de empresas y entidades -Caja de Ahorros y empresa suministradora de gas ciudad, entre otras- le proporcionaron una sólida posición económica y social, de la que fueron reflejo su domicilio capitalino en el número 19 de la plaza de Isabel II -hoy de Gabriel Miró- y sus residencias de recreo en la playa de San Juan -primera de las construidas en aquel solitario paraje frente al mar, cuando no había agua, ni luz, ni carreteras- (en el tramo que hoy, y desde mediados de los años sesenta del pasado siglo, por razones oportunistas, se denomina Muchavista) y en la ya mencionada vecina San Vicente del Raspeig, bautizadas, respectivamente, como Belvedere y Los Leones (esta última llamada también, en el círculo familiar y de amigos, Huerto de San Vicente). Con estas últimas, puede decirse que nuestro personaje se anticipó varios lustros a lo que, andando el siglo iba a suponer toda una revolución en los hábitos de vida de los alicantinos del presente, transformando, además, el paisaje de los alrededores de la ciudad. Fue todo un pionero del recreo en el campo y en las playas de Alicante.

El domicilio de la ciudad era lugar de acogida muy frecuentado por los amigos. Valery Larbaud en su Journal 1912-1935 , y en páginas de su estancia en Alicante, escribe: “...fuimos a ver a don José. Con él estaba Oscar Esplá, que tocó para nosotros algo de Granados, después un pasaje de “La Belle au Bois Dormant” de Ravel, y una composición suya...”.

Belvedere, residencia de recreo y estío, fue asimismo centro de reunión de familiares, amigos y personalidades de paso por Alicante y escenario de memorables proezas culinarias de Don José al mando de los fogones domésticos, que refleja en sus literarias recetas a que luego aludiremos. Pero también refugio para quien lo necesitó en cada momento; como hicieron luego, en la posguerra, -aprendida esa lección paterna- sus hijos María y Germán Bernácer en su domicilio madrileño, acogiendo y ayudando a muchos alicantinos que se desplazaban a la capital en busca de solución a sus problemas.

Así, -anécdota curiosa- en la revuelta España de aquellos años, buscando descanso y cura de sus heridas en el frente, su hijo Álvaro, importante en aquellos momentos por sus destinos como Embajador en Finlandia y Bélgica se instaló en Belvedere una temporada. Durante aquel tiempo invitaba a ciertos visitantes extranjeros que parecían exóticos a los moradores del entorno. Uno de ellos fue un chino, delgado y alto: Chu-En-Lai, el que años más tarde fue primer ministro de la República Popular China. En la casa del arquitecto Juan Vidal, muy cerca de Belvedere, funcionaba en aquellos días el Gobierno Republicano y Alvaro Guardiola asistía a algunas de sus sesiones. Posteriormente, Álvaro se fue a París y, después, como representante del gobierno republicano, a Yugoslavia.

También acogió en Belvedere -por la mayor seguridad que ofrecía ante los bombardeos aéreos en aquellos difíciles años de guerra- a familiares, amigos y a monjas que, desprovistas de sus hábitos, parecía que compartían vida familiar. Después de las efemérides de Valladolid, se había convertido en el sino de Don José erigirse en firme protector del clero regular femenino, con tocas o sin ellas.

CONTINUA EN LA SEGUNDA PARTE.
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MANUEL SÁNCHEZ MONLLOR
JOSÉ MARÍA BONASTRE HERNÁNDEZ

27 enero 2012

LORENZO AGUIRRE Y FRANCISCA AGUIRRE, HIJOS PREDILECTOS DE ALICANTE

Hoy es uno de esos días en los que la cultura de Alicante hace historia. El pintor, dibujante y artista fogueril Lorenzo Aguirre y su hija, la poetisa Francisca Aguirre, Premio Nacional de Poesía 2011, han sido nombrados HIJOS PREDILECTOS DE LA CIUDAD DE ALICANTE.

La propuesta inicial presentada por el PSOE referida a Francisca ha sido aprobada por el pleno, añadiendo a petición del PP a su padre Lorenzo Aguirre, cerrándose así una herida abierta en la Memoria Histórica de esta ciudad.


FRANCISCA AGUIRRE

Foto: Wordpress
La poesía es una herramienta del conocimiento
y sirve para sacar lo que llevamos dentro.

