28 febrero 2012

EL RENACER DE LA FIESTA. FOGUERES 1939

Conferencia impartida en la Sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Alicante, el día 10 de febrero de 2011, durante las II Jornadas Culturales Fogueres (1939-1950) organizadas por la Foguera Sant Blai-La Torreta.
Publicada por la Federació de Les Fogueres de Sant Joan en la Revista Oficial Fogueres 2011.


Si estudiamos la evolución del número de comisiones formadas entre 1928 y 1936, tomando como fuente los expedientes originales conservados en el Archivo Municipal de Alicante (AMA), comprobamos dos máximos de 41 comisiones en 1933 y 1936, entre hogueras y barracas, lo que denotaba la fuerte implantación que la fiesta del fuego alcanzó en la ciudad de Alicante en menos de una década de fiesta. Pero en 1936 Les Fogueres sufrieron un brusco traumatismo, el mismo que marcó a España con el estallido de la Guerra Civil. En este último año de esta primera etapa de Les Fogueres de Sant Joan, era presidente de la Comisión Gestora el médico pediatra Ángel Pascual Devesa, fue elegida Bellea del Foc Carmela Ramos Ramos, de la Foguera Barrio de Benalúa, y era publicada por primera vez una revista oficial de Les Fogueres, con el nombre de Festa.

Portada de la Revista Oficial Festa 1936
(Archivo Armando Parodi)

Después vinieron las estremecedoras imágenes de los bombardeos, la destrucción, la gente huyendo a los refugios, el racionamiento, los vencedores y los vencidos. Consecuencias de una guerra que Alicante sufrió de manera especialmente cruenta, y aunque los destrozos fueran aprovechados para obras de mejora en la ciudad, y los alicantinos, con su carácter hecho de esa pasta tan especial que nos define, sacaron adelante sus vidas intentando olvidar lo inolvidable, obvio es decir que Alicante no estaba para fiestas.

Bombardeo del Mercado Central de Alicante, el 25 de mayo de 1938
(Archivo Aeronáutica Militar de Roma)

Tanto es así que hasta 1940 no habría Fogueres en un sentido pleno de la fiesta, o lo que es lo mismo su celebración de forma oficial. Quedaría este regreso en manos de un nuevo presidente de la Comisión Gestora, el conocido comerciante Ramón Guilabert Davó, que vio elegida Bellea del Foc a Matilde Nadal Bolino, de la entonces denominada Foguera Plaza de Benalúa, y se inició la publicación de la nueva Revista Oficial, el n.º 1 de la que hoy denominamos Fogueres, que vería reflejada sin ambages en sus páginas la realidad de una posguerra atenazada por la dictadura franquista. Pero no deja de ser sorprendente la importante recuperación de Les Fogueres a poco más de un año del final de la guerra, ya que se manejaron cifras de comisiones constituidas similares a 1932, justo antes del primer gran salto cuantitativo de la fiesta.

Portada de la Revista Oficial n.º 1 Fogueres de San Chuan 1940
(Archivo Armando Parodi)

Esto fue debido a que ya en 1939 se sentaron las bases de este renacimiento de Les Fogueres. Y es que después de dos ejercicios en blanco a consecuencia de la contienda nacional, a primeros de abril de 1939 comienza a recobrarse la normalidad, y las personas que estuvieron implicadas en la organización de Les Fogueres de Sant Joan en 1936 comienzan a hacer gestiones para revivir nuestra fiesta del fuego.

Comisiones constituidas 1928-1940
(Elaboración propia. Fuente: Expedientes AMA)

Todo comenzó cuando el día 7 de junio, el Jefe Provincial del Servicio Nacional de Propaganda, además de redactor de la Gaceta de Alicante, única prensa alicantina autorizada por el régimen, Juan Luis Bueno Martínez, convocaba a las comisiones de las hogueras y barracas que plantaron en 1936, así como a los artistas que no habían dado con sus huesos en la cárcel por razones políticas, con el propósito de recuperar la fiesta que tanto éxito tuvo en sus primeros años de andadura, en los que creció tan rápidamente.

Juan Luis Bueno Martínez, Jefe Provincial del Servicio Nacional de Propaganda
y redactor de la Gaceta de Alicante (ilustración de portada del 24 de junio de 1939)

Con la premura de las tan próximas fechas de celebración, el 8 de junio tuvieron lugar dos reuniones en la sede de la Jefatura Provincial de la Falange Española Tradicional, sita en el número 2 de la calle Duque de Zaragoza, una matinal con los artistas de fogueres, y otra vespertina con la participación de representantes de los distritos festeros de Barrio de Santa Isabel, Plaza del 18 de Julio, Barrio de San Fernando, Benito Pérez Galdós, Mercado, Calvo Sotelo, San Agustín y Carmen, Plaza de Hernán Cortés, La Florida, Plaza de las Monjas, San Antón Alto, Carolinas, Calderón de la Barca, Plaza de Juan Poveda y 1º de Mayo, Calle San Vicente, Trafalgar, Plaza de Ruperto Chapí y Plaza de Gabriel Miró, así como las barracas Peña «Los Gorilas», Peña «Els Trenta ú», Peña «De tres, tres», Peña «Los 13», Peña «Ali-Cántara» y «El Galliner», y otras tertulias y asociaciones prestas a colaborar.

Fruto de estas reuniones se crea una comisión de trabajo compuesta por el mencionado Jefe Provincial de Propaganda Juan Luis Bueno, Ramón Guilabert Davó representando a la Alcaldía, el Secretario Local de Falange Francisco Javier Morales, el Director de la Gaceta de Alicante Fernando Ors Martínez, el empresario José Roméu Zarandieta por el comercio, Guillermo Veneroni y otras personalidades alicantinas y de la última Comisión Gestora, y tras sucesivas sesiones de la misma se decide confeccionar un austero programa de fiestas, contratar quince bandas de música, además de las militares, y plantar una foguera en señal de recuperación y estímulo para años venideros. Se decidió ofrecer el cargo de Presidente de Honor al Gobernador Militar Pedro Pimentel Zayas, y vicepresidencias al Comandante de Marina Pablo Hermida Seselle, al Gobernador Civil Fernando de Guezala e Igual, al Alcalde de Alicante Ambrosio Luciáñez Riesco, y al Presidente de la Diputación Provincial José Martínez Alejos.

Ramón Guilabert Davó, comerciante crevillentino,
presidente de la Comisión Gestora
y concejal del Ayuntamiento de Alicante
José Romeu Zarandieta, empresario valenciano,
ex presidente de la Comisión Gestora
y concejal del Ayuntamiento de Alicante
Coronel Pedro Pimentel Zayas,
Gobernador Militar de Alicante
Ambrosio Luciáñez Riesco,
Alcalde de Alicante
José Martínez Alejos,
presidente de la Diputación Provincial de Alicante

La financiación vendría dada fundamentalmente por las 7.000 pesetas de beneficio que resultaron del superávit de Les Fogueres 1936, a repartir 243 a cada una de las 30 comisiones de foguera que plantaron ese año, y que si no se retiraban antes del 23 de junio quedarían a disposición del comité organizador; más el importe de los premios a los monumentos de 1936, que habían llegado a entregarse en su día, y la recaudación del recorrido que por los distritos realizaron las comisiones de hogueras y barracas el 11 de junio, solicitando ayuda económica al vecindario, que dadas las circunstancias hay que reconocer que se portó. De esas 30 comisiones de foguera que plantaran en 1936, una docena de ellas no se presentaron a recoger su parte del superávit de dicho ejercicio.

Las reacciones no se hicieron de esperar, y así, la Casa de Valencia en Madrid felicitaba el día 15 de junio al Alcalde por recuperar la fiesta de Fogueres, y se disculpaba lamentando no disponer de tiempo para preparar una excursión de madrileños que pudieran disfrutar de unos días de fiesta en Alicante.

Las comisiones supervivientes del forzado parón festero se esforzaron en recuperar la fiesta en sus distritos, mientras las barracas se desvivían para encontrar pintura, madera, clavos y demás materiales para construir sus portadas. Incluso los militares se contagiaron de la renacida pasión festera, y costearon una barraca en el solar donde una vez estuvo el Convento de las Capuchinas, en la actual ubicación del Banco de España en la Rambla.

Exterior del programa de mano de las Fiestas de San Juan 1939 (AMA).
La portada representa el Cartel Oficial, original de Luis Sánchez

El Cartel de Fiestas fue dibujado por Luis Sánchez e impreso en los talleres de la Gaceta de Alicante, antecesora del actual Diario Información (fundado en 1941), y que fue principal medio de comunicación que diera a conocer el desarrollo de Les Fogueres 1939. El cartel se sitúa en el contexto del momento, reflejando la victoria del régimen en el ámbito de la fiesta, a la que denominaba Fiestas de San Juan, con un alicantino vestido con manta y zaragüel que porta en su mano izquierda un banderín festero con el año 1939, y en su derecha, como no podría ser de otro modo, el yugo y las flechas representativas del régimen. Fue igualmente portada del Programa Oficial de mano que vería la luz el día 20 de junio, programa que sería divulgado fundamentalmente por el citado diario y Radio Alicante.