Francisca Aguirre
"El Mundo" 13/11/2001

Francisca Aguirre Benito nace en el Alicante de 1930, hija del artista Lorenzo Aguirre y de su segunda esposa, Francisca Benito Rivas. Contrajo matrimonio con el poeta Félix Grande Lara fruto del cual nacería su hija Guadalupe que ha seguido los pasos de sus padres.

En 1942 vive la tragedia de la represión franquista en el seno de su familia. Su padre es capturado, torturado y condenado a morir a garrote vil. De nada sirvió que ella y sus hermanas se arrodillaran ante la hija de Franco pidiendo clemencia para su padre.

De carácter autodidacta, Aguirre empieza a escribir a los 15 años, pero un arrebato la lleva a quemar en un horno todas sus primeras poesías. Ve publicado su primer libro de poesías "Ítaca" en 1972, siendo galardonado con el Premio Leopoldo Panero. La tardía publicación de sus primeros poemas ha hecho que no se la suela incluir en el grupo de la Generación del 50 a la que pertenece.

En 1976 publica "Los 300 escalones" dedicado a su padre. El recuerdo de su progenitor también estaría presente en su obra "Historia de una Anatomía" premiada con el Premio Internacional Miguel Hernández en 2010 y el Premio Nacional de Poesía en 2011.

Obras:

- 1972 ”Ítaca”
- 1977 “Los trescientos escalones”
- 1978 “La otra música”
- 1995 ”Espejito, espejito” (prosa)
- 1996 “Ensayo General”
- 1999 “Pavana del desasosiego”
- 2000 “Ensayo General. Poesía completa 1966-2000”,
- 2002 “Memoria arrodillada. Antología”
- 2002 ”Que planche Rosa Luxemburgo” (prosa)
- 2006 “La herida absurda”
- 2008 “Nanas para dormir desperdicios”

Página del Cervantes Virtual dedicada a Francisca Aguirre. Pincha AQUÍ


LORENZO AGUIRRE

Lorenzo Victoriano Aguirre Sánchez nace en Pamplona el 14 de noviembre de 1884. De su matrimonio con Francisca Benito Rivas nacerían sus tres hijas: Jesusa, Margarita y Francisca.



Alicante Vivo acercó la figura de Aguirre a todos nuestros seguidores en un artículo de 2009 en el que a raíz de una charla con Ali Andreu Cremades caímos en la cuenta de que el Lorenzo Aguirre ejecutado a garrote vil en 1942 era el mismo Aguirre que creó los primeros carteles de Hogueras.

Como no queremos repetirnos aprovechamos para redirigiros al artículo ya publicado hace casi tres años sobre el artista que murió dos veces: la primera, física, en 1942 y la segunda, espiritual, con el olvido forzado de su obra. Podéis pinchar AQUÍ


25 enero 2012

EL POETA JUAN SANSANO

"Alicante, copa de oro
que eleva Dios en su altar;
florido turbante moro,
inmortal himno sonoro
de las palmeras y el mar.

Tu ternura femenina,
tierra azul, tierra de sol,
vaga en la brisa marina
y es fuego en el arrebol
de la costa levantina"

Juan Sansano
¡Alicante!
(extracto)
El Día 22 de junio de 1929

El poeta y periodista Juan Sansano Benisa nace en Orihuela un 30 de septiembre de 1887, hijo de modestos trabajadores. Asiste a las escuelas de la Caridad y la Merced de su ciudad natal comenzando a los nueve años a aprender el oficio de tipógrafo en los talleres de "La Lectura Popular". Allí conocería a su padre literario, el periodista católico Adolfo Claravana.


Orihuela a finales del siglo XIX

"El Diario de Murcia" se convierte en el primer diario que publica allá por 1900 sus primeros ensayos líricos. Tres años más tarde estrena su primera obra teatral en el convento de Capuchinos de Orihuela. Su primer libro "Flores silvestres" saldría a la calle en 1908.

Tras una corta estancia en los periódicos alicantinos (trabajó en el diario católico "La Voz de Alicante"), Sansano vuelve a su ciudad natal donde comienza a colaborar intensamente con la prensa local entablando amistad con el grup ode escritores de Monóvar formado por Antonio Montoro y Remedios Picó entre otros a los que conoce tras una conferencia en dicha localidad.