En cuanto al monumento foguerer, con buena parte de los artistas de fogueres consagrados en prisión, fundamentalmente por su colaboración con el Gobierno Republicano, la construcción de la única foguera se encomendó al pintor alicantino Francisco Muñoz Gosálbez, precoz artista que ya a los doce años había empezado a acu­dir a las clases de la academia de Pericás, y a los veinte inauguró la suya propia, por donde pasaron y recibieron sus primeras lecciones los pin­tores Gastón Castelló, José Barahona y José Pérez Gil, entre otros. Muñoz, que presentó sus obras en diversas exposiciones personales en el Círculo de Bellas Artes y el Ateneo de Alicante, había sido premiado en Plaza de las Monjas (1931), San Antón Alto (1933, 34 y 35), Pascual Pérez (1934), Calderón de la Barca (1934 y 36) y Barrio de San Fernando (1936).

Francisco Muñoz Gosálbez, pintor y artista de fogueres,
artífice de la única foguera plantada en 1939

Pues bien, aunque el artista manifestaba inicialmente mostrarse escéptico de tal posibilidad, lo cierto es que realizó el monumento en la cifra récord de ¡quince días!, plantando la noche del 22 al 23 de junio en la confluencia de las avenidas de Alfonso el Sabio y de Zorrilla (ya denominada entonces de José Antonio, actual Avenida de la Constitución), en el lugar tradicional de plantà de la actual Foguera Mercado Central frente a la fachada principal de éste, en el triángulo que formaba el triple cruce de vías de los tranvías.
No se conserva boceto de la foguera, si es que alguna vez lo hubo, y tan sólo nos ha llegado una foto de la misma en muy malas condiciones de conservación. Es por ello que basándose en la escasa información que encontró en la prensa de la época, el artista de fogueres Julio Esplá Martínez hizo un intento años más tarde de recrear un boceto, aunque el resultado en poco se pareció a la realidad.

Boceto de la única foguera de 1939,
interpretación libre de Julio Esplá Martínez (AMA)

Su título era La fuga, y se centraba en los meses de dolor y de hambre del pueblo alicantino durante la guerra, queriendo representar, verdad de unos y mentira de otros, el mandato de Juan Negrín López, último presidente del Gobierno de la II República, popularmente conocido como Doctor de les llentilles, así como su exilio a Francia con todo lo que supuestamente se pudo llevar consigo. Su figura y su frase resistir, con pan o sin pan remataban el monumento, llevándose un jamón a la boca con una mano y un maletín lleno de lentejas en la otra. Las pinturas de las caras de la base ilustraban la tragedia que había vivido el pueblo alicantino.

Única foguera plantada en 1939
(Archivo Armando Parodi)

Así anunciaba la foguera la Gaceta: La "foguera" simbólica del renacimiento de la fiesta alicantina será modesta, pero "sabrosa". Y más adelante la describía en frases como:

Se trata de un monumento sencillo...
En lo alto de la obra, montado sobre una calavera, vemos a un hombre que se está «hinchando», con unas tragaderas formidables...
Lo delata un maletín, que a juzgar por lo que de él sale no debe ser un pobrete.
En los pisos inferiores se ve como si el artista hubiera querido hacer unos zócalos de cemento, con pegaduras graneadas de chinitas...
Se reconoce en el graneado las imponderables píldoras que aquel caballero de lo alto nos recetó en ediciones completas pero teniendo a la vez el gran mérito que no llegó a probarlas. Él era así; las trajo para el pueblo y al pueblo se las endosó íntegramente.

Evidentemente, la foguera era un alegato contra los enemigos de la nueva situación política, lo que convierte este único monumento foguerer de 1939 probablemente en el más franquista de la historia de Les Fogueres. La prensa de Alicante, entiéndase La Gace­ta, enfocó por ello la explicación de la foguera como un cúmulo de críticas a los vencidos de la contienda.

El prematuramente desaparecido Francisco Javier Sebastiá, en su Memoria de Licenciatura titulada Consideraciones estéticas sobre un arte efímero de Alicante: las Hogueras de San Juan (1928-1987), publicada en 1988 por el Instituto de Estudios Juan Gil-Albert, se extendía en la descripción y significado de esta foguera como sigue:

Sobre un gran «podium» formado por cuatro telones o bastidores, se ubicaba la figura que representaba a Negrín, portando un maletín con «ri­quezas» y un jamón. Lo cierto es que la «foguera» era un auténtico monumento a las lentejas, ya que éstas eran el único material con el que estaban formados los cuadros que iban superpuestos a los cuatro bastidores y que representaban críticas acerbas al Gobierno Republicano.

La prensa del momento dilucidaba interpreta­ciones en torno a la hoguera: «No es difícil interpretar el sentido del monumento al fuego. Negrín en lo alto es ya todo un poema, y su frase de “re­sistir con pan o sin pan” toda una tragedia para el pueblo, que se va recogiendo en las pinturas late­rales de la foguera. En ella se nos muestra como la frase de que el fuego todo lo purifica, sirvió de cantera de procedimientos a los rojos para de­mostrar su protección a la iglesia. También vemos recordada en ellas aquellas felices fechas, en que los protectores del pueblo compraban barcos en­teros de bacalaos... podridos, para devolverlos al mar donde nacieron; maravillosa obra de protec­ción a los peces, aunque las lenguas maledicien­tes digan que lo que era es un negocio, mientras el pueblo se moría de hambre. ¡Qué cosas!».

La hoguera recordaba al pueblo los «días tris­tes» vividos durante la República. Lo que se pretendía, era convertir la noche del 24 de junio en una gran hoguera: «el fuego (...) será la despedida definitiva de los cuadros de horror vividos por el pueblo en un año fogueril que ha durado 32 me­ses».

También se plantaron las seis barracas antes mencionadas, implicadas en la recuperación de la fiesta, y se pudieron ver algunos pequeños monumentos infantiles que de forma espontánea se plantarían en diversos puntos de la ciudad.

Interior del programa de mano de Fogueres 1939 (AMA)

En cuanto al Programa de Fiestas, inicialmente iba a comenzar el 22 de junio a las 8 de la tarde con pasacalles anunciantes del comienzo de las Fiestas, y a las 10 de la noche un concierto de la Banda Municipal en la Explanada, pero ambos actos quedaron suspendidos por la Comisión de Fogueres los ac­tos previstos para ese día con motivo del duelo general de Alicante por los caídos por Dios, España y su Revolución Nacional-sindicalista en los días trágicos de septiembre y noviembre de 1936, según publicaba la Gaceta de Alicante. Ese día fueron sepultados en el Cementerio de Alicante los 103 cadáveres identificados de los falangistas que el 12 de septiembre y 29 de noviembre de 1936 fueron fusilados por el Gobierno Republicano acusados de rebelión, y que en su mayoría fueron detenidos en los Doce Puentes cuando el 19 de julio fueron a liberar a José Antonio Primo de Rivera de la cárcel de Alicante. El sepelio cerró comercios e hizo lucir crespones negros en banderas a media asta.

Así que el inicio de Fogueres 1939 no llegó hasta las 0:00 horas del día 23, con la Plantà de la foguera y las barracas, durante la que la Gaceta de Alicante cuenta que sonaba algún que otro cohete en la lejanía, así como que los socios de «Els Trenta ú» hicieron visita protocolaria al resto de las barracas. Y hacia las 3 de la madrugada aparecían los churros y las cocas en las inmediaciones de la plantà de la foguera.

El 23 de junio se despertaba, y nunca mejor dicho, con la tradicional Despertà a partir de las 7 de la mañana. A las 10 se iniciaba la Entrada de Bandas, previa concentración de las mismas en la Plaza de la Baronesa de Satrústegui (más tarde del Teniente Luciáñez, y actualmente Paseíto de Ramiro), desfilando por delante del Ayuntamiento, la calle Altamira y dirigiéndose a sus respectivos distritos, varios por cada banda de música, fundamentalmente del centro, ya que al final sólo pudieron ser siete las que participarían, las que vinieron de San Juan, Alcoy, Cocentaina, Crevillente y Villafranqueza, que desfilaban generalmente ataviadas con trajes típicos, más la Banda de Música Militar y la de la Cruz Roja, obviamente uniformadas. Así se distribuyeron tras el desfile:
  • San Juan, por las plazas de las Monjas (hoy de la Virgen del Remedio), San Agustín (actualmente de Quijano), Carmen y Puente.
  • Alcoy, de la plaza del Ayuntamiento (entonces del 18 de Julio) a la avenida -Rambla- de Méndez Núñez y la plaza de Juan Poveda y 1º de Mayo (actual de San Cristóbal).
  • Militar, hacia las plazas de Gabriel Miró, Calvo Sotelo y Hernán Cortés (hoy plaza Nueva).
  • Cocentaina, por el Mercado, calle Calderón de la Barca y barrio de San Fernando.
  • Cruz Roja, recorriendo la avenida de Alfonso el Sabio, calle Benito Pérez Galdós y el barrio de Santa Isabel.
  • Crevillente, por las calles San Vicente y Valencia, y el barrio de Carolinas Bajas.
  • Villafranqueza, hacia las calles Díaz Moréu, Pozo y Trafalgar.
A las 12 del mediodía, y a falta de una buena mascletà, se encendió una Gran Traca en la avenida de Méndez Núñez, que recorrería esta vía hasta la calle Duque de Zaragoza, ascendiendo por la avenida de José Antonio, rodeando el Mercado y finalizando con el trueno final en la calle Velázquez. A las 7 de la tarde hubo Conciertos en diferentes distritos, y además la Banda de la Legión ofreció uno en el templete de la Explanada, y en contrapartida la Banda Municipal dio otro en la barraca de los militares en el antes mencionado solar de la Rambla.

A las 10 de la noche se prodigaban las actos. Hubo un Gran Festival Artístico en el Ideal Cinema, presentación en Alicante del Teatro Español Universitario (TEU), que con sólo nueve días de ensayo y bajo la dirección de Eduardo Campos de Loma (popularmente conocido como Telémaco) y la batuta de Antonio Rubio, representó el sainete de Ramón de la Cruz titulado Los majos vencidos; se siguió de un cuadro flamenco y varios cuadros representativos de diferentes regiones españolas. También a partir de esa hora se realizaban Conciertos en otras tantas barriadas (no olvidemos que las bandas tenían que cumplir con varios distritos cada una), y se iniciaban danzas regionales en la entonces plaza del 18 de Julio, frente al Ayuntamiento, que continuaron por el que pudiéramos decir que era itinerario oficial por la avenida de Méndez Núñez, calle Duque de Zaragoza y avenida de José Antonio, llegando hasta la foguera plantada frente al Mercado. Y a la 1 de la madrugada del 24 de junio se lanzaba un Castillo de Fuegos en las inmediaciones de la Lonja del Pescado.

Portada de la Gaceta de Alicante del 24 de junio de 1939 (AMA)

La Gaceta de Alicante del sábado 24 de junio de 1939 se extendía en elogios hacia el festival artístico llevado a cabo en el Ideal Cinema:

Un nuevo éxito que apuntar en el haber del Sindicato Español Universitario de Alicante. El gran festival artístico que anoche celebró en el Ideal Cinema constituyó un rotundo éxito de público -que le prestó sus más cálidos aplausos- y de organización.

Es preciso resaltar que la función se ce­lebró con apenas nueve días de ensayo y que ayer mañana había sido -el primero y único ensayo general-, bajo la dirección artística de don Eduardo Campos de Loma y del director de orquesta Antonio Rubio, dos hombres abnegados, que pusieron todo su entusiasmo, juntamente con los actores y orquesta para que el acto tuviera tal solemnidad y la magnífica puesta a punto que logró.

Comenzó el festival con la interpre­tación del Himno Nacional, escuchado brazo en alto por la numerosísima asistencia, lo mejor de Alicante, entre la que destacaban las autorida­des militares, jerarquías de FET y de la JONS y autoridades civiles. Una noche de gala en el Ideal, muy a tono con la seriedad y la emoción de nuestra España. Grande.

Un sainete de don Ramón del Cruz -nuestro mejor sainetero del siglo XVIII- titulado «Las ma­jas vencidas» fue magníficamente interpretado, y aunque no llega al sabor de aquel otro famoso «Las castañeras picadas» se llevó, de entrada, unánime el aplauso de la concurrencia.

En la parte musical, el violinista José Lillo correspondió gratamente a la expectación que había por escucharle, acompañado por las voces de María Trives y Alfonso Huesca.

El cuadro flamenco -mejor que nada, la guitarra- llegó al público menos de lo que hu­biéramos previsto. Tal vez Alicante, el que se reputa como una de las ciudades de más instinto musical en la Península, no acabe de adentrarse, por su diferenciación de caracteres y por su me­dio ambiente, en las profundidades -herméticas para muchos- de la brevedad de una copla lapi­daria en el «cante jondo».

Los Cuadros de las regiones fueron aplaudidísimos. Valencia entusiasmó al auditorio. Pero la «saudade» gallega y la honda melancolía, seria y profunda, del «folklore» vasco no le fueron a la zaga. El cuadro de La Mancha fue una concreción perfecta de la sobriedad y del buen latir del corazón de Castilla. Y en cuanto a las representaciones de Andalucía -de la Andalucía bética, la de Tartesos- y la de Aragón, con toda su alma baturra y recia y la de Cataluña, tal vez un poco áspera, rivalizaron en esmero y simpatía con aquéllas.

Y como final el desfile por el patio de buta­cas del Cuadro Artístico arrancó nutridísimos y bien merecidos aplausos.

La velada que concluyó bien entrada la ma­drugada del patrón de Alicante, fue en una pa­labra un rotundo éxito. Los aplausos escuchados vayan íntegramente al SEU a Campos de Loma y a la mágica batuta de Antonio Rubio.

El día de San Juan, tras una nueva Despertà de las 7 de la mañana, tenía lugar a las 9 un Homenaje de la recién constituida Orquesta Sinfónica de Alicante a la Santa Faz en la Colegiata de San Nicolás. Se siguió a las 12 del mediodía de otra Gran Traca que esta vez tuvo su inicio en la calle Díaz Moréu, y recorrería las de Pozo, Trafalgar, San Vicente, Calderón y Juan de Herrera, así como las plazas de San Antonio y de Castellón (actualmente Hermanos Pascual). También se dispararon tracas en San Blas y Benalúa.

Por la tarde, a las 5 se jugaba en el Estadio Bardín el partido Hércules-Valencia, en el que vencerían los locales por 2-1. Para los aficionados, el Hércules presentó la siguiente alineación, circunstancial ya que algunos de sus jugadores titulares permanecían en prisión: Pérez; Del Pino y Corona; Salvador, Medina y Salas; Irles, Perdomo, Cervera, Sirvent y Aparicio.

A las 7 de la tarde actuaba de nuevo la Banda de la Legión con un concierto frente a la Comandancia Militar, mientras se celebraban Bailes Populares en distintos lugares de la ciudad. A las 10 de la noche tenían lugar nuevos Conciertos de las bandas de música en diversos distritos, que a continuación se iban a concentrar a las 23:30 horas, en pasacalles inicialmente hasta la Explanada, pero que por los motivos que ahora veremos se realizaron hasta la plaza de los Luceros para ver la tradicional Palmera Monumental, que se lanzó, como no podía ser de otra manera, a las 12 de la noche. Pero dado que el Castillo de Santa Bárbara se había convertido en prisión política y militar, y las faldas del Benacantil eran refugio de indigentes, originalmente estaba previsto que se lanzara desde el puerto, en concreto desde el espigón exterior del Muelle de Levante, pero por dificultades de última hora se haría desde la Cruz del Siglo, situada junto al Castillo de San Fernando, en la explanada frente al Colegio Público de Prácticas La Aneja.

Portada de la Gaceta de Alicante de 25 de junio de 1939 (AMA)

Como recogió la prensa el día siguiente, hacia las 0:30 horas del día 25, se procedía a la Cremà de la foguera, cuyo remate al parecer tardó lo suyo en quemar y caer. La Gaceta de este día contenía una significativa frase, que ya recogía Francisco Javier Sebastiá en su Memoria de Licenciatura, que de alguna manera resume la intencionalidad de esta temprana recuperación de nuestra Fiesta:

El fuego de hoy será la despedida definitiva a los cuadros de horror vividos por el pueblo en un año fogueril que ha durado 32 meses.

Así pues, el día 24 de junio multitud de personas se congregaron para presenciar la cremà de esta única hoguera, y según consta en La Gaceta:

...ver la resistencia de don Juan Negrín hasta donde llegaba. Y es verdad que el doctor de las lentejas con su jamón en la boca y su maletín en la mano, se resistía a caer pasto de las llamas, confiando en la tradicional deficiencia de la «cremá» de la Hoguera del Mercado.

Pero no le valieron coplas: allí estaba tam­bién el Tercio y los regulares para vencer la resis­tencia del ladrón de joyas y vidas españolas y... allá que te va la figura del mejicano honorario. Po­cos minutos después de pasado el día de su san­to, don Juan Negrín echaba chispas por todo su cuerpo sirviendo de remate a una fiesta tradicional en que todo el pueblo alicantino pone su mayor entusiasmo.