Juan Sansano recitando uno de sus poemas
(Foto: Sánchez. Archivo Municipal de Alicante)

En 1910 ya es dueño de una imprenta y saca a la calle periódicos como "La Semana", "Primavera", "El Clarín", "El Regional" que continuarían la labor periodística iniciada ocho años antes con la salida de "El Relámpago".

Pese a su ferviente catolicismo ultraconservador Juan Sansano tendría problemas con los Jesuítas debido a un negocio conjunto de imprenta. Él fiel seguidor de los hijos de San Ignacio sufre la decepción más absoluta cuando tras varios obstáculos puestos en su camino, le prohiben escribir poesía. Según Sansano, a los Jesuítas no les debía nada y lo mejor para la Religión y la Patria sería su desaparición.

Tras varias decepciones en lo personal, profesional y político que influirían en sus obras, Juan Sansano contrae matrimonio con Isabel Torregrosa Irles, que le daría tres hijos y con la que marcha a vivir a Madrid para, tras pasar por Monóvar, recaer en Alicante.





Inicio de la calle de la Villavieja. A la derecha 
se aprecia el rótulo pintado de "EL DÍA". 
Foto: El nostre Alacant d'antany

 Ya en Alicante, y en 1918, comienza a trabajar en el diario "El Día" fundado por Alfonso de Rojas y Pascual de Bonanza. En 1924 Sansano se convierte en director del diario y dos años más tarde lo adquiere. Con "El Día" fijado en el ideario más ultraconservador, Sansano va publicando en sus páginas su poemas que día a día adquieren más prestigio. Sería en este diario donde Miguel Hernández publicaría también sus poemas, algunos de ellos dedicados a Juan Sansano.

"Tanto me llega a complacer
que no lo acabo de leer
desde que empieza en 'La Mujer'
-cántico digno de un jilguero,
selectamente parlotero-
y pasa por 'El Molinero'
-trova de aroma algo social-
hasta que llega al magistral poema final
llamado 'El Alma de las Flores'"

Miguel Hernández
"A Juan Sansano por su libro
'Canciones de amor'" (extracto)
"El Día" 19 de junio de 1931
Es en Alicante donde Sansano adquiere fama y prestigio con sus obras, ganando diversos premios y generando polémicas en su diario gracias a sus furibundos y pasionales artículos en defensa de la fe católica. Polemista terrible, defendía hasta el final las causas que consideraba justas.

En 1931 hace campaña en su diario a favor de la candidatura monárquica y con la llegada de la República sería foco de atracción de todas las iras de los extremistas del lado opuesto. La redacción y talleres de "El Día" situados en la calle Villavieja nº1 fueron asaltados y quemados en tres ocasiones: el 11 de mayo de 1931 (con un ataque en agosto), en 1934 y el 20 de febrero de 1936. Su casa tampoco se libraría de los ataques.

Con el inicio de la Guerra Civil, su diario es incautado, pasando a defender los postulados de la República. "El Día" quedaría en manos de Emilio Costa, y Juan Sansano sería relegado a mero trabajador. Con la rápida caída de sus suscriptores, "El Día" publicó su último número el 10 de julio de 1937.

Con la victoria de los sublevados, Juan Sansano vuelve a la carga y lanza a la calle a primeros de abril de 1939 el periódico "¡Arriba!" del que se publicarían pocos números. Pese a su insistencia, no conseguiría el permiso para reeditar de nuevo "El Día". Tiempo después se incorporaría a la redacción del semanario "Lunes" y colaboraría periódicamente con "Información".


Con el dinero obtenido en su trabajo y lo cosechado en lo más de 100 premios obtenidos entre 1946 y 1951 consigue tirar hacia adelante. Gravemente enfermo y postrado en cama desde 1948, con la ayuda de sus hijos seguiría creando poemas y artículos.

El poeta y periodista Juan Sansano Benisa fallece el 19 de enero de 1955. Seis meses después de su muerte el Ayuntamiento de Alicante le dedicaría una calle en la ciudad.