Poco después de la Despertà del día 25 de junio, se conocía la noticia de que el Gobernador Militar había destinado a Auxilio Social 4.000 pesetas, para que convertidas en otras tantas raciones de comida, se facilitasen a las familias necesitadas.

A las 5 de la tarde, hora taurina por antonomasia, se celebró una Corrida de Toros, teniendo previamente que evacuar a los numerosos indigentes que ocupaban la plaza de toros y reparar los desperfectos que habían causado. Se lidiaron ocho toros del salmantino Alipio Pérez Tabernero, para Marcial Lalanda, Pepe Bienvenida, Curro Caro y Juan Belmonte. Previamente había desfilado la Banda de la Legión, a beneficio de cuyos huérfanos iba destinada la recaudación de la corrida, así como un coche tirado por cuatro caballos con un grupo de mujeres vestidas con todas sus galas, que la iban a presidir, escoltadas por tres jinetes de la 17 División de Ocupación.

El 26 de junio, a las 22:30 horas se celebró un Gran Concierto de Gala, también en el Ideal Cinema, que sirvió de presentación de la Orquesta Sinfónica de Alicante, compuesta de 75 profesores, y dirigida por Luis Torregrosa García, director de la Banda Municipal y celebrado autor de la música del himno Les Fogueres de San Chuan.

Y aunque no consta en el programa, el día de San Pedro a las 17:30 horas, hubo una Gran Novillada a beneficio de los heridos de la 17 División, que presentaba reses de la ganadería de Contreras. En ella participó el joven de 12 años Luis Miguel González Lucas, que mataría un eral y entusiasmaría al público. Unos años más tarde, este joven será conocido como Luis Miguel Dominguín.

Pues bien, así concluía un ejercicio festero tan breve como necesario, ya que sin duda fue el trampolín para que el año siguiente volvieran Les Fogueres de forma oficial y con fuerzas renovadas. El objetivo se había cumplido. La chispa había saltado, la llama prendió pese a las dificultades de estos primeros años de posguerra, y ya no se ha vuelto a apagar.

La Foguera Sant Blai-La Torreta eligió como lema de sus II Jornadas Culturales, en cuyo contexto se desarrolló la conferencia en que se basa este artículo, una frase del escritor, periodista y humorista Wenceslao Fernández Flórez, que en 1942 acuñaría el conocido eslogan de Alicante La Casa de la Primavera, que viene a ser el epílogo ideal a todo lo que acabamos de ver:

...y en las mismas cenizas principia ya a germinar el futuro.

(Artículo compartido del blog "La Foguera de Tabarca")

22 febrero 2012

RECORDANDO A MESTRE MARTÍNEZ



El pasado 8 de enero se cumplieron 90 años de la muerte del periodista madrileño Ramiro Mestre Martínez, Hijo Adoptivo de Alicante desde 1898. Desde estas páginas me gustaría recordar la figura de Mestre, un enamorado de nuestra tierra y pionero además en la promoción turística y difusión de nuestra ciudad, no sólo con sus artículos periodísticos sino también con los famosos Trenes Botijo que durante décadas trajeron a nuestras playas y balnearios a los turistas de Madrid.

Ramiro Mestre nace en Madrid en 1847. Tras sus estudios primarios y de Bachiller cursa la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad Central. Gran enamorado de la literatura, comenzó a publicar sus escritos en 1868 pero quiso dedicarse desde muy joven a su pasión: el periodismo. Hasta su muerte en 1922 ocupó el cargo de redactor de La Correspondencia de España. Es de destacar además, que estuvo en posesión de la Encomienda de la Orden de Carlos III y fue también Cronista de Alcalá de Henares.

Fue desde La Correspondencia de España donde comenzó a ensalzar el clima y las gentes de Alicante en sus diferentes artículos periodísticos. Su entrega no sólo quedó aquí, sino que en 1893 fletó los famosos Trenes Botijo en los que por 12 pesetas, ida y vuelta, los madrileños, cargados con sus botijos, venían a nuestras playas en un interminable trayecto en ferrocarril económico. Una vez llegados a la escalinata de la estación de MZA les esperaban los carruajes de los diferentes hoteles y balnearios del Postiguet que iban a la caza del turista. Como vemos, tuvo que ser de una persona ajena a nuestra ciudad de la que partiera la iniciativa pionera de promocionar nuestro clima fuera de nuestra provincia. Algo que, incluso a día de hoy, nos tendría que dar que pensar.

Alicante, agradecida por los múltiples gestos de cariño hacia nuestra provincia y su continua campaña de promoción turística, decidió concederle el título de Hijo Adoptivo de nuestra ciudad y rotularle una calle en su honor.

Como en el tema de rotulaciones y cambios de nombre de vías públicas esta ciudad nunca ha sido un ejemplo para el resto de España, el acuerdo de 1913 de rotular la calle Lonja de Caballeros con el nombre de Mestre Martínez se eternizaba en el tiempo. En 1927 el periodista y cronista popular Francisco Montero Pérez recordaba esta ingratitud con su compañero madrileño. El 10 de agosto de ese mismo año se acordaba rotular una parte de la Calle de la Infanta (hoy General Primo de Rivera) con el nombre de Mestre Martínez.

Pero Alicante, no sólo fue ingrata con Mestre olvidando durante años rotularle la calle acordada, sino que además, con la reforma de la Plaza de San Cristóbal en los años 70, se la hizo desaparecer físicamente. A día de hoy un descolocado rótulo cerámico es el único recuerdo que queda de aquella calle hoy inexistente.

Nuestra ciudad saldaría esta cuenta aún pendiente recuperando, por ejemplo, el nombre de Ramiro Mestre Martínez para la calle hoy denominada General Primo de Rivera. Se sacaría así a la luz pública la figura de este pionero impulsor de nuestro turismo, cuyo relevo cogerían más tarde otros periodistas madrileños de la talla de Félix Lorenzo «Heliófilo» del que ya hablaremos en otro momento.

ALFREDO CAMPELLO
Publicado en Información el
21 de febrero de 2012

16 febrero 2012

ALICANTE: GEOGRAFÍA Y CINE

Desde "El libro distraído", el blog de la Biblioteca Central de la Universidad de Alicante, han querido rastrear una muestra de películas rodadas entre las décadas de 1950 y 1960 en nuestra provincia y en las que quedaron plasmadas algunas de nuestras señas de identidad, el lenguaje de nuestro paisaje o la luz y la bonanza de nuestro clima. Queremos compartir con vosotros ese artículo y mostraros su elaborada selección que incluye la búsqueda de vídeos de estas grabaciones:

Masquerade (Agentes dobles" fue una película británica dirigida por Basil Dearden en 1965 y rodada en La Vila Joiosa:




Pescadores de Jávea es una película documental rodada por Vicente Escriva en 1959 previa al rodaje en Denia de su primera película como director, El hombre de la isla con Paco Rabal como actor principal:



El hombre del paraguas blanco, rodada en Santa Pola y Crevillente. Dirigida por Joaquín Romero Marchent y estrenada en el año 1958:




Y por útimo, Un beso en el puerto (1966) del director Ramón Torrada con imágenes de Benidorm y Altea en el cénit del boom turístico:





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El retorno de los Siete Magníficos

15 febrero 2012

25 ANYS DE L'ARRIBADA DEL SENYAL DE TV3 A ALACANT

INFORMACIÓN 12 de febrer de 1987

El passat 12 de febrer es van complir 25 anys des de l'arribada del senyal de la televisió catalana a les nostres terres. Després d'un mes de proves i ajustaments, la TV3 arribava amb nitidesa a Alacant.

Després dels judicis contra els veïns de Sueca que muntaren una xàrcia d'antennes per tal d'agarrar el senyal de TV3 a les seues cases, va ser Acció Cultural del País Valencià la que va aconseguir amb l'emissió d'abonaments l'expansió del senyal de TV3 per les nostres terres. Encara que de forma al.legal, el senyal es va expandir per la Comunitat Valenciana.

Vinyeta publicada per La Verdad el 12 de febrer de 1987

Pensem que en aquells anys encara no havia començat a emetre Canal 9, per tant TV3 va ser la tercera emisora de televisió que vam poder rebre als nostres televisors, ocupant el botó número 3 d'aquells pessats receptors (els que hi tenien 3 botons...). Anys després, l'arribada de Antena 3 rel.legaria a la televisó de Catalunya al fi de la botonera del comandament a distància (ja sense cable).

El 13 de febrer de 1987 Información
publicava per primera vegada la
programació de TV3

Amb el senyal d'aquesta televisió entraren a casa nostra programes como Telenotícies, Filiprim, Digui... digui..., 30 minuts, Bola de Drac, El Dr. Slump... pero sobretot el que més ens va sorprendre va ser la perfecta pronunciación del català que tenien els actors de Hollywood, ja que tant els anuncis com les pel.lícules s'emetien traduïdes.



Mític moment de Blade Runner doblat al català



Poble nou



Anunci d'Abanderado



El Doctor Slump



Telenotícies



Bola de Drac



Bola de Drac Z



Fí d'emissió amb la mítica sintonia...


Amb l'aparició de Canal 9, la Generalitat de Joan Lerma va tractar de tancar TV3 a la nostra Comunitat però la Justícia li donà la raó a ACPV i ambdues cadenes continuaren emitint a la nostra terra. Amb els anys 90 començaren de nou els problemes polítics i amb ells les primeres interrupcions de les emissions. Un cotxe situat a prop del repetidor de la Carrasqueta interrompia el senyal de TV3 quan la programació coincidia amb la de Canal 9, sobretot durants els partits. Fins a eixe moment un acord d'ambdues parts permetia intercanviar els senyals de TV3 amb Canal 33 (amb molt poca cobertura) per tant de no restar-li audiència a Canal 9. Amb l'arribada d'Eduardo Zaplana a la Generalitat això es va acabar, però amb dificultats vam seguir veient TV3 i el "nou" canal que arribava a Alacant amb retard: Canal 33.

Amb el pas a la TDT els alacantins vam poder gaudir per fí de tots els canals de TVC: TV3, Canal 33, 3XL, 3/24 y Super3, però amb l'entrada de Francisco Camps a la Generalitat Valenciana es van tancar paulatinament tots el repetidors de la Televisió Catalana en un lamentable acte de censura. A més es va tractar d'ofegar ACPV amb desproporcionades multes milionàries. El 9 de desembrede 2007 es precintava el repetidor de la Carrasqueta, i ara fa un any deixava de veure's definitivament TV3 a València. Fins a quan?



Primer intent de tancament de TV3. 27 d'abril de 2007



El repetidor de TV3 precintat per la Generalitat
Valenciana el 9 de desembre de 2007



14 febrero 2012

168º ANIVERSARIO DEL FUSILAMIENTO DE LOS MÁRTIRES DE LA LIBERTAD DEL PALAMÓ

06 febrero 2012

VINDICACIÓN DE UN ALICANTINO ILUSTRE: JOSÉ GUARDIOLA ORTIZ (PARTE Y 3)


ESPECIALISTA EN EL ARTE CULINARIO

Además de magistrado ilustre, Guardiola Ortiz fue un connotado gastrónomo. Su especialidad en el arte culinario la desarrolló ampliamente de forma teórica y práctica investigando sobre platos tradicionales, especialmente los alicantinos, publicando y demostrando ser un gran cocinero para familia y amigos. En estas ocasiones, con el gorro y mandil, se transformaba y, como si de dirigir una orquesta se tratase, daba instrucciones a todos cuantos participasen sobre como preparar, condimentar y cocinar, realizando él mismo muchas de las tareas coquinarias. También publicó artículos en periódicos y revistas y una trilogía de libros: Gastronomía Alicantina. Conduchos de Navidad, en 1936, y dos titulados Platos de Guerra I y II, en 1938, con los subtítulos 60 recetas prácticas acomodadas a las circunstancias para la conservación y condimento de la sardina y Colección de valiosas recetas, sencillas, prácticas y acomodadas a las actuales circunstancias , en las que no se indica el nombre del autor sino simplemente Un Cocinero de la Retaguardia. Estos tratados de cocina son importantes al tratar sobre el origen y preparación de los platos de la región. Casi treinta años después de su primera edición, estos trabajos de José Guardiola seguían siendo objeto de menciones y artículos elogiosos en periódicos franceses como el publicado en el Sud-Ouest de Lyon en 1963.

En el prólogo de su Gastronomía Alicantina el autor indicaba que se proponía editar algunos cuadernos complementarios, los que, sin duda, no publicó por los trágicos acontecimientos en los años siguientes. Sin embargo, esta pasión por la cocina, que además del ejercicio de la abogacía y la dedicación política, había llenado los mejores momentos de su vida, fue en sus últimos años el refugio de su tiempo. Sobre 1943, inhabilitado para ejercer la profesión, y llevado de sus grandes aficiones, realizaba frecuentes visitas a Madrid donde se entrevistaba con amigos: uno de ellos Francisco Rodríguez Marín, Presidente de la Real Academia Española; con María Mestayer de Echagüe, la honorífica Marquesa de Parabere, conocida autora de libros de gastronomía y que dejó un amplio legado culinario en forma de libros, publicaciones y artículos en periódicos; y con Francisco de Cossío que dirigió el periódico vallisoletano El Norte de Castilla entre 1931 y 1943.

En carta de 27 febrero 1943 de Guardiola Ortiz a Francisco Rodríguez Marín le notificaba el envío de la Gastronomía que aquel le había pedido, comentaba algún fragmento de una obra de Quevedo y le agradecía la dedicatoria y el libro Epistolario que Rodríguez Marín le había regalado, tan acorde –decía Guardiola- “con mis aficiones coquinarias”. Y añadía Guardiola: “Para distraer mis forzados ocios y alejar las dolorosas preocupaciones que me conturban, he emprendido la compilación de materiales para “Platos Napoleónicos”. Se conservan cuartillas manuscritas de este trabajo en las que de forma rigurosa y amena trata de los orígenes milenarios del arte de la cocina desde la cultura griega; sus ingredientes, su manipulación, las emigraciones y recorridos por las colonias y factorías que establecían los helenos, y de la sopa que tuvo en aquella cocina su origen. Es curiosa la narración de su viaje a Francia que tuvo entre otros objetivos conocer la “verídica receta, exacta y minuciosa de la tan decantada bouillabaisse que los marselleses han sabido prestigiar y expandir su fama por el mundo entero” y a la vez “arrancar al cocinero los secretos de su condimento”.



Su pasión por la cocina la explicita muy bien su hija María: “A mediodia, después de un informe en una causa criminalista difícil, y con la toga todavía puesta, telefoneaba impaciente a casa diciéndonos categóricamente: No hagáis la sopa que yo voy deprisa y haré el arroz. Prepararme la leña y la paella...”



José Ignacio Agatángelo Soler Llorca, en 1972, publicó: “Don José Guardiola escribió, casi en broma, Conduchos de Navidad, recopilando una serie de trabajos suyos publicados en un semanario dedicado a propagar Les fogueres de Sant Joan. En dichos escritos se habían dado a conocer una serie de recetas de guisos alicantinos, de sabrosa importancia, recogidos ya en el librito que, aparte de la exactitud de sus comprobadas recetas culinarias, constituye una muestra, increíble en un libro de cocina, de la maestría en el manejo del lenguaje y del buen humor de su autor. Aprovechando el pretexto de una llegada a Alicante de una embajada japonesa, en tiempos de Felipe II, y de los agasajos y homenajes que en nuestra ciudad recibieron tan exóticos visitantes, convierte en autor del libro al cocinero mayor de tan austero rey, llamado Francisco Martínez Montiño. Con tal argucia, Guardiola, en un castellano rancio e insuperable, compone la obra, y la "dota" de cuantas "aprobaciones" y "licencias" fueron necesarias". Añade, a continuación de este primer librito, y sin duda para que nadie creyera que en Alicante se come sólo en Navidad, una segunda parte que titula Gastronomía Alicantina, que resulta más amplia y descriptiva que la primera. Cuida personalmente la edición, y con todo lujo de detalles tipográficos, para darle el carácter clásico que pretende, realiza el prodigio de este libro con un esmero impresionante. Llega, incluso, a imprimir algunos tomos en papel especial, los encuaderna en pergamino y los "envejece" en la propia bañera de su casa, usando procedimientos mágico-químicos a los que no fue totalmente ajeno mi propio padre, don Agatángelo Soler y López, farmacéutico de verdad y gran amigo de don José, asiduo visitador y contertulio de la rebotica de la vieja farmacia de la "plaseta de Sant Cristofol”.

Gustaba a Guardiola sorprender a familia y amigos elaborando menús que titulaba con originales notas afectivas y de humor. Véase:

“Almuerzo con que los señores de “Belvedere” obsequian
a sus amigos y familiares, residentes en esta colonia,
tomando como pretexto la celebración de la
fiesta onomástica de la señora.

5 de Agosto de 1935

Entremeses y aperitivos Belvedere
Huevos en áspic a la internacional con toques soviéticos
Rosbif con disculpas vegetarianas
Conchas de peregrino a la cardenal
Galantina de ave a la Perignol
Licores: cócteles, cup champagne
Helado: Biscuit glasé. Dulce: Puding-orange
Frutas: Macedonia

O aquel que preparó para una fiesta-homenaje a Oscar Esplá en su finca “El Paraíso” el 24 de marzo de 1918

OVERTURA

Consomé .....................Bethoven

SCHERZO

Conchas..........................Rossini

SINFONÍA

Chataubriand.................... Esplá

CODA

Aspic.......................... Guardiola


No menos humor derrochó en el soneto del vino:

En copa de cristal tallado, fino;
en clásico pichel de Talavera;
en ordinaria bota jaranera,
si el vino es bueno, es delicioso el vino.
Su origen, muy remoto, fue divino;
y gozando el privilegio España entera
de tener tantos vinos, que cualquiera
que los quiera contar, perderá el tino.
Es el vino alimento que enardece,
y todo el que lo bebe con mesura,
si en la Gloria no está, no andará lejos.
En él halla consuelo el que padece.
Remedio del anciano, su mal cura;
Que es el vino la leche de los viejos.