A parte de los centenares de poesías y escritos publicados en prensa, Sansano dejó como legado los libros Flores Silvestres (1908), Las canciones de la caminata (1914), Cantos de voluntad (1915), De mis andanzas por la vida (1916), Jávea (1920), Por las rutas floridas (1921), Saetas para la Soledad que el poeta oriolano Juan Sansano escribió para tal fin (1922), Canciones de amor (1931), Hacia el mar (1943), La torre de Santa Justa (1945), Poesías (1945) y Orihuela. Historia, geografía, arte y folklore de su partido judicial (1954).

Preciosa portada de su obra "Poesías" 
Ed. Carrera, Alicante (1945)


ALFREDO CAMPELLO

Fuentes de consulta:

-Ramos Pérez, Vicente. "Estudios de literatura alicantina (1ª serie)" Ed. CAPA 1979
- Alfonso, José. "Don Juan Sansano Benisa" en "Idealidad" nº67 Ed. CAAM 1963
- Gil Sánchez, Fernando. "Juan Sansano: un poeta de Orihuela, periodista en Alicante" en Información 11/01/1987
-Vidal Tur, Gonzalo. "Alicante. Sus calles antiguas y modernas" Ed. G. Civil de Alicante 1974

16 enero 2012

LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA 200 AÑOS DESPUÉS

En este recién inaugurado 2012, conmemoramos una de las fechas más trascendentes en la historia de nuestro país: el bicentenario de la primera gran Constitución Española; la “Pepa”. La importancia de aquella inicial Carta Magna, amparada por las Cortes de Cádiz, quedaría marcada tanto por el soplo de unos iniciales aires de libertad destinados a reformar y modernizar la sociedad española a través de una monarquía liberal y parlamentaria, como por conseguir llevarlo a cabo en plena Guerra contra un ejército invasor.



En Alicante, este aniversario y, en especial, la fecha 16 de Enero de 1812, adquiriría un papel aún más destacado. Cierto es que todo acabaría con la huída de la capital de las tropas del General Montbrun, pero sus visibles huellas nos adoctrinarían siempre de nuestro pasado, forjado con el sudor, el trabajo, los miedos y las esperanzas de todos los ciudadanos de esta tierra.

Durante la Guerra de la Independencia, la práctica totalidad de las grandes ciudades de España sucumbieron tarde o temprano ante los franceses. Alicante, sin embargo, se mantuvo libre toda la contienda, destacándose como el mayor núcleo de resistencia del Reino de Valencia. Cierto es que nuestro puerto resultaría clave para el desembarco de las fuerzas aliadas y la victoria final, Justificar a ambos ladoscomo clave sería también nuestra conversión en Capital del Reino cuando Valencia cayó pasto de los bombardeos enemigos.

Cuando hacemos un recorrido por aquellos años, descubrimos una ciudad afanada con grandes esfuerzos y no menos sacrificios en proteger su libertad: desde las autoridades locales hasta los propios ciudadanos, estos últimos en mayor y más dramática medida. Todos juntos, unidos por la Independencia pero oprimidos por severos problemas sociales, idearon un futuro que se vislumbraba entonces oscuro ante una invasión foránea que al final, aunque furtiva, acabaría produciéndose. Y todo ello, en aras de un bien común destinado a preservar nuestra propia identidad cultural e histórica.

El miedo nos hizo reforzar nuestras defensas y murallas; los problemas económicos nos obligaron a sufragar de nuestros propios bolsillos, el de familias pobres o ricas, desesperadas o acomodadas, fortificaciones de las que el Castillo de San Fernando es su buque insignia y su legado más palpable; y nuestras ansias de libertad sirvieron de estímulo para trabajar unidos, hombro con hombro, y hombre con hombre.


Castillo de San Fernando

Hoy hace doscientos años que las puertas de nuestra ciudad intentarían ser derrumbadas sin éxito por aquellos que deseaban para sí la conquista de Alicante. Se nos exigió una rendición que el pueblo se negó a dar y se nos asedió durante horas con un bombardeo que golpeó, en gran medida, en este mismo lugar, bastión construido ex profeso por unos desesperados habitantes para salvaguardar su existencia.

Vivimos en una sociedad global, un crisol de culturas cuyas fronteras se difuminan y casi borran. Aún así, el sentimiento de cohesión debe perdurar, pues nos agrupa en sociedad a través de la cultura, el idioma, las ideas.... y, en especial, la tierra. Sea cual sea nuestro concepto de nación, debemos conservar nuestro pasado y recuperar la memoria de aquellos héroes anónimos que dieron sus vidas por defender la libertad. Soldados, campesinos, herreros.... personas que construyeron castillos para proteger lo único que consideraban propio.