Los últimos años de la vida de nuestro prócer, en la posguerra, fueron -según él mismo escribió- de una tristeza infinita. Injustamente censurado y marginado oficialmente, incluso en la publicación de sus interesantes trabajos de creación literaria, a las represalias políticas y profesionales se unió un atroz aislamiento social. A él, centro y alma de tantos acontecimientos, persona queridísima de cuantos le trataron y que a todo el mundo sirvió.

En aquellos momentos en que padecía la marginación e indiferencia de la sociedad escribió un Canto a la Esperanza -poesía inspirada en un lieder del siglo XVII- que era un reflejo de su propio anhelo de mejorar su situación marginal en los últimos años de su vida.


Si tu alma está angustiada
Envuelta entre negruras
Y llena de aflicción
Huye de los dolores
Aleja los pesares
Olvida cuanto tumba
Y oprime el corazón

Es Dios quien te lo manda,
No tengas miedo alguno
Y vive esperanzado
Que todo cambiará
Dios todo lo conduce;
Dios todo lo dispone;
Y cuánto Él ordena
Acaba por llegar.

Ora, espera y confía,
Que el mal que ahora padeces
En paz se tornará
Espera ¡Oh pobre alma!
Espera y sé animosa
Que el sol de la alegría
Aún volverá a brillar.


José Guardiola Ortiz, en los últimos años
de su vida, paseando por el puerto


En 1988, tras conocer el poema, Agatángelo Soler Llorca escribía a Eda Bernácer Guardiola, nieta de Guardiola Ortiz: “Me emocionó el poema de tu abuelo: Canto a la Esperanza. Es verdaderamente conmovedor ya que don José tenía fama de descreído o agnóstico. Yo creo que más bien fue anticlerical (en lo cual nos parecemos) pero una persona como la suya era una obra perfecta de Dios y no es de extrañar que el Nuestro Señor de Gabriel Miró fuera a visitar el corazón de don José Guardiola cuando este gran personaje se sintió quizás desilusionado del mundo cercano al Dios que tenía que aliviar su 'alma angustiada envuelta entre negruras' esperando que su Hacedor le envíe el 'Sol de la alegría'. ...he vivido condenado a muerte en 1936, oyendo las descargas de ejecución cada mañana. He vivido como soldado de infantería la terrible guerra de Rusia. No hay nada que no haya tenido para bien o para mal y entre tantas cosas he conocido a mucha gente brillante, importante, y también a malvados y asesinos. Pero gente extraordinaria no he conocido a muchos. Muy pocos: Uno de ellos, tu abuelo.”


PUBLICACIONES Y CREACIÓN LITERARIA DE JOSÉ GUARDIOLA ORTIZ

• “ROPA VIEJA” Recopilación de artículos publicados. 1.899
• “DESPUÉS DE LES FOGUERES” 1934
• “DISCURSO EN LO RAT PENAT” 1933
• “BIOGRAFÍA ÍNTIMA DE GABRIEL MIRÓ” 1935 (El hombre y su obra). Autógrafos inéditos, anécdotas, bibliografía. Instantáneas de Juan Guerrero Ruiz, amigo de Miró. Ilustraciones de Abad Miró, Aguirre, Azuar, Bañuls, K. Hito, Manaut, Manchón, Oncina, Parrilla, Quesada Hoyo, Varela. Fotos Sánchez. Alicante. Imp. Guardiola.
ARTÍCULOS EN LA REVISTA FOGUERES
• “GASTRONOMIA ALICANTINA. CONDUCHOS DE NAVIDAD” 1936
• “60 FORMAS DE COCINAR LA SARDINA” 1938
• “PLATOS DE GUERRA” 1938
• “TIERRAS MIRONIANAS”. 1945. Artículo publicado en la revista Sigüenza. Censurado.
• POEMAS
• NOVELA NO PUBLICADA “LAS TARDES DE BELLVEDERE” El artículo que le fue censurado en la revista Siguënza era un fragmento del preludio de esa novela de Guardiola Ortiz próxima a publicarse entonces y que no llegó a ver la luz ni se conoce su paradero.


MANUEL SÁNCHEZ MONLLOR
JOSÉ MARÍA BONASTRE HERNÁNDEZ

Desde Alicante Vivo queremos dar las gracias a los autores
por la cesión de este excelente artículo
para ser publicado en nuestro blog.


FUENTES CONSULTADAS

• “Archivo familiar de José Guardiola Ortiz”. Varios.
• “Después de les Fogueres”. José Guardiola Ortiz. 1934. Edición numerada del autor.
• “Biografía íntima de Gabriel Miró”. José Guardiola Ortiz. 1935. Edición del autor.
• “Discurs de Josep Guardiola Ortiz, Mantenedor del Jocs Florats celebrats per Lo Rat Penat en MCMXXXIII”. 1934
“Falles y Fogueres” José Guardiola Ortiz. 1946. Manuscrito inédito.
• “Gastronomía Alicantina. Contribución al estudio de la tradición Culinaria comarcal”. José Guardiola Ortiz. 1936. Edición del autor.
• “Gastronomía Alicantina. Conduchos de Navidad” José Guardiola Ortiz. Edición 1972. Edición de Agatángelo Soler Llorca.
• “Platos de guerra. 60 recetas prácticas, acomodadas a las circunstancias, para la conservación y condimento de la sardina” José Guardiola Ortiz bajo el seudónimo de “Un cocinero de la retaguardia”. 1938. Edición del autor.
• “Platos de guerra. Cuaderno 2º. Colección de valiosas recetas, sencillas, prácticas, y acomodadas a las circunstancias” José Guardiola Ortiz bajo el seudónimo de “Un cocinero de la retaguardia”. 1938. Edición del autor.
• “Ropa Vieja”. Colección de artículos. José Guardiola Ortiz. 1899. Edición del autor.
• “Sigüenza” Arte y Letras. XV Aniversario de la muerte de Miró. V.V.A.A. 1945. Ejemplar salvado de la censura con artículo de José Guardiola Ortiz (“Tierras mironianas”) y poema de Eduardo Irles (“En el silencio de la paz”).
• “Sigüenza” Arte y Letras. XV Aniversario de la muerte de Miró. V.V.A.A. 1945. Ejemplar censurado sin el artículo de José Guardiola Ortiz (“Tierras mironianas”) y el poema de Eduardo Irles (“En el silencio de la paz”).
• “Festa”. José Guardiola Ortiz y V.V.A.A.. 1936. Revista editada `por el Excmo. Ayuntamiento y la Comisión Gestora de Les Fogueres de San Chuan.
• “Juristas alicantinos”, Tirso Marín Sessé. Instituto Alicantino de Cultura “Juan Gil-Albert. 2002.
• “Eduardo Irles (Vida. Obra. Antología)”, Vicente Ramos. 1980. Instituto de Estudios Alicantinos.
• “Julio Bernácer (Ensayo biográfico-crítico)”, V.V.A.A. 1981. Instituto de Estudios Alicantinos.
• “Francisco Figueras Pacheco”, Vicente Ramos. 1970. Fondo Editorial del Ayuntamiento de Alicante.
• “Historia de la Provincia de Alicante”, V.V.A.A. Seis volúmenes (7 tomos). 1985. Ediciones Mediterráneo, S.A., tomo IV.
• “La Segunda República en la Provincia Alicante”, Tomo I, Vicente Ramos Pérez. Alicante, 1983.
• “Cuneros y caciques”, Salvador Forner y Mariano García. 1990. Patronato Municipal para la Conmemoración del Quinto Centenario de la Ciudad de Alicante.
• “Alicante en las elecciones republicanas. 1931-1936”, Mariano García Andreu. 1985. Ayuntamiento y Universidad de Alicante.
• “Lorenzo Carbonell, Alcalde Popular de Alicante”, Vicente Ramos. 1986.
• “Una biografía del Mercado Central de Abastos”. José María Bonastre. “Mercados de Alicante: mil años de historia”. 2 volúmenes. V.V.A.A. Ayuntamiento de Alicante. 2007.
• “150 años del Colegio de Abogados de Alicante”, Fernando Candela Martínez. 1994. Editorial y Medios Consultores.
• “Emilio Varela”. José Bauzá. 1990. Caja de Ahorros del Mediterráneo.
• “Fondo documental Gabriel Miró”. Epistolario de Miró a Guardiola Ortiz.
• “Despacho-Archivo Germán Bernácer”. Epistolario de Miró a Guardiola Ortiz
• “Valery Larbaud. Diario Alicantino 1917-1920”. Introducción y traducción de José Luis Cano. 1984. Instituto Juan Gil Albert.
• “Evocación de Gabriel Miró” Oscar Esplá. 1961. Caja de Ahorros del Sureste de España..
• “Breve Historia del Ateneo de Alicante” Vicente Ramos. 1992. Ateneo Científico, Literario y Artístico de Alicante.
• “Vida de Gabriel Miró”. Vicente Ramos. 1996. Caja de Ahorros del Mediterráneo e Instituto de Cultura “Juan Gil Albert.
• “La Caja de Ahorros del Sureste de España”. Vicente Ramos. 1965. Caja de Ahorros del Sureste de España.
• “La Verdad”. Entrevista a María Guardiola Costa. 4 febrero 1973.
• “Sud-Ouest”. Paris 3 febrero 1963. Artículo “Le riz, fils de la terre et nourrisson de l´onde” de F. Amunategui de la Radiodiffusión – Televisión Francaise.

03 febrero 2012

VINDICACIÓN DE UN ALICANTINO ILUSTRE: JOSÉ GUARDIOLA ORTIZ (PARTE 2)


EL ABOGADO

No obstante su intensa actividad en los ámbitos culturales e institucionales, de los que hemos dejado pálido testimonio, su medio de vida, como acabamos de apuntar, fue la profesión de abogado; fuente, además, de satisfacciones, pero también de sinsabores.

Finalizada con brillantez la carrera de Derecho, inmediatamente, en 1896, causó alta en el Colegio de Abogados de Alicante y al poco tiempo empezó a destacar como abogado criminalista, cuya oratoria -dicen- encandilaba a los propios magistrados. Fue celebre en su día la defensa que hizo de su correligionario -y, sin embargo, adversario por sus diferencias estratégicas- el popular doctor Rico, encausado por negarse a prestar juramento -con ocasión de comparecer como testigo en una causa- por motivos de conciencia o convicciones, amparado en la Constitución.

Su bufete, además de próspero fue también magistral: en él se ejercitaron otras figuras de los estrados alicantinos, como José María Ruiz Pérez-Águila, José Manuel Gomis Iborra o, el que luego sería su yerno, gran abogado también y político, Antonio Pérez Torreblanca, que llegó a ser diputado, Director General de Agricultura y Consejero de Estado.

Accedió al Decanato del Ilustre Colegio de Abogados de Alicante por primera vez, de forma accidental, cuando, siendo vocal (diputado primero) de su Junta de Gobierno, falleció el Decano Rafael Beltrán Ausó. Permaneció en el cargo entre el 25 de diciembre de 1925 y el 13 de junio de 1926, en que fue elegido Antonio Martínez Torrejón en unas elecciones a las que también se presentó y perdió Guardiola.

De nuevo, en 1936, José Guardiola accedió al Decanato del Colegio de Abogados. Fue el treinta y uno de julio, cuando los colegiados de izquierdas celebraron una asamblea para destituir a la Junta de Gobierno de sus cargos y el Gobierno Civil ratificó sus resoluciones, nombrando Decano a Guardiola Ortiz. No volverían a celebrarse elecciones para este cargo hasta 1952.

Durante este período y hasta la finalización de la guerra civil, el Decano Guardiola se debatió frecuentemente entre presiones, dadas las anormales circunstancias reinantes, por una parte, y su carácter recto, cumplidor de la legalidad vigente... atemperada por las virtudes de la equidad, la ética civil y la dignidad humana que le adornaron, como el hombre de orden, honesto, culto y liberal que fue, por otra. Desde luego, los propósitos de su mandato no dejaban lugar a dudas: en la Circular de la Junta de Gobierno del Colegio, del día de su constitución, se expresa la “incondicional adhesión a las Instituciones constitucionales del país y su resolución de colaborar con las autoridades para restablecer la legalidad republicana perturbada…” y “velar escrupulosamente por que el ejercicio de la abogacía goce de las prerrogativas que legalmente tiene otorgadas”.

Lejos de todo sectarismo se distinguió personalmente por ejercer la defensa, ante los Tribunales Populares, de todo aquél que lo requirió y es sintomático de su talla humana e independencia profesional que uno de sus defendidos, no obstante las diferencias políticas que les separaban, fue un joven falangista: Agatángelo Soler Llorca (el recordado Alcalde de Alicante de 1954 a 1963), que nunca lo olvidó: “conocí yo, de pequeño a Guardiola... Posteriormente, y en momentos políticos muy duros para mí, en 1938, actuó, como letrado, en mi defensa. Tuve el honor de corresponder, haciendo yo de valedor suyo, escasamente un año después” (pórtico de la edición, realizada a sus expensas en 1972, de las obras de Guardiola Gastronomía alicantina y Conduchos de Navidad).

Así las cosas, llegó el fin de la guerra civil y con él la destitución gubernativa del cargo de Decano, sustituido al frente del Colegio por Ambrosio Luciáñez Riesco, que también se posesionaría de la Alcaldía el mismo 1º de abril de 1939. Juzgado por un Tribunal Militar en el Salón Azul del Ayuntamiento, por responsabilidades políticas, distintos avales (Arzobispado de Valladolid, periódico El Norte de Castilla de la capital castellana (con cuyo director, Francisco de Cossío, también había trabado amistad), monjas de la misma ciudad, Agatángelo Soler en Alicante, etc.) le evitaron penas mayores, pero no su confinamiento en su domicilio de la playa de San Juan, paulatinamente atenuado.

Unos meses después, una orden ministerial de 12 de septiembre ordena la depuración de los miembros de los Colegios profesionales sobre la base de un cuestionario que todos los colegiados debían cumplimentar y, en función de su resultado, un Tribunal instructor compuesto por tres colegiados practicaba las diligencias sobre aquellos que eran sometidos a la segunda fase de depuración y proponía la resolución que entendía pertinente. Tras la instrucción del expediente que afectó a Don José Guardiola Ortiz, se resolvió su expulsión del Colegio y, por lo tanto, su inhabilitación para el ejercicio de la abogacía, que ratificó, en el correspondiente recurso del interesado, la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo, el 6 de agosto de 1942, por estimar su conducta “antipatriótica y contraria en todo al Glorioso Movimiento Nacional… exteriorizada desde mucho antes de surgir aquél e intensificada gravemente en el período rojo”.

Y ello después de haberse acreditado en el expediente la intachable conducta profesional de Guardiola, que defendió ante los Tribunales Populares, sin distinción de ideologías, a cuantos requirieron sus servicios profesionales, como los militares alicantinos sometidos a juicio por haberse sumado a la rebelión, por lo que precisó protección policial y sufrió actos vandálicos en sus posesiones. Él, que siempre defendió al acusado y dio asilo al perseguido.

El 23 de enero de 1946 Guardiola solicita a la Junta de Gobierno su reincorporación al Colegio, el único, entre las corporaciones profesionales alicantinas, que acordó la expulsión de algunos de sus miembros. El entonces Decano, Don Ricardo Pérez Lassaletta, de acuerdo con su Junta de Gobierno, resuelve la revisión del expediente y designa para ello a un nuevo Instructor, el colegiado Enrique Sala Mira (no el mismo que propuso la expulsión, como alguien sugirió), quien, tras el estudio de los antecedentes, se pronuncia en los siguientes términos: “Que a pesar de estar plenamente probado que José Guardiola Ortiz fue siempre republicano, militante de partidos de izquierda en el amplio sentido de la palabra, no es menos cierto que ha sido uno de esos republicanos rebotados de la generación del 73 (del siglo XIX) que creían de buena fe que en España era posible una república de orden. Que igualmente su actuación durante la pasada dominación roja no fue de persecución contra los abogados derechistas sino de apoyo a los mismos, defendiendo con gran tesón y aun con riesgo de su libertad y su vida a los militares alicantinos, así como a otras personas que hubieron de comparecer ante los tribunales marxistas. Que por estas razones… es por lo que el juez que suscribe estima suficientemente sancionado a Guardiola, a quien se le deben abrir de nuevo las puertas de nuestro Colegio”.

Y así se acordó el 13 de julio de 1946. Inmediatamente, se formó una comisión que había de desplazarse al domicilio del ilustre Letrado para comunicarle la buena noticia. Cuando sus miembros, abogados amigos, llegaron a la plaza de Gabriel Miró su alegría se tornó desolación al encontrar a Guardiola de cuerpo presente: acababa de fallecer. La toga y el birrete, preceptiva indumentaria de la profesión en los actos formales de su ejercicio, cubrieron el féretro.