Monumento a los Héroes Alicantinos de la
Independencia antes de su restauración

No hay mejor lugar para recordar y homenajear aquellos años y aquella primera gran Constitución Española que el memorial levantado a la entrada del baluarte de San Fernando, originalmente ubicado en el desaparecido Cementerio de San Blas.

“A los héroes alicantinos
de la Independencia”


La frase, grabada a fuego sobre su resistente roca, expone a las generaciones futuras unos ejemplos personales y colectivos de valor, defensa y lucha. Hoy puede ser un buen día para subir a visitar el monumento y recordar a todos aquellos alicantinos que fueron héroes a su pesar.

08 enero 2012

UNA 'ALICANTINA' LLAMADA ANTOÑITA MORENO


Recientemente se presentó en Alicante el libro sobre la vida, sobre todo profesional, de Antoñita Moreno.No voy a hablar sobre el libro ya que no lo he leído pero si puedo decir la ilusión que tiene Antoñita por esta publicación,me lo transmitió hace unas semanas por teléfono.Y uno que la conoce desde que era un mañaco , me daba verguenza cuando venía a mi casa y me escondía, o cuando iba a comer al chalé de mis abuelos paternos , decía que allí se hacía el mejor arroz.Y lo suele decir.Quiero desde estas páginas reconocer la gran labor de Antoñita Moreno por el folclore español.No solo la copla, sino la jota, el pasodoble,la muñeira,...No en vano uno de sus espectáculos lo llevó por toda España con el título de "Ronda española".Siempre la he considerado una gran estudiosa de la canción en España.Comenzó a los 15 años con "Filigranas" en el Teatro Calderón de Madrid y de ahí recorrió todos los teatros del país con"Coplas al viento","Antonia la cantaora","Cantes y bailes de España"...En el cine protagonizó cinco películas."Llegada de noche" (1949) de J.A. Nieves Conde; "El bandido generoso" (1954) con Manolo Morán y Zori, Santos y Codeso;"La reina mora"(1954) tercera versión, junto a Miguel Ligero;"La lupa" (1955) que cuiosamente figuraba en el reparto un excelente actor secundario alicantino, Manuel Requena, con mas de doscientas películas en su haber ,nacido el 21 /8/1891 en Alicante y falleció en Madrid en 1969.La última aparición cinematográfica de Antoñita sería en 1958 con "El niño de las monjas",tercera versión de la misma, con Rosita Arenas y el torero Enrique Vera y donde la escenas taurinas fueron rodadas en la plaza de toros de Elda.Sus dos canciones bandera,"Sortija de oro" y "El cordón de mi corpiño".Pero sus saetas ponen los pelos de punta.Sus giras a latinoamérica fueron frecuentes,así como las anécdotas de encuentros con María Felix y Gary Cooper.

Pero a lo que voy con estas letras por encima de todo es que Alicante y su alcaldesa al frente reconozcan de una vez por todas a Antoñita Moreno el título de "alicantina de adopción" por muchas razones.Lleva viviendo en nuestra ciudad mas de cincuenta años.Su primer chalet ,en la ahora avenida de Antonio Ramos,lo compartíó con su madre y se llamaba "Villa Salud".Fueron unos chalets construidos por la entonces Caja de Ahorros del Sureste de España.Luego marchó al Cabo,a otro chalet, "La ratita".Sigue viviendo en un apartamento en los terrenos del mismo.Una figura importante de nuestra cultura que dejó su Sevilla natal por la Alicante mediteránea, a la que ama.

Me he cansado con los últimos concejales de Cultura de Alicante de pedir en mas de ocho ocasiones y de forma oficial una calle para Antoñita Moreno,también el homenaje que debería rendirle nuestra ciudad.Y sino que lo diga Miguel Valor que sabe de ello.No miento.Creo es ahora el momento.No solo de darle el título de "alicantina de adopción" sino de concederle el nombre de una calle y que fuera la próxima mantenedora de la Bellea del Foc.Se lo merece mas que otros muchos.Y a tí, Antoñita, gracias por seguir siendo amigos desde que llevaba pantalones cortos y me dabas respeto.Enhorabuena.

PACO HUESCA

 
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