EL POLÍTICO

Como el mismo Letrado instructor que propuso la rehabilitación de Guardiola dijo en su propuesta, éste, en su calidad de republicano, pertenecía –tardíamente debido a su juventud, pues nació justamente en vísperas del fracaso de la experiencia republicana de 1873- a la saga de los ilustres prohombres que, desde el antiguo liberalismo político -del que Alicante había hecho profesión de fe a lo largo de todo el siglo diecinueve- precipitado en progresismo y democratismo, veían en esa forma de Estado un remedio para los ancestrales defectos de una dinastía que había acabado en el exilio y cuya Restauración (1874) rechazaban. Y ello era así porque los ideales republicanos del momento eran sinónimo de democracia, progreso y modernidad y nuestro personaje se adornaba de las virtudes del trabajo, de la igualdad y la superación personal. Un digno sucesor de Eleuterio Maisonnave, que había mantenido viva la tradición republicana de Alicante, fallecido en 1890, cuando Guardiola contaba dieciocho años.

Así pues, a lo largo del último decenio del siglo XIX y primero del XX, cuando el republicanismo naufragaba en la atonía por la extrema dispersión de sus fuerzas, Guardiola se erige en uno de los paladines de su recuperación, dentro de la tendencia posibilista de Emilio Castelar (uno de los cuatro Presidentes de aquella efímera I República) y, en Alicante, de Maisonnave.

Pero a partir de 1895 -con un Castelar retirado de la política cinco años antes- se orienta hacia la concepción centralista republicana de Nicolás Salmerón (otro de aquellos cuatro Presidentes), liderada en Alicante por José Ausó Arenas, quien, de acuerdo con Salmerón funda en 1897 el nuevo Partido Republicano Único o Fusión Republicana, al que apoyó Guardiola desde la dirección del periódico El Republicano, y que sufrió dos refundaciones (1900, 1903) hasta dar en la Unión Republicana.

Es a partir de 1897 cuando Guardiola entra a formar parte del Consistorio alicantino, en el que permanecerá ininterrumpidamente hasta la implantación de la dictadura de Primo de Rivera en 1923, resultando reelegido Concejal en 1901, 1905, 1909, 1913, 1917 y 1922. De 1897 hasta 1905 concurre como candidato independiente y se convierte en un referente del republicanismo alicantino.

De 1903 data la única tentativa de Guardiola de obtener un acta de diputado del Congreso, a cuyas elecciones concurrió también como republicano independiente, no resultando elegido. Posteriormente, se integró en el Partido Republicano Radical Socialista, que capitaneaba, en el ámbito nacional, el futuro ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes de uno de los Gobiernos de la II República Marcelino Domingo.




Los Concejales de la Conjunción republicano-socialista de
1909-1911.
De pie,por la izquierda, el cuarto es Bono Luque,
que inauguró el Mercado
Central de Abastos como alcalde en 1922.
Sentados, por la izquierda,
el primero, Lorenzo Carbonell, el tercero,
Guardiola Ortiz, y el cuarto, el
doctor Rico
(Del libro “Lorenzo Carbonell, Alcalde popular de Alicante”)



En 1908, con la fundación del Partido Republicano Radical por Alejandro Lerroux, con un nuevo modo de acción política, tiene lugar una dinamización de las corrientes antidinásticas que cristaliza en formaciones electorales con la denominación de Conjunción republicano-socialista. Dentro de esta coalición electoral concurre, de nuevo, a las elecciones municipales en 1909 (Distrito VI, Santa María), formación que alcanza un notable resultado y en la que figuran otros republicanos históricos, como Carbonell, Bono, Rico, Oarrichena, etc. Es precisamente con el famoso doctor Rico, dentro del profundo respeto y admiración que ambos se profesan, con el que se produce una fisura en los planteamientos que debe adoptar la formación y que darán lugar a enfrentamientos y conciliaciones, erigiéndose cada uno en cabeza de una facción: Guardiola, la centralista o radical; Rico, la autónoma o localista.

Repite acta de Concejal en 1913 por el Distrito I, Casas Consistoriales, y en 1917 por el mismo distrito, pero encuadrado como independiente en una nueva coalición: Alianza de Izquierdas. Y en 1922, por el Partido Radical Socialista.

Tras el interregno electoral de la dictadura de Primo de Rivera, concurre, otra vez como independiente, a las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, en la que de nuevo obtiene acta de Concejal.

Pero esas elecciones han traído aparejada, además, otra forma de Estado: la República, y Guardiola, republicano histórico, es reclamado por el nuevo régimen para un cargo de confianza: Gobernador Civil de Valladolid, por lo que abandona el Ayuntamiento al poco tiempo, y ya no volverá, pues en 1933 renuncia al acta de Concejal.

El desarrollo de los avatares partidistas durante el período republicano, en el que la formación Radical Socialista se fusionó con el partido Acción Republicana de Manuel Azaña, fusión que precipitó en el llamado Izquierda Republicana, llevó a Guardiola Ortiz a encuadrarse en este último.

Durante el desempeño del cargo de Gobernador Civil en Valladolid - donde permaneció hasta 1934, en que la conjunción de centro-derecha Partido Radical-C.E.D.A. accedió al gobierno central- impidió, como el hombre tolerante y bueno que era y con el solo uso de su elocuencia, el incendio de la catedral por elementos incontrolados, con riesgo para su persona, pues se interpuso físicamente entre la masa y el pórtico con la única protección de dos agentes voluntarios de la Guardia Civil. Esta acción le fue agradecida por el Arzobispo Don Remigio Gandásegui y Gorrochátegui, con un abrazo en el Gobierno Civil, al que se desplazó vestido de paisano; de este encuentro surgió una sólida amistad personal.

Aquel gesto heroico no fue el único pues también salvó la vida de muchas personas, perseguidas en aquel momento por sus ideas, en especial, la de las religiosas de un convento, que tomó bajo su personal protección, y que fueron las primeras en transmitir su pésame a la familia cuando conocieron su fallecimiento, así como también lo hicieron muchos seglares de la capital castellana, agradecidos o, simplemente, en reconocimiento de su ejemplar actuación al frente del cargo.

LES FOGUERES

José Guardiola vió surgir los primeros monumentos fogueriles y participó activamente en la Festa colaborando en ocasiones con el médico, poeta y foguerer Ángel Pascual Devesa que fue Presidente de la Comisión Gestora de Alicante. Buena prueba de su identificación con estas fiestas populares son la difusión que hizo por medio de la radio, de artículos en revistas, publicaciones y discursos como el que en 1933 realizó en el Teatro Principal de Valencia dedicando una parte del mismo a Les Fogueres.



Su publicación Después de les Fogueres, que recoge su intervención en Radio Alicante el 6 de julio de 1934, constituye un magnífico documento en que nuestro ilustre alicantino recrea con gran detalle su conocimiento y pasión por la Festa. En él informaba de los orígenes en tiempo remotos de las hogueras de San Juan, de las costumbres y festejos populares haciendo un recorrido de les festes de carrer, charamita y tabalet, colgaduras y guirnaldas, cucañas, reparto del pan quemao, danzas, y el muñeco colgado con la figura del zapatero remendón del barrio; de otra figura femenina con avanzadas señales de maternidad y redondeces y otras de intencionada malicia. Se extendió asimismo en les bous de corda y les piules, tróns y cuets borrachos, y les coques en toñina, y exhortaba a que “los buenos alicantinos desde su órbita social o profesional hicieran cuanto en su mano esté para que estas fiestas, adscritas de tal suerte al sentimiento y entusiasmo popular no solo se afiancen sino que perfeccionen y acrezcan en magnitud e importancia”. También recomendaba “que el motivo de la foguera tendiera a ponerse en consonancia con la popularidad de la fiesta, y, dada la naturaleza de la obra, a que en ella campee la ingeniosidad y el humorismo...” No olvidó otros aspectos como el desfile de bellees, el pregón, y un canto al optimismo, tan innato en él.

Una buena prueba de su enraizamiento y amor a la Festa es que doce años mas tarde, en enero de 1946, seis meses antes de su muerte, escribió un extraordinario trabajo titulado Falles y Fogueres del que se conserva copia del manuscrito. He aquí su última página: “... En punto la media noche queda la ciudad completamente a oscuras y desde la cima del Benacantil se eleva un enorme haz de cohetes, que, rasgando las negruras del espacio, al llegar a lo alto estallan en lluvia de luces de colores, que son flores y estrellas de vistosa





Última página del manuscrito de Falles i Fogueres

policromía, y caen languideciendo formando gigantesca palmera que dosela la ciudad y se refleja en las quietas aguas de la bahía... al propio tiempo que suenan las músicas y braman las sirenas y ensordece el estampido de las tracas, y arden las hogueras formando un halo rojizo y chispeante en las alturas, y clamorea entusiásticamente la muchedumbre que siente el racial impulso atávico de rendirse a la adoración del fuego y enardecerse con el humo y el tronar de la pólvora!”

CONTINUARÁ

MANUEL SÁNCHEZ MONLLOR
JOSÉ MARÍA BONASTRE HERNÁNDEZ

 
